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Rutas de senderismo

Así es la vía Arán-Pirineos: el Camino de Santiago más montañero

Recorrido de la vía Arán-Pirineos / Emilio J. de los Santos

Los Pirineos son un tesoro natural e histórico. Son el paraíso para cualquier senderista. Con un total de 400 kilómetros de montañas de este a oeste haciendo muralla entre Francia y España, albergan una enorme cantidad de recorridos. Unos son avanzados y técnicos, de alta montaña; otros son más asequibles. Desde aquí, vamos a describir uno que se ha recuperado recientemente y que se presenta como una variante más del Camino de Santiago: la vía Arán-Pirineos.

Según explican sus promotores, este trazado ya lo frecuentaban antaño los peregrinos que decidían ir a Santiago de Compostela sin desviarse tanto al oeste. En vez de acceder a la Península Ibérica por los puertos de Ibañeta (Navarra) o Somport (Aragón), cruzaban la cordillera por el paso de Viella, en la parte central, por un antiguo recorrido que comunicaba las comunidades de la zona.

Vamos a atravesar la cordillera de norte a sur en 14 etapas, desde la localidad de Saint Bertrand de Comminges, en la Occitania francesa, hasta el Somontano oscense, donde acaba conectando con el Camino Catalán. Primero se remontará el río Garona hasta pasar la frontera y seguir el bellísimo Valle de Arán. El Puerto de Viella, con 2.424 metros de altura, será el gran reto de esta ruta. Por aquí, cambiaremos la vertiente atlántica de la cadena montañosa por la mediterránea, descendiendo por la Alta Ribagorza leridana hasta entrar en Aragón. Berbegal será nuestro final, donde desemboca con el Camino de Santiago que viene desde Montserrat.

El mencionado Puerto de Viella será el mayor obstáculo de esta aventura. Es mucho más elevado y, por tanto, más exigente que el de Ibañeta (1.057 metros) y Somport (1.632 metros). No hace falta decir que es necesaria cierta forma física y cruzarlo con condiciones meteorológicas favorables. El resto del trayecto tampoco será un paseo por el parque, pues acumula abundantes subidas y bajadas. De aquí que, con permiso del Camino Primitivo y el Aragonés, sea la ruta jacobea con más montañera.

La vía Arán-Pirineos se ha recuperado hace poco tiempo con el esfuerzo de varias administraciones a ambos lados de la frontera. La Communauté de Communes Pyrénées Haut Garonnaises, el Consejo General de Arán, el Consejo General de la Alta Ribagorza y la Diputación de Huesca se unieron para sacar este proyecto adelante. Crearon una colaboración mutua para tratar de desarrollar un plan turístico que fuera más allá del tradicional o para luchar contra la despoblación y la falta de oportunidades en determinadas regiones. En 2021 dio vio la luz oficialmente, pero aún le falta mucho para madurar.

El sendero está perfectamente marcado con señalización nueva en muchos puntos y tramos mejorados. En gran parte, aprovecha trazados de diferentes GR (grandes recorridos) que ya pasaban por esta zona. La dificultad radicará en la exigencia de los perfiles: prácticamente, no vamos a parar de subir y bajar en sus 246,5 kilómetros.

Descubriremos bellos pueblos 'colgados' de las laderas de las montañas. Descubriremos bellos pueblos 'colgados' de las laderas de las montañas.

Descubriremos bellos pueblos 'colgados' de las laderas de las montañas. / Emilio J. de los Santos

Como ruta jacobea, hemos de tener en cuenta que vamos a encontrar a pocos peregrinos... o ninguno (esperemos que esto cambie). El solitario trazado también se va a caracterizar por no tener una red de albergues tan desarrollada como en otros caminos más transitados. Salvo en contadas ocasiones hay que recurrir a refugios de montaña u hostales, por lo que la experiencia puede encarecerse. Más allá de esto, cuenta con servicios suficientes para los senderistas.

