El Ayuntamiento de Mairena del Aljarafe aprobó el pasado jueves, 21 de febrero, en el Pleno y por unanimidad de todos los grupos políticos, el acuerdo para regular "el uso de gasolineras y servicios auxiliares" en el casco urbano del municipio, lo que conlleva la suspensión automática de todos los proyectos de este tipo que están en trámite. 

Según fuentes municipales, afectará a dos: el de la urbanización de Las Calahoyas, cuyos vecinos iniciaron una recogida de firmas y movilizaciones para exigir que el surtidor no se instalara, porque iba a quedar a pocos metros de las viviendas más cercanas, y a otro más. 

La suspensión ha sido posible porque los expedientes para estos negocios no estaban aprobados definitivamente y, por tanto, no tenían licencia de apertura. 

Según ha destacado el gobierno local, dicha regulación de la instalación de gasolineras se va a hacer con una innovación del PGOU, "con el objetivo de que queden reservadas a suelos industriales o comerciales y compatibles". 

La decisión ya fue anunciada por el alcalde, Antonio Conde (PSOE), a los vecinos afectados, el 31 de enero, y en la junta de portavoces monográfica que se celebró tras la polémica. 

"El Ayuntamiento a través de su Gerencia Municipal de Urbanismo, ya estaba trabajando en una reprogramación del PGOU, que regula la instalación de negocios en zonas residenciales, pero es evidente que la ciudadanía no puede esperar y tenemos que actuar para defenderlos ante esta nueva forma de negocio que se está extendiendo por todo el territorio sin importar si hay viviendas o no", ha afirmado Conde en un comunicado. 

En el mismo sentido ha actuado también el Ayuntamiento de Bormujos, tras la polémica por la instalación de una gasolinera en la zona de las Portadas, cuya tramitación se logró dejar en suspenso igualmente.