De Jiménez y la Pilarica
betis | zaragoza
El Zaragoza, como el curso pasado, apura sus opciones de salvación con el arahalense al mando Apoño y Postiga, las esperanzas mañas
Hace unos días aparecía una pancarta en La Coruña que rezaba: "Año tras año el maletín salva al maño", en alusión al posible amaño de partidos en favor del Zaragoza en los últimos tiempos. Sea como fuere, ni las supuestas primas a terceros han evitado que el cuadro dirigido por Manolo Jiménez aparezca, a dos jornadas para la conclusión, como uno de los principales aspirantes a abandonar la categoría al no depender de sí mismo.
Pocos hubiesen apostado por el sufrimiento aragonés a mediados de campaña. Los de La Romareda vivían con comodidad en la mitad de la tabla y a cinco puntos de los puestos europeos en la decimoséptima jornada. Pero una lamentable racha de ¡quince partidos! sin conocer la victoria los hundió en la clasificación. Luego llegaron dos triunfos, ante Mallorca y Rayo Vallecano, ambos como anfitrión. Sin embargo, la racha se cortó en Valencia ante el Levante con un empate a nada y hace siete días un gol de Ibai Gómez helaba a los maños en la derrota en el descuento ante el Athletic (1-2). Ahora toca sufrir.
SIN BALÓN
Después de recibir más rezos y flores que la Pilarica por y para lograr el milagro de salvar al conjunto zaragozano el pasado curso, Jiménez construyó un equipo con la intención clara de no pasar apuros. Lo consiguió en la primera parte de la campaña con un grupo concienciado de sus limitaciones y que hacía del trabajo su gran pilar sobre el césped. La defensa se convirtió en su mejor ataque, lo que le llevó a conseguir más puntos a domicilio que ante su parroquia, donde el público asumía el cartel de su equipo como mejor fuera que en casa. El buen papel de Roberto bajo los palos, la consistencia atrás de hombres como Álvaro, Sapunaru, Abraham o Paredes y la experiencia de Movilla por delante de la defensa otorgaron la consistencia necesaria para esquivar los problemas.
CON BALÓN
Con el paso de las jornadas el equipo se le empezó a caer al de Arahal. Sobre el césped la presión de sus jugadores no era la misma que en el pasado. Y con el balón cada vez eran menos los que asumían galones y se echaban el equipo a las espaldas. En esta lista se salva Apoño, quizás el jugador con más clase en los zaragozanos. El malagueño ha sabido manejar el tempo en los partidos y su clase y aportación goleadora (9 tantos) han sacado de más de un aprieto a los suyos. La movilidad del ex sevillista Rodri, el olfato de cara a puerta del incombustible Helder Postiga y la progresión de Montañés en las bandas, han completado el ramillete de buenas maneras de un Zaragoza que tendrá complicada la salvación al no depender de sí mismo.
LO MEJOR
La calidad de Apoño y los goles de Helder Postiga.
LO PEOR
La inconsistencia en el juego, aspecto que le llevó a encadenar 15 partidos sin ganar. El sistema táctico de Jiménez ha perdido la consistencia sin la pelota que cimentaba su eficacia.
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