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Cultura

Cajasol abrirá un museo en la antigua Audiencia para su colección de arte

  • La Fundación destinaría a la exposición permanente de estos fondos un ala de la sede central de San Francisco. Su selección de maestros del Barroco se muestra en Laraña hasta enero.

La Fundación Cajasol expone por primera vez en la calle Laraña y hasta el próximo 5 de enero sus obras maestras del Barroco, una pequeña pero valiosa cata de las 4.000 piezas de entre los siglos XVII y XXI que integran sus fondos artísticos. Un conjunto que el presidente de la fundación, Antonio Pulido, valoró ayer como "la principal colección privada de Andalucía" y que tendrá su propio museo en el edificio de la Antigua Audiencia de Sevilla, un proyecto que espera ver materializado en el plazo de año y medio y cuyos detalles concretará en enero de 2014.

"Queremos abrir un museo permanente de nuestras obras de arte por su enorme potencial", confirmó Pulido. Para acogerlo, la Fundación Cajasol destinaría 3.000 metros cuadrados de la superficie de su espacio más emblemático, ubicado en la Plaza de San Francisco. El museo se distribuiría por las tres plantas del inmueble que dan a la calle Entrecárceles y dispondría de un acceso propio. Cajasol expondría allí permanentemente sus fondos y daría cabida a muestras temporales de otras fundaciones.

Pulido también avanzó que ese museo podría acoger la colección de Mariano Bellver, con el que se han mantenido "conversaciones intermitentes aunque aún no hay nada cerrado". "Nos gustaría llegar a un acuerdo siempre y cuando no fuera en solitario sino que estuviera articulado a través del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía", dijo en relación al conjunto pictórico del siglo XIX atesorado por este empresario de origen vasco, que donó generosamente a Sevilla pero sobre cuyo destino final nunca se alcanzó un consenso. Inicialmente la Junta se comprometió a destinarle un ala en Monsalves, dentro de las salas de la ampliación del Bellas Artes dedicadas a la pintura decimonónica, pero la parálisis total de dicho proyecto, la edad del propietario y su oposición a exponer parcialmente los fondos dejó esa opción en el aire.

Sobre las piezas singulares que el público puede admirar en la muestra Los maestros del Barroco de la colección Fundación Cajasol, hay pinturas de Valdés Leal, Alonso Cano, Francisco de Zurbarán y Bartolomé Esteban Murillo. Muchas fueron adquiridas en las subastas celebradas (hasta su clausura en junio) por Arte, Información y Gestión, firma participada por Cajasol. Es el caso de Jesús atado a la columna, que se muestra por primera vez al gran público tras su restauración en los talleres de Juan Luis Coto. Este óleo del siglo XVII, "exponente de la etapa total de madurez del artista", según el comisario de la muestra, Joaquín Solís, sorprende por su dominio anatómico y el dramatismo de la escena, que acentúa la alternancia de luces y sombras.

Salvo un anónimo del XVIII, todas las piezas expuestas están datadas en el siglo anterior. El recorrido se inicia en la planta inferior con dos tapices flamencos y un tercero francés que representa un episodio amoroso incluido en la obra Jerusalén Liberada de Torcuato Tasso. Los dos primeros fueron tejidos en Brujas y tienen como motivo relatos bíblicos protagonizados por virtuosas heroínas.

En la planta superior, dos trabajos de tema iconográfico anticipan las visiones de los grandes maestros andaluces. El anónimo San Fernando (primera mitad del XVIII), con su imponente marco dorado, muestra al rey Fernando III con su capa de armiño sosteniendo la espada que lo acredita como vencedor de los musulmanes. Al fondo, destaca la representación de la Torre del Oro protegida de las inundaciones por varios muros de contención.

Frente a este lienzo se ha dispuesto otro anónimo, Vista de Triana desde el Arenal, obra que durante mucho tiempo se dio por perdida y de la que existe una versión anterior en el Museo de América. El lienzo sevillano representa la ciudad desde la otra orilla del Guadalquivir y ofrece un extenso panorama del antiguo arrabal.

San Pedro Nolasco asistido por dos ángeles, de Francisco de Zurbarán, representa el momento en que el anciano, al que su precaria salud impedía ir a rezar con sus compañeros, es ayudado por dos criaturas celestiales que le llevan desde su celda al coro de la iglesia. Se cree que la pintura perteneció a uno de los retablos del convento sevillano de los Descalzos.

De Alonso Cano se expone Visión de San Antonio de Padua, abundante en detalles que revelan su maestría técnica como el velo de la virgen flotando al viento.

El catedrático de Historia del Arte Enrique Valdivieso, que documentó parte de estas obras para el catálogo, textos que completan las firmas de Margarita García Calvo y del recordado comisario Francisco del Río, destaca las excelentes interpretaciones del tema de San José con el Niño que realizó Murillo y de las que aquí se puede ver una obra realizada junto a su obrador hacia 1660. Del gran pintor sevillano se incluyen otras dos obras: el imponente retrato de cuerpo entero de Fray Pedro de Urbina, representado aquí en los días en que era obispo de Coria con una dignidad que acentúan el hábito franciscano y la gravedad de su mirada, y Las dos Trinidades, obra devocional de gran intimismo que resalta la ternura materna y completa el recorrido expositivo.

Durante el período de vigencia de la muestra, añadió Pulido, se llevarán a cabo diversas actividades paralelas, "como talleres didácticos para escolares en horario de mañana, visitas guiadas para grupos los fines de semana y hasta conciertos de músicos de la Orquesta Barroca de Sevilla".

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