La señalización, para el peregrino también es diferente, ya que no veremos las típicas vieiras o flechas. En la parte aragonesa sí habrá unos pequeños logos jacobeos o carteles amarillos que hacen referencia a la meta compostelana, pero en los tramos franceses y catalanes hay que seguir las rayas típicas de GR, PR (pequeño recorrido) o SL (sendero local).

Señales que nos encontraremos. Los colores cambiarán: en rojo van los GR; en amarillo, los PR; y en verde los senderos locales. Es posible que las veamos con rayas blancas, rojas y amarillas en la misma indicación. Señales que nos encontraremos. Los colores cambiarán: en rojo van los GR; en amarillo, los PR; y en verde los senderos locales. Es posible que las veamos con rayas blancas, rojas y amarillas en la misma indicación.

Señales que nos encontraremos. Los colores cambiarán: en rojo van los GR; en amarillo, los PR; y en verde los senderos locales. Es posible que las veamos con rayas blancas, rojas y amarillas en la misma indicación. / FEDME

La exigencia física, como se ha indicado, es alta. A simple vista, parece que las etapas son cortas, pero los desniveles acumulados van a ser pronunciados y en ocasiones se va a transitar por zonas complicadas en las que es necesario extremar la precaución. Un paso en falso puede ser peligroso. Como ejemplo, la etapa reina, que asciende y desciende del mencionado puerto de Viella, sólo tiene 16 kilómetros, pero hay que subir y bajar una montaña con tramos de pisada difícil que pueden provocar torceduras o resbalones.

No hay intención aquí de meter miedo; todo lo contrario. La vía Arán-Pirineos es de una belleza extrema y nos recompensará a cada paso. Disfrutaremos de la naturaleza en estado puro: arroyos, cascadas, desfiladeros, fauna, vegetación... Además de mucha historia. Vamos a descubrir un patrimonio románico apabullante con iglesias, monasterios, catedrales o puentes que nos enamorarán.

Resumimos brevemente cómo es cada etapa, aunque en las próximas semanas iremos dando un detalle mucho mayor con descripciones de la ruta, perfiles, acumulados, galerías gráficas y mapas descargables de todos los recorridos.

Etapa 1: Saint Bertrand de Comminges-Saint Pé D'Ardet

No puede haber un mejor punto desde el que arrancar. Saint Bertrand es uno de los pueblos más bonitos del sur de Francia, con una imponente catedral-fortaleza dominando desde un cerro. El recorrido llaneará en su primera mitad, antes de comenzar los primeros ascensos por bellos bosques. Al final, visitaremos un lago glaciar.

Saint Bertrand de Comminges es el punto de inicio de la ruta. Saint Bertrand de Comminges es el punto de inicio de la ruta.

Saint Bertrand de Comminges es el punto de inicio de la ruta. / Emilio J. de los Santos

Etapa 2: Saint Pé D'Ardet-Saint Béat (Lez)

Los bosques se hacen más densos y la población se dispersa. El solitario sendero nos llevará hasta la falda del Pic du Gar y nos subirá a la Col de Matet (1.002 metros), un calentamiento de lo que nos aguarda.

Etapa 3: Saint Béat (Lez)-Les

Nos colocamos junto al río Garona. Lo iremos remontando durante toda la jornada mientras admiramos un bucólico valle. En esta etapa, nos despedimos de Francia. Se pasa la frontera con España por un estrecho desfiladero cargado de historia por el que apenas caben la carretera, el río y nuestro sendero.

Etapa 4: Les-Viella

Valle de Arán en estado puro. No hay mucho más que añadir. El trayecto es algo más largo, pero el perfil se suaviza tras la exigencia de las primeras jornadas. Iremos junto al río Garona dando bandazos de una orilla a otra mientras visitamos unos pueblos preciosos que parecen estar colgados de las laderas de las montañas.

