Pablo Alfaro tras correr como un sordociego la Nocturna: "Ni ves ni oyes, estás continuamente alerta"

Corrió como un sordociego durante 8’5 kilómetros en soledad rodeado de 25.000 personas con la intención de dar visibilidad a un colectivo a veces olvidado: las personas con sordoceguera

Pablo Alfaro como un sordociego durante la Nocturna / M. G.

Entre los 25.000 corredores que el pasado viernes participaron en La Nocturna del Guadalquivir KH-7 estuvo Pablo Alfaro, el ex futbolista, entrenador y médico, participó durante 8,5 kilómetros sin ver ni oír y guiado por dos voluntarios de Apascide. No era el único que iba de esta forma, también hubo 8 personas con sordoceguera que disputaron la prueba.

Correr sin ver ni oír es muy difícil porque son dos sentidos que ayudan a calcular la distancia. Para las personas con sordoceguera todo es más difícil : cocinar, ir a la compra, disfrutar de un paseo... Hasta comunicarse. Todo es imposible. Salvo que cuentes con ayuda. Esa ayuda es la que proporciona Apascide – Asociación Española de Familias de Personas con Sordoceguera. Una ONG que procura para las personas sordociegas su mejor formación individual y humana, su integración en la sociedad, y que lleven una vida digna y, en lo posible, que sean felices.

Para Pablo Alfaro, lo más patente a la hora de privarse de estos dos sentidos fue sumirse en un profundo aislamiento, aunque estuviera rodeado 25.000 personas. Una espiral de introspección en la que peligrosamente puedes quedar atrapado si nadie te acerca el mundo que te rodea. "Valoras mucho más lo que hacen los sordociegos, sus familias y todos los que como APASCIDE están ahí para ellos convirtiéndose en sus ángeles... Son sus ángeles de la guarda”. El ex futbolista afirma que esta experiencia es "difícil de explicar" por las sensaciones "tan nuevas que producen estar una hora y pico corriendo sin ver ni oír".

Alfaro advierte "lo privilegiado que somos los que vemos y oímos. No es lo mismo estar algo más de una hora así que toda tu vida sintiendo el mundo sólo a través de las manos".

La ayuda de los voluntarios

Sobre la ayuda recibida el ex futbolista y médico deportivo corrió agarrado a una “barra direccional Mariam”. Él en medio. En ambos extremos dos corredores con los que se comunicaba moviendo la barra de determinadas formas. Así sus guías le avisaban de un bache, que variaban el ritmo o que se aproximaba una pendiente, por ejemplo.

Pablo Alfaro nos cuenta que la barra tiene además otra función: “a la dificultad de afrontar un evento de este tipo sin ver sin oír, que son dos de los sentidos de los más que dependemos, se suma que dejas de tener equilibrio haciendo que todo sea todavía más complejo. Estás continuamente alerta". Recuerda, por ejemplo, cómo cada vez que pisaba uno de los tetrabricks de agua que daban a los corredores, sentía que perdia el equilibrio.

Como correr agarrados a una barra entre miles de personas moviéndose a distintos ritmos es complicado, les acompañaron voluntarios formando un perímetro de seguridad que alertaba a los demás de la presencia del corredor sordociego. Este equipo de más de medio centenar de corredores lo forman, además de trabajadores de APASCIDE, voluntarios de la Fundación DECATHLON que están ahí porque para ellos, en boca Trinidad Fernández, una de las responsables de la empresa durante el evento, es importante “mover a las personas a través de las maravillas del deporte, y más a las que no pueden practicarlo por sí solos”.

Un reto superado por Pablo Alfaro que no se hubiera perdonado que “el miedo o las prisas del día a día me hubiera podido más que el deseo de acompañaros... de ayudaros”.

Pero estos ángeles necesitan, como cualquier otra ONG, recursos económicos para realizar su labor. Pablo Alfaro anima a conocer la labor de APASCIDE y, si pueden, a que contacten con ellos por WhatsApp 674300965 para colaborar. También en este enlace.

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