La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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La aceptación de la pareja de hecho ha ido evolucionando tanto en la sociedad como en el marco legal. Por eso, en estas uniones ahora se disfrutan de derechos legales, aunque, por supuesto, también nacen obligaciones de esta figura de pareja. Sin embargo, se hace necesario explicar que sí existen algunas diferencias entre la unión de hecho y el vínculo matrimonial, ¿cuáles son?
La convivencia romántica entre dos personas es el principal factor que describe a este tipo de vínculo legal. Ahora bien, para que se considere la existencia de esta relación debe ser de dominio público que comparten una vida juntos. No obstante, no a cualquier relación se le debe catalogar como convivientes; también se necesitan cumplir algunas condiciones, a saber:
Ahora bien, el Código Civil no regula las uniones de hecho, así como tampoco hay una ley estatal que contemple los derechos y obligaciones de este tipo de pareja. Sin embargo, las comunidades autónomas sí han promulgado normas que las tipifican y protegen de cierta forma.
Para que una unión de hecho produzca efectos legales es obligatorio que se inscriba ante el Registro de parejas de hecho, o bien, que se constituya una escritura pública. Pero, cabe la pregunta, ¿no es eso un matrimonio?
Si bien son figuras parecidas, no hay que confundir una unión con la otra. Por ejemplo, el matrimonio está contemplado en el Código Civil, mientras que las uniones de hecho solo están respaldadas por las comunidades autónomas, por cuanto, hay lugares donde todavía no hay regulación legal para estas parejas.
Mientras que el matrimonio es válido desde el momento de la inscripción legal ante el Registro Civil, las parejas de hecho requieren de un tiempo mínimo de convivencia para que su registro sea acreditado.
En cuanto al régimen económico, hay leyes que regulan los derechos y deberes de los cónyuges, e incluso respecto a terceros. Mientras que la unión de hecho tiene toda libertad de gestión sobre cuestiones económicas. En consecuencia, podrán presentar una escritura ante el notario para dejar constancia de pactos de este y cualquier tipo.
Por otro lado, las personas con unión de hecho no cambian su estado civil, aunque esté inscrita su relación en la Comunidad Autónoma. De manera que, siguen siendo solteros aunque vivan juntos. Esto, a su vez, supone que la convivencia podrá ser disuelta en cualquier momento, sin necesidad de procesos jurídicos largos, como sí ocurre con el matrimonio.
Gracias a estas diferencias, es más fácil determinar qué es lo mejor para la pareja, si casarse o establecer una unión de hecho. No obstante, para iniciar con esta última es necesario solicitar los servicios de un abogado, pues también se deben cumplir con una serie de requisitos para inscribir una relación de hecho; por ejemplo, se debe realizar un proceso de formalización. Así que, para que todo se gestione de forma clara, lo mejor es buscar un abogado experto en uniones de hecho.
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