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El dulce sabor de la Navidad que llega desde los conventos en el Real Alcázar

La muestra de dulces de conventos de clausura, que cumple su edición número 41, estará abierta hasta el lunes 8 de diciembre, siempre que haya existencias

El horario es de 10:00 a 18:00 ininterrumpidamente y la entrada es por la Puerta del Apeadero

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Exposición y venta de los dulces de los conventos de clausura de Sevilla en el Real Alcázar / Juan Carlos Vázquez

Desde hace 41 años hay una señal de que la Navidad está llegando y que se repite invariablemente en torno al puente de la Inmaculada. Es la exposición y venta de dulces de los conventos de clausura. El Palacio Gótico del Real Alcázar tiene la virtud de transformarse en estos días en la mejor muestra de lo que cada día del año se vende en los tornos sevillanos. Este año, el montaje de la exposición Sorolla en el Alcázar de Sevilla ha hecho que la zona de la capilla de la Virgen de la Antigua se haya ocupado también con las cajas de los dulces.

Aunque la bendición e inauguración oficial por parte del arzobispo de Sevilla es el sábado a las 9:30, desde el viernes a las tres de la tarde se abrió al público, no han parado de llegar personas a los diferentes puestos de cada uno de los 19 conventos. Difícil escoger entre las 285 variedades de saborear la gloria y complicado quitar la mirada de las más de 25.000 cajitas dignas de ser calificadas como productos gourmet cien por cien hechos con productos naturales. Tanto es así que algunas delicias como los bizcochos marroquíes de las concepcionistas franciscanas de Osuna o los bollitos de Santa Inés están hechos prácticamente del día en los obradores conventuales.

Una muestra en la que hay historias por todos lados. No sólo en el espacio, sino también en el producto que se vende. Algunos son recetas que se llevan repitiendo durante siglos en la cocinas de los conventos que conviven con ideas innovadoras y hasta divertidas, como las propuestas de las dominicas del convento de Santa María la Real de Bormujos con un dulce que tiene patata, azúcar, cabello de ángel y almendra. Curiosa mezcla que es toda una delicia. Pero no es la única novedad dominica: los bocaditos de nueces con chocolate blanco son una tentación casi irresistible. Ahora bien, si quieren probar unos pestiños diferentes, estos son los únicos hechos al horno.

Numeroso público acudió a la primera jornada de la venta de dulces / Juan Carlos Vázquez

De Sevilla capital participan: San Leandro (Agustinas), Santa Paula (Jerónimas), Santa Inés (Clarisas), San Clemente (Cistercienses), Madre de Dios (Dominicas), Santa Ana (Carmelitas) y Santa María de Jesús (Clarisas). Doce llegan de la provincia: las Jerónimas de Constantina y Morón, Clarisas de Alcalá, Estepa, Marchena, Morón y Carmona, Dominicas de Bormujos, Mercedarias Descalzas de Marchena, Concepcionistas Franciscanas de Osuna, y Carmelitas de Osuna y Utrera. Esta es una de las ventajas de esta muestra, poder adquirir en un mismo lugar el impresionante chocolate de las Jerónimas de Constantina o las tortas inglesas de las clarisas de Carmona, y así hasta recorrer los 19 conventos.

Los pestiños de azúcar y los rosquillos de vainilla de las carmelitas de Osuna o las bolsas tipo tote bag con el dibujo dedicado a Sevilla con un surtido -ideales para regalar- o sin él del convento de Santa María de Jesús también son todo un éxito desde el primer momento.

El convento de Santa María de Jesús llevó sus dulces y las bolsas que han lanzado este año / Juan Carlos Vázquez

Tanta azúcar, leche y harina pueden hacer pensar que las personas con intolerancias alimentarias no pueden disfrutar de esta sinfonía de olores y sabores. Nada más entrar, una amable voluntaria indica la mesa donde están los dulces sin azúcar, gluten o lactosa. No hay excusa para no disfurtar del sabor de los dulces de conventos. Eso está claro.

Pero uno de los lugares que más han fotografiados los extranjeros son las cajas de las yemas de San Leandro con la reproducción del artículo del New York Times donde se habla de ellas. "Los extranjeros pasan, se hacen la foto y compran la caja, casi todos", explica Claudia Hernández. La responsable de la muestra de dulces sabe que esta es la venta más importante del año para los conventos y afirma que esta exposición sirve para recordar a los sevillanos que los fogones de los conventos "están funcionando todo el año para vender en los tornos, porque cuando pasen los dulces de Navidad, están los roscos de Reyes y cuando llega la Cuaresma, las torrijas y pestiños".

Después de 41 años la fidelidad del público de "los dulces de las monjas", como lo llaman casi todos los sevillanos, es tan grande que hay quien viene con la lista de la compra.

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