Terapia ante la crisis
La plantilla y el cuerpo técnico cierran filas en el peor momento de juego y de resultados · Tapia medita realizar cambios tanto tácticos como en las sesiones
El comienzo de temporada del Betis había sido mejor de lo esperado incluso por el cuerpo técnico, que vaticinaba complicaciones por la adaptación a la categoría, pero, cuando parecía que el equipo bético empezaba a adquirir una identidad propia, todo el plan se ha venido abajo. Y Tapia, que la semana pasada ya mantuvo un intenso diálogo con su plantilla, no quiere el trabajo realizado con anterioridad se quede en el olvido. El técnico transmitió confianza a su plantilla, aunque también elevó la voz para solicitar mayor concentración durante los partidos y una mayor cohesión de todas las líneas.
El ambiente se ha enrarecido en Heliópolis tras los cuatro últimos partidos. El Betis no se puede permitir tres empates y una derrota de manera consecutiva en Segunda, de ahí que los primeros síntomas de nerviosismo hayan empezado a aparecer en el entorno del equipo. El cuerpo técnico no quiere que la presión acabe por atenazar definitivamente al equipo, de ahí que el mensaje haya sido el de cerrar filas junto a su plantilla.
A nadie escapa que el Betis pasa ahora por el peor momento en cuanto a juego y resultados. Al equipo bético le han empezado a perder el respeto que imponía su presencia en la categoría y ya los equipos comienzan a disputarle la posesión del balón desde el primer momento. Tapia insiste a sus jugadores en la necesidad de no fallar tantos pases e incluso viene planteando los entrenamientos haciendo hincapié en este aspecto, pero al equipo cada vez le cuesta más combinar una jugada.
Estos aspectos han repercutido en la capacidad ofensiva del equipo, que se ha visto disminuida en los últimos encuentros. Salvo en los primeros 25 minutos disputados en Vallecas, cuando el equipo llegó al área rival con facilidad y generó ocasiones, el Betis se ha atascado. Ni ante el Cartagena ni ante el Real Unión el equipo mostró la pegada de anteriores ocasiones y el sábado todo se agravó. El Castellón, que era el equipo más goleado de la categoría, apenas tuvo que frenar al equipo verdiblanco, que sólo disparó una vez a puerta y nunca ofreció sensación de peligro.
La baja de Sergio García, que ya venía jugando con molestias en los últimos encuentros, y las prolongadas ausencias de Emana, que no lo hacen estar metido de lleno en la dinámica de grupo, están suponiendo un lastre a la capacidad ofensiva del Betis, que tampoco cuenta con demasiados efectivos en esa zona. Si a esto se le suma que las ausencias de Nacho, Juanma y Damià han obligado a cambiar el dibujo táctico, el equipo verdiblanco ha perdido el sello que había empezado a adquirir anteriormente.
La solución pasa por revertir la dinámica cuanto antes. Tapia medita ahora realizar cambios tanto en el dibujo táctico, buscando un mayor equilibrio en el centro del campo, como incluso en la planificación del trabajo diario. La necesidad de buscar alternativas que sirvan para que el equipo vuelva a coger aire es la terapia de Tapia ante la crisis.
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