La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La alegría de Fito
Suculencia, personalidad, honestidad, sostenibilidad. Caen en cascada las nueva propuestas en la oferta gastronómica sevillana pero no muchas se obedecen a esas virtudes a la mesa. Hace siete años, una pequeña casa en el centro de Morón de la Frontera se convirtió en el punto de partida de una aventura gastronómica que hoy celebra su madurez. Cal Viva cumple siete años y lo hace fiel a su espíritu.
Desde sus inicios, el proyecto de Leonardo Ramos ha ido buscando su sitio y en la calle Gutenberg es donde ha llegado a ser más que un restaurante: un espacio de encuentro, un homenaje a la cocina andaluza y una carta de amor a la Campiña sevillana. En este tiempo, Cal Viva ha alcanzado hitos que confirman su solidez, como su presencia en la Guía Michelin, la Guía Repsol y la Guía Macarfi, recibiendo numerosos premios y situándose como una de las referencias gastronómicas más reconocidas de Sevilla y Andalucía.
“Cada plato que cocinamos representa nuestro amor por el territorio”, afirma Leo Ramos, chef y sumiller. “Nada de lo que hacemos es aleatorio: detrás de cada bocado hay un recuerdo, un aprendizaje, una persona que dejó huella. Este aniversario es una nueva página que escribimos junto a quienes nos acompañan desde el principio”.
Para celebrar la efeméride, Cal Viva ofrece, del 21 al 27 de octubre, un menú degustación conmemorativo que rinde tributo a los sabores que han marcado su camino. Siete pases y siete vinos conforman un relato culinario que une pasado, presente y futuro: una colección de bocados que hablan de la tierra, de las estaciones y de las personas que dan sentido a la cocina.
Entre las propuestas destacan la Gordal sevillana con anchoa y piparra, la Sardina soasada sobre tosta de ajo frito serrano, el Tomate de Cal Viva con salmorejo de su aliño, el Chipirón encebollado relleno de morcilla, el Pisto de verduras a la brasa con yema de huevo y velo ibérico o el Guiso de tarantelo de atún rojo con judiones y las carrilleras estofadas al oloroso con pochas. El recorrido finaliza con una versión delicada de las Gachas a la brûlée, uno de los postres más queridos por el equipo y los clientes.
Cada pase se acompaña de una selección de vinos elegida por el propio Ramos junto a su jefe de sala, Julio Domínguez: Perotonar Solera 2007, Solear Saca 2012, Freixenet Malvasía 2014, Silente 2024, Microcósmico 2021, Lezcano-Lacalle 2015 y PX Gran Barquero. El menú está disponible por 58 € (IVA incluido).
“En estos años hemos aprendido a cocinar y entendernos sólo mirándonos a los ojos”, cuenta Teresa Gómez, jefa de cocina. “Leo marca el rumbo, pero somos un equipo que piensa y siente en conjunto. Cocinamos como vivimos: con respeto, con alegría y con muchas ganas de seguir creciendo”.
Julio Domínguez, responsable de sala, añade: “El comedor es una extensión de la cocina. Cada plato que llega a la mesa lleva parte de nuestra energía, de nuestras conversaciones, de las risas del equipo. Este aniversario también pertenece a los clientes que se han convertido en amigos”.
El aniversario llega en un momento de madurez e ilusión por lo que está por venir. Por eso también se presenta una nueva carta y actualiza sus conocidos menús omakase con nuevas líneas creativas que combinan sostenibilidad, identidad y exploración del producto del territorio.
Cal Viva es el reflejo de un modo de entender la vida y la cocina. Siete años después, Leo Ramos, Teresa Gómez, Julio Domínguez y todo el equipo mantienen la misma ilusión del primer día: cocinan con memoria, sirven con respeto y viven con la certeza de que la gastronomía puede ser una forma de cuidar, de compartir y de emocionar.
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