El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, impulsará urgentemente una reunión entre el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía, el Estado español, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) y los promotores de la Torre Cajasol con el objetivo de parar las obras del rascacielos antes de la reunión de junio del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, donde se podría decidir la salida del conjunto Alcázar-Catedral-Archivo de Indias de la lista conocida popularmente como patrimonio de la humanidad.

Tras una reunión de más de dos horas entre el Ayuntamiento y los miembros de Icomos -organismo técnico que asesora a la Unesco en cuestiones de patrimonio y que ha informado negativamente sobre la Torre Cajasol por considerarla una agresión al paisaje urbano sevillano-, el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, aseguró que la construcción del rascacielos de 178 metros en la isla de la Cartuja es una situación "heredada", pero que se ajusta perfectamente a la ley, por lo que su paralización sólo podría llevarse a cabo si se paga una indemnización que algunos fijan en 200 millones. Maximiliano Vílchez aseguró que el Ayuntamiento no dispone ni dispondrá de dicha cantidad, por lo que hace falta la colaboración de Junta y Estado, administraciones a las que Zoido ya les escribió una carta a este respecto "sin que haya tenido respuesta hasta la fecha". En concreto, Vílchez recordó que la Junta de Andalucía tiene las competencias de protección del patrimonio histórico y que "debería haber tenido un papel relevante en la concesión de la licencia". Tal como dijo el delegado de Urbanismo, la Consejería de Cultura falló a la hora de proteger el paisaje urbano sevillano. "Si se decide la paralización tendrá que hacer frente a sus responsabilidades", añadió. En este sentido, hay que recordar que la Junta siempre ha insistido en que la Torre Cajasol es un problema exclusivamente municipal al ser el Ayuntamiento la administración que concedió la licencia de obras.

Por su parte, el secretario de Icomos-España, Víctor Fernández Salinas, también señaló la responsabilidad de la Junta de Andalucía en la construcción de la Torre Cajasol. Además, vio imprescindible emitir "algún tipo de señal positiva" al Comité de Patrimonio Mundial que se reunirá en junio para que no expulse a Sevilla de la lista del patrimonio mundial. Según Fernández Salinas, no va ayudar mucho a los intereses sevillanos el que el rascacielos siga en obras y creciendo pese al informe en contra redactado por Icomos y las recomendaciones del mismo Comité de Patrimonio Mundial. "Es importante que se vea un cambio de actitud y para eso es fundamental la paralización de los trabajos", aseguró el geógrafo, quien acudió a la reunión acompañando al vicepresidente de Icomos-España, José María García de Miguel. "Hasta ahora, los informes son muy negativos y la actitud no ha sido positiva", dijo García de Miguel, quien calificó de "evidente" el riesgo de que Sevilla se caiga de la lista del Patrimonio Mundial.