El Monasterio de La Cartuja, un monumento con mucho más potencial, según sus visitantes: "Se debería rehabilitar todo el complejo, porque da la sensación de un abandono tremendo"

De fábrica de cerámica a centro de arte contemporáneo, uno de los edificios con más vidas de la ciudad destaca por sus antiguos hornos alfareros o sus extensos jardines junto al Guadalquivir

El origen de La Cartuja se remonta a la época de los almohades. / Juan Carlos Vázquez

La fábrica de loza La Cartuja Pickman cerrará definitivamente tras más de 180 años de historia vinculada a Sevilla. Este es un buen momento para recordar su emplazamiento original, el Monasterio de Santa María de las Cuevas, conocido simplemente como Monasterio de La Cartuja, asentado en la isla homónima. El edificio albergó la fábrica de porcelana durante más de un siglo después de que la Desamortización de Mendizábal dejase atrás su uso religioso, pero ¿qué opinan los turistas sobre este monumento de la capital hispalense?

Antes de convertirse en monasterio, en el siglo XII los almohades construyeron unos hornos alfareros en este recinto. El complejo arquitectónico, de estilo gótico-mudéjar, fue fundado por una orden franciscana en el siglo XV. El monasterio sirvió de alojamiento para reyes, artistas y grandes personalidades que visitaban Sevilla, donde Cristóbal Colón pasó largos periodos. Finalmente, de la antigua fábrica de cerámica se conservan cinco impresionantes chimeneas que, de hecho, fueron uno de los emblemas de la Exposición Universal de 1992 en Sevilla.

"Las exposiciones de arte moderno hacen su visita una experiencia muy atractiva"

En la actualidad, el Monasterio de La Cartuja es la sede de entidades como la Universidad Internacional de Andalucía, el Instiuto Andaluz de Patrimonio o el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, que alaban sus visitantes. "El Monasterio está perfectamente cuidado y conservado, y junto al CAAC, referente en arte moderno, hacen su visita una experiencia muy atractiva en Sevilla", reseña un usuario.

No obstante, también hay quien desaprueba esta mezcla un tanto ecléctica: "Como construcción es bonito, pero por dentro lo han dejado con las paredes lisas blancas sin ninguna gracia y lo han llenado de arte contemporáneo que en mi opinión no tiene ningún sentido allí".

De forma más constructiva, otros visitantes proponen enriquecer los contenidos del CAAC con la propia historia del Monasterio: "En la zona de las exposición, me gusta cómo está integrada la parte antigua con la parte reconstruida. Pero el Instituto Andaluz de Patrimonio debería invertir más dinero y terminar de rehabilitar todo el complejo y los alrededores, pues da la sensación de un abandono tremendo".

"Un lugar de contemplación que invita a sumergirse en la historia de la ciudad"

El edificio está rodeado asimismo por extensas zonas verdes que constituyen un atractivo en sí mismo. Para algunos, un paseo por el entorno de la antigua fábrica de La Cartuja es el complemento perfecto de la visita al CAAC: "Merece la pena recorrer tanto las salas expositivas como sus jardines y el entorno en general".

En este sentido, este centro cultural constituye una alternativa a los itinerarios turísticos tradicionales y el bullicio del centro de Sevilla. "La Cartuja es mucho más que un simple monumento; es un lugar de paz y contemplación que invita a los visitantes a sumergirse en la espiritualidad y la historia de la ciudad", define un visitante, en perfecta concordancia con la filosofía monástica que un día rigió en este lugar.

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