A la hora de adelgazar, la dieta juega un papel fundamental. Esta debe ser saludable y se debe dejar fuera de ella a los alimentos más calóricos o, al menos, consumirlos con moderación, pues conseguiremos perder peso si, cuando finalice el día, hemos gastado más calorías de las ingeridas. El ejercicio físico, por lo tanto, igualmente es importante, pues dedicándole media hora al día 'quemaremos' unas 450.

Si queremos perder peso lo mejor es ponernos en manos de un profesional, para que nos haga un plan personalizado en el que se indique las calorías que debemos tomar y qué alimentos nos las pueden proporcionar. Un programa que se adapte tanto a nuestros gustos como a nuestras necesidades.

Aunque igual que hay algunos alimentos que deberíamos desterrar de nuestro plan porque, además de aportarnos una gran cantidad de calorías, apenas nos proporcionarán nutrientes, como los ultraprocesados, hay otros que encajarían en cualquier programa de adelgazamiento, debido a sus propiedades y aporte calórico.

Uno de ellos es el calabacín, que 'botánicamente' es una fruta pero lo encontramos en el mercado como una hortaliza. Este alimento nos proporciona tan solo 17 calorías por cada 100 gramos, por lo que si estamos buscando adelgazar encajaría perfectamente en nuestra dieta. Además, apenas contiene grasa.

Este alimento, además, nos aporta vitaminas del grupo B y la C. De hecho, tomando tan solo un calabacín de unos 250 gramos estaremos ingiriendo alrededor del 60% de la cantidad del nutriente que se recomienda consumir cada día.

El calabacín también nos proporciona algunos minerales esenciales como el fósforo, el magnesio, el calcio o el potasio, que nos ayudará a dormir mejor, por lo que incluir el calabacín en nuestras cenas puede ser una idea muy interesante.

Un ingrediente perfecto para las típicas cremas invernales

El calabacín, además, encaja perfectamente en las cenas que más apetecen en esta época del año, pues es el ingrediente perfecto de una crema caliente, que podríamos preparar con otras hortalizas y verduras.

Por otro lado, es un alimento que puede actuar también como acompañante, siendo la guarnición de un plato en el que predomine la carne o el pescado. Aunque igualmente es capaz de ser el protagonista de la comida, si preparamos, por ejemplo, unos calabacines rellenos.

Y es que este alimento es uno de los más versátiles que encontraremos en el mercado, pues podemos tomarlo crudo, frito, hervido, al vapor, a la plancha o incluso en el horno. En la freidora de aire, electrodoméstico que cada vez es más habitual encontrarlo en las cocinas españoles, podemos preparar con este alimento un aperitivo tan rico como ligero, siguiendo los pasos que marcan desde Divina Cocina.