Etapa 5: Viella-Refugio de Conangles

La etapa reina de esta vía aranesa. Toca subir y bajar el paso del Puerto de Viella, a 2.444 metros de altura. Los bosques darán paso a praderas alpinas y a duras cuestas de piedra suelta. Las vistas desde su cumbre son imponentes. La bajada también es muy dura. Paramos en un aislado refugio de montaña, junto a la salida del túnel de 5 kilómetros que pasa bajo la montaña.

El camino atraviesa la cordillera de norte a sur El camino atraviesa la cordillera de norte a sur

El camino atraviesa la cordillera de norte a sur / Emilio J. de los Santos

Etapa 6: Refugio de Conangles-Vilaller

Abandonamos el Valle de Arán para caminar por la Alta Ribagorza. El recorrido, en un descenso casi continuo, baja por el Valle de Barrabés, a los pies del espectacular monte Aneto. Visitaremos pequeñas aldeas en el tramo final mientras vamos pisando el límite entre Cataluña y Aragón.

Etapa 7: Vilaller-Bonansa

Entramos en Huesca en una etapa que va siguiendo el suave perfil de unos ondulados montes. Echar la vista atrás nos sobrecogerá por el espectáculo que dejan las montañas más elevadas de la cordillera que hemos atravesado los días previos. Terminamos en Bonansa, un pequeño y tranquilo pueblo con mucho encanto.

Etapa 8: Bonansa-Monasterio de Obarra

Preciosa etapa. Sin duda, una de las más espectaculares de esta ruta. Tras densos bosques y algunos repechos duros, nos encontraremos con el río Isábena, cuyas claras aguas nos acompañarán muchos kilómetros. En esta jornada, avanzaremos por el Congosto de Obarra, un estrecho desfiladero formado por la erosión del agua. Al final, descubriremos un bellísimo monasterio románico enclavado en un lugar único.

Etapa 9: Monasterio de Obarra-Roda de Isábena

Los puentes románicos sobre el río Isábena protagonizan esta etapa. El trayecto irá serpenteando entre el curso del agua y las elevaciones próximas mientras atraviesa varias aldeas y visita pequeñas ermitas. El final lo tendremos en la pintoresca localidad de Roda de Isábena, donde tendremos que visitar su catedral y pasear por sus medievales calles.

Etapa 10: Roda de Isábena-Capella-Graus

Posiblemente, sea la jornada con más kilómetros y es que en Capella, final establecido por la guía oficial, no tiene servicios suficientes para el senderista. Graus, en cambio, es mucho más grande y tiene todo lo necesario. El recorrido sigue bajando el río Isábena mientras observamos cómo las montañas van perdiendo altura a cada paso.

Etapa 11: Graus-La Puebla de Castro-Embalse de Barasona

Etapa muy corta, de descanso prácticamente, que se puede alargar un poco para visitar las ruinas romanas de Labitolosa (las mejor conservadas en esta zona) y admirar las vistas del embalse de Barasona.

Impresionantes vistas del Embalse de El Grado Impresionantes vistas del Embalse de El Grado

Impresionantes vistas del Embalse de El Grado / Emilio J. de los Santos

Etapa 12: La Puebla de Castro-El Grado

El recorrido tiene un par de subidas y bajadas pronunciadas, pero la vistas merecen la pena. Primero, visitaremos las ruinas del despoblado de Bolturina y, después, bordearemos el embalse de El Grado, para bajar a Torreciudad, un santuario que alberga una virgen románica negra.

Etapa 13: El Grado-Barbastro

Nos metemos en el Somontano oscense, última parte de este espectacular camino. La etapa, salvo por un par de detalles, no es tan vistosa. Los Pirineos prácticamente han quedado ya a atrás, pero aún así tendremos que cruzar algunos cerros y montes bajos antes de entrar en Barbastro, cabeza de la comarca y una localidad con mucho patrimonio.

Etapa 14: Barbastro-Berbegal

Se trata de un enlace entre esta vía y el Camino Catalán de Santiago, que parte desde Montserrat. Su mayor atractivo es el alto del Pueyo y el monasterio que hay allí.

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