Toca remangarse, agachar el culo y trabajar confiando en el esfuerzo individual de cada uno. Si no fueron estas las palabras exactas, sí que fue el mensaje que Luis Casimiro lanzó a su plantilla –lo que hay de ella estos días de ventanas FIBA– estos dos días de entrenamiento en la pista del sótano de San Pablo. Pero el Coosur Betis, colista de la Liga Endesa, necesita algo más que el deseo y el cambio de cromos en el banquillo, porque el técnico, que dijo en su presentación que no viene con ningún jugador bajo el brazo, tampoco trae una varita mágica que haga bueno lo que hasta ayer era malo.

Hacen falta fichajes, es evidente, aunque sea por completar las fichas vacantes de Carrington y Marko Todorovic. Con muchos equipos en busca de pívots, entre ellos Unicaja –no saldrá cedido Rubén Guerrero hasta que a Málaga llegue otro interior–, el conjunto verdiblanco reforzará primero su batería exterior con Aleksandar Cvetkovic, proveniente del Plateros de Fresnillo mexicano. No es un recambio hombre por hombre para Carrington, ya que el serbio es base, pero este movimiento podría hacer que Evans jugara más liberado como escolta en ciertos momentos, aunque su porcentaje desde el triple no está siendo de los más destacados.

Cvetkovic tiene experiencia en la ACB tras su paso por el Manresa, Estudiantes y Breogán entre 2016 y 2021 durante cinco campañas. Es cierto que descendió con los tres, aunque cumple con sus números con el rol de director de juego secundario promediando en 127 encuentros 6,8 puntos (con un 37,3% de efectividad desde el triple), 1,4 rebotes y 2,1 asistencias en 19.11 minutos.

El mercado aprieta y la posición del Betis no es la mejor, ni económica ni deportivamente, para aspirar a nombres mediáticos, aunque ha habido algún ofrecimiento extraño. Los jugadores quieren disputar alguna competición europea y los que hay dispuestos a bajar al barro exigen cantidades inasumibles para la entidad heliopolitana. "Ficharemos jugadores que ayuden; necesitamos a todos empujando", se apunta desde el club. Y en ese perfil encaja Cvetkovic, como en la primera etapa de Luis Casimiro lo hizo un joven Hakanson cuando en enero de 2016 aterrizó con 20 años en el Baloncesto Sevilla, que ya contaba con un Miljenovic que tampoco funcionaba. El sueco llegaba entonces del Riga, donde estaba cedido por el Barcelona y sin experiencia en la Liga Endesa y el manchego lo exprimió al máximo sacándole un gran rendimiento. La idea ahora es parecida.