Cómo elegir tu seguro de coche

Lo primero que es necesario saber es que seguro de coche debemos tener en nuestro país porque es obligatorio. Los vehículos matriculados deberán contar con ello, de tal forma forma que cubra las posibles lesiones o daños físicos o de carácter material que puedan provocar a otro conductor si se produce un accidente. No olvidemos que el seguro de coche es vital para que cualquier conductor o los pasajeros viajen con la debida protección.

El caso es que a veces aparecen dudas sobre qué seguro será el más recomendable en tu propio caso, para los pasajeros o el mismo vehículo. Cuando hablamos del seguro del coche, hay que estar atento a las características en concreto de cada póliza. La opción más barata no siempre suele ser la más conveniente, tanto por la clase de coche como por la antigüedad o el estado del propio vehículo, por donde conduzcas o el uso que le des a este.

Desde un seguro a Terceros Básico, al Todo Riesgo sin franquicia, existe una gama amplia de modalidades de seguro entre las que es posible elegir. De la misma forma es posible completar los distintos tipos de seguro con una serie de coberturas opcionales extra, dependiendo de las necesidades que tengas en concreto.

Pero… ¿En qué debemos fijarnos?

El estado actual del automóvil

Debemos saber si estamos estrenando coche o si el mismo sigue luciendo como si fuese nuevo. Seguro que vas a querer que esté protegido ante cualquier clase de improviso y que se pueda cubrir cualquier reparación al respecto. Si deseas que el seguro se encargue de reparar los golpes o arañazos, es preciso que contrates un seguro a todo riesgo.

Depende del uso que le des al vehículo

Cuando se usa el coche a diario, crecen las probabilidades de acabar teniendo una avería o accidente aumentan, en especial cuando circulamos por carreteras en mal estado o con elevada densidad de vehículos. Aquí estás más protegido con un seguro a todo riesgo que pueda cubrir toda clase de daños. Lo vas a encontrar disponible con y sin franquicia, siendo esta segunda alternativa algo más barata.

¿Dónde lo aparcas?

Respecto a este tema todo depende si lo aparcas en la calle o en el garaje. El coche en la calle es más posible que sufra daños que uno que se encuentre aparcado en un garaje. Si un conductor golpea tu coche mientras está aparcando, te lo intentan robar o hay daños provocados por la meteorología, vas a estar cubierto. Eso sí, deberás consultar qué es lo que cubre cada póliza en cuestión.

¿Por dónde conduces?

Aquí debemos saber si lo hacemos por la ciudad o la montaña, en el norte o en el sur. Hay que saber por dónde vamos a usar el coche a la hora de elegir la clase de seguro. Pensemos que el pedrisco o granizo pueden acabar provocando abolladuras en la carrocería del vehículo, y en algunas zonas rurales es habitual que algunos animales como jabalíes o ciervos atraviesen la carretera y puedan llegar a chocar contra el coche.

En muchas compañías existen este tipo de coberturas por eventos de carácter meteorológicos que cubren la reparación del coche por estos motivos, algo que en algunas zonas geográficas es más habitual de lo que podemos pensar. De igual forma, dependiendo de la zona por la que se conduzca, es posible que sea interesante que tengas aseguradas las lunas del vehículo.

Piensa que tomas ese camino de montaña y, de repente, ves como una piedra que ha salido disparada lo que hace es golpear tu parabrisas. Si tienes una cobertura ante la rotura de lunas, el seguro se va a encargar de su pronta reparación.

La necesidad de que nuestro vehículo esté asegurado

Como dice la ley, aunque tengas un coche aparcado en la calle o en un garaje y no la uses, si todavía no te diste de baja, deberá estar asegurado. Todo ello se debe a que los vehículos, aunque no circulen, siempre van a poder encontrarse implicados en alguna clase de siniestro y que provoque daños a un tercero, caso de algún incendio en el garaje, por ejemplo, Aquí como propietario deberás asumir los costes de los daños, tanto materiales como personales que se puedan producir.

Como mínimo en España todos los coches dados de alta en Tráfico deben disponer de un seguro obligatorio de terceros que cubra la Responsabilidad Civil del conductor frente a otros terceros cuando se produzca un accidente. Si el coche no está asegurado, el propietario se puede enfrentar a una serie de sanciones y multas que pueden llegar a estar en una horquilla de entre 601 y 3005 euros, dependiendo de la clase de vehículo y el permiso de circulación que tengamos.