Qué daños hace el sol en la piel

Una de las actividades favoritas de muchas personas durante el verano es tomar el sol. Pues bien, algo que, a priori, puede parecer inofensivo o incluso saludable, puede tener graves consecuencias para la piel. Sobre todo, cuando la exposición es prolongada y sin protección.

Aunque los rayos solares aportan beneficios como la síntesis de vitamina D, también son responsables de quemaduras, envejecimiento prematuro, alteraciones cutáneas e, incluso, cáncer de piel.

Por eso es esencial protegerse adecuadamente y no olvidar nunca aplicar el protector solar antes de salir de casa.

Los efectos del sol en la piel

La radiación solar se compone de diferentes tipos de rayos, pero los más perjudiciales para la piel son los rayos UVA y UVB. Ambos pueden atravesar la epidermis y generar distintos daños, tales como:

• Quemaduras solares. Son la respuesta inmediata de la piel ante una exposición excesiva. Se manifiestan como enrojecimiento, dolor, ardor y, en los casos más graves, ampollas.
• Envejecimiento prematuro. Los rayos UVA penetran profundamente y destruyen el colágeno, provocando arrugas, flacidez y manchas.
• Manchas y alteraciones pigmentarias. El sol puede causar hiperpigmentación, sobre todo si no se usa una crema protectora solar de forma diaria.
• Cáncer de piel. La exposición prolongada y repetida sin protección solar adecuada incrementa el riesgo de desarrollar melanomas y otros tipos de cáncer cutáneo.

Niveles de radiación solar y cómo protegerse

La intensidad de la radiación varía según la hora del día, la altitud, la latitud y la estación del año. Los niveles más altos se alcanzan entre las 12:00 y las 16:00 horas, por lo que es recomendable evitar la exposición al sol durante ese intervalo.

Para una protección efectiva, se recomienda:

• Usar una crema solar con un FPS adecuado a tu tipo de piel.
• Reaplicar la crema protectora solar cada dos horas y después de nadar o sudar.
• Utilizar ropa que cubra la piel, gafas de sol y sombrero.
• Apostar por un bloqueador solar de amplio espectro que proteja contra UVA y UVB.

¿Qué pasa si te quemas con el sol?

Si te has expuesto sin precaución, los efectos pueden ser muy perjudiciales. Estos suelen ser los más comunes e inmediatos:

1. Enrojecimiento y sensación de ardor.
2. Inflamación y calor en la zona afectada.
3. Descamación de la piel tras unos días.
4. Ampollas si la quemadura es de segundo grado.
5. Sensibilidad aumentada al sol en exposiciones posteriores.
6. Riesgo acumulativo de sufrir problemas cutáneos en el futuro.

Me he quemado con el sol, ¿qué puedo hacer?

Aunque lo ideal es prevenir, si ya es tarde, cuida tu piel con estos pasos:

• Hidrata la piel con cremas calmantes o productos específicos como el after sun.
• Evita nuevas exposiciones solares hasta que la piel se recupere por completo.
• Bebe agua para compensar la pérdida de líquidos por la inflamación.
• Bajo ningún concepto revientes las ampollas, ya que pueden infectarse.
• En casos graves, consulta con un profesional médico.

Proteger tu piel no es una cuestión estética, sino de salud. El sol deja huella incluso cuando no lo notas. Una buena protección solar, compuesta por uso regular de crema solar o bloqueador solar, así como gorras o sombreros (y, por supuesto, evitando la exposición en las horas de máxima incidencia), es la mejor inversión para mantener tu piel sana y joven por más tiempo.