Unión más allá de la fraternidad

Dos personas y un vínculo especial: el piragüismo. Un nexo cuya energía reside en el seno de una fuerza llamada familia en la que el deporte cobra vida en María y Paula Márquez de la Plata Blasco. Dos hermanas que, gracias a esta disciplina, han conseguido que su relación trascienda más allá de compartir sangre y apellidos.

Después de cinco primaveras formando parte del Piragüismo Lipasam (único equipo en el que ambas han competido hasta el momento), estas jóvenes de 16 y 14 años, respectivamente, han experimentado valores como la constancia, el compañerismo, primordial para las dos, y la ambición dentro de una modalidad en la que emprendieron su aventura por diferentes motivos.

A sus 11 años, María decidió iniciar su camino como regatista gracias a la insistencia del entrenador de su hermano mayor (quien hacía canoa), que finalmente logró convencerla. "Cada vez que pasaba por el club me invitaba a probar. Me dijo que me divertiría remando. A mí no me gustaba nada el agua del río Guadalquivir, pero por pura insistencia probé. La verdad es que no se equivocó", afirma la mayor de las Márquez de la Plata.

Paula, por su parte, se sintió atraída por la piragua al ver a su hermano participar en una modalidad acuática. Hasta los ocho años no pudo formar parte del equipo, ya que ésta es la edad mínima para competir. "He realizado otros deportes como el baloncesto y la natación, pero ninguno me llegó a gustar tanto como el piragüismo", corrobora.

El afán de superación y el buen ambiente que se experimenta en las regatas, así como la oportunidad de conocer a otras personas a las que también las apasiona el mismo deporte son las principales motivaciones que reúnen ambas hermanas en su implicación en el mundo de las regatas. "Gracias a las competiciones hemos conocido a personas que, a día de hoy, son imprescindibles en nuestras vidas. Nuestro aliciente a la hora de competir no es sólo demostrar el trabajo realizado semanalmente en los entrenamientos, sino también el encuentro con esas personas", aclaran.

¿Qué es esencial en el piragüismo? Ellas lo tienen claro: la fuerza de voluntad y las ganas de disfrutar, tanto en los entrenamientos como en las competiciones, y de mejorar cada día. "Esa ambición es la que lleva a superarse a una misma", indica María.

Alumnas del colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón, en el que estudiarán el próximo curso Primero de Bachillerato y Tercero de Secundaria respectivamente, conciben su club como una segunda familia. "Sabemos que podemos contar con nuestros compañeros tanto en los buenos como en los malos momentos. Somos gente distinta unida por un objetivo común. No todo el mundo piensa como tú, pero eso no tiene por qué influir en la práctica. Compartimos los barcos, las palas e incluso, en estos días de calor, el agua para beber", valoran, al mismo tiempo que aseguran que la cima de la convivencia alcanza su máxima expresión cuando alguien del equipo logra "algo importante".

Hasta la fecha, las hermanas Márquez de la Plata han cosechado varios éxitos tanto a nivel autonómico como nacional. La mayor fue campeona de Andalucía en las categorías de K1, K2 y K4 y acumula un total de siete medallas en competiciones nacionales, la mayoría de ellas conseguidas junto a su compañera Ana Machado. "Recuerdo la primera vez que gané una medalla a nivel nacional. Fue en un pantano de Galicia, en 2013, cuando conseguí ser campeona de España en K1, con sólo 13 años. Logré mi propósito en la temporada. Después, he ido sumando experiencias, algunas con logros y otras con caídas. Sin embargo, todas las califico como buenas", reconoce.

Por su lado, la menor de la casa, y no por ello menos ganadora, cuenta en su casillero andaluz con siete medallas de oro, diez de plata y cinco de bronce, algunas logradas individualmente (en K1) y otras en barcos de equipo con su "camarada" Concepción Machado (en K2). Una medalla de plata y dos de bronce en España, todas en K2 con la misma compañera, amplían sus triunfos. "La medalla que más ilusión me hizo la gané el año pasado en la Copa de España de 3.000 metros, en Zamora. Era la primera vez que llevábamos el K2 en una competición nacional", señala, a la vez que añade que las victorias individuales "alegran mucho", pero ganar con una compañera y amiga "es más significativo".

Figura fundamental en sus éxitos ha sido, hasta ahora, su entrenador, Antonio Garrido, al que agradecen todo lo aportado. "Nos ha enseñado no sólo a ser buenas piragüistas, sino también a crecer cada día un poco más como personas. Él comparte con nosotras cada una de nuestras medallas y caídas", confirman.

La próxima gran cita para estas regatistas será el Campeonato de España, que se celebrará en Galicia durante los días 30 y 31 de este mes. María, que competirá en K2 y K4, asegura que lo hará con un "buen sabor de boca", y "muchas ganas de disfrutar". Mientras, su hermana lo hará en las categorías de K1 y K2 e intentará mejorar su clasificación personal en la primera y conseguir medalla en 1.000 metros en la segunda.

A modo de conclusión, María motiva a su hermana incitándola a que "siga adelante", y, sobre todo, "disfrute". "Que no se centre en conseguir medallas, sino experiencias, y que nunca olvide la parte más bonita de este deporte, la familia que se forja dentro", detalla. A su vez, afirma que nunca le han faltado ánimos de Paula. "Siempre me ha apoyado en cada regata y cuando he sufrido ha sido la primera en darme un abrazo. Este deporte nos ha unido más como hermanas, y a mí me ha hecho estar orgullosa de ella", reconoce. Un claro ejemplo de que la unión sí hace la fuerza.