Junto al plan para reforzar a la primera plantilla para la próxima temporada, el Sevilla trabaja para potenciar a su filial con jugadores procedentes de otras ligas con una marcada proyección. En esa línea inscribe el club al francés Bilal Boutobba, al que la secretaría técnica nervionense seguía los pasos desde hace tiempo y con el que llegó a un acuerdo que ayer desveló el portal francés RMCSport. El habilidoso extremo de 17 años -cumplirá 18 el próximo 29 de agosto- no llegaba a un acuerdo con la entidad marsellesa para firmar su primer contrato profesional -fue el jugador más joven en debutar con el primer equipo, con tan sólo 16 años y tres meses- y el Sevilla movió ficha para convencerlo, como así ha sido.

Boutobba es considerado una de las jóvenes perlas del fútbol francés. Es zurdo pero suele actuar en la banda derecha, a pierna cambiada, como suele hacer Unai Emery con sus atacantes que juegan junto a la cal.

En principio, Boutobba, que ha sido internacional sub 18 con Francia en nueve ocasiones (tres goles), va a recalar en el Sevilla Atlético, como el colombiano Carrascal, recién fichado y anunciado ya de forma oficial por el club. El chaval se ha despedido en los últimos días de sus compañeros en el equipo marsellés.

Mientras, el Sevilla avanza en las conversaciones para dos incorporaciones de un calado bastante mayor, las de Lucas Pérez y Praet. El delantero gallego tiene una cláusula de rescisión de 20 millones de euros a la que el Sevilla no se va a acercar siquiera, pero la necesidad del Deportivo de recibir una buena inyección de dinero para sanear sus arcas, junto a la intención del jugador de recalar en un ambicioso proyecto de Champions, facilita que las conversaciones vayan avanzando. En el caso de Praet, las negociaciones también continúan su curso y será cuestión de tiempo que el Anderlecht acepte una oferta: el talentoso centrocampista, de 22 años e internacional absoluto con Bélgica en ocho ocasiones, quedaría libre en julio de 2017.