Besos a los cuatro puntos cardinales y lipotimias en Fondo
sevilla - málaga | el otro partido
Hubo atención y hubo sol hasta el último toro en Fondo, la gran víctima de la Liga
Alhaji Momodo Nije, el mejor futbolista de todos los tiempos que ha parido Gambia, llegó a Sevilla curtido por los vientos fríos del Mar del Norte. Ayer a Biri Biri le daba lo mismo ocho que ochenta, calor o frío, 35 grados a la sombra o aguanieve en las cejas. Feliz, con la sonrisa de oreja a oreja, agradecido... sus cuatro besos a los cuatro puntos cardinales del estadio de sus amores demuestran que es un ídolo de verdad. Un beso mirando hacia Luis de Morales, otro para Eduardo Dato, un tercero para José Luis de Casso y el último, el que más llega al corazón, con dirección a Luis Arenas, donde sigue presente la peña que lleva su nombre desde 1975. Insignia de oro y brillantes en mano, ataviado con el típico khaftan africano, Biri Biri le dio a la tarde el colorido que necesitaba, eso sí, bajo la luz intensa que un partido a las cuatro de la tarde, en pleno veranillo de San Miguel, puede irradiar sobre el Sánchez-Pizjuán.
Hubo lipitomias y hubo sol hasta el último toro en la grada de Fondo, donde el cooling break (parada para la hidratación) no tiene efecto alguno. Mientras el delegado arbitral, José Antonio García Payán, cruzaba el campo para llevarle una botellita de agua al asistente de la banda, habría en esa grada quien pensara que nadie había tenido el mismo detalle con ellos. Se recordaba entre esa sufrida infantería de abonados en primera línea de guerra cómo en otro partido en horario abrasivo en la temporada pasada, por alguna razón que después justificaría el club con las obras de adecentamiento del estadio, se cortó el agua en los grifos de los baños de esa tribuna.
Barbaridades de un fútbol que evoluciona hacia los avances tecnológicos de la misma manera en la que retrocede en aplicación del sentido común, que en casos como éstos se demuestra que es el menos común de los sentidos, ése en el que el gran Paco Gandía hacía encaje de bolillos. El informador de la Liga no lo reflejará en su denuncia, pero fue verídico sin que hubiera hecho falta el episodio de aquel niño en el fútbol harto de garbanzos.
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