Las exigencias de Pedro Fernández dejan de serlo para convertirse en súplicas

El presidente y máximo accionista del Betis Baloncesto suaviza su discurso, y aunque sigue hablando de que su proyecto deportivo abandone la ciudad, está abierto a explorar nuevas vías de financiación indirecta por parte de los entes públicos

Solicita al Ayuntamiento de Sevilla la compra de todo tipo de instrumentos en San Pablo como inyección económica, a pesar de que a principios de temporada llegaron a un acuerdo verbal con el IMD para compartir estos materiales con el resto de entidades

De la advertencia de Pedro Fernández respecto al Betis Baloncesto a la marcha de Berdi Pérez

La solitaria figura de Pedro Fernández, durante el último partido en San Pablo del Betis Baloncesto.
La solitaria figura de Pedro Fernández, durante el último partido en San Pablo del Betis Baloncesto. / @7vueltas

Sevilla/Hay historias que uno huele que no van a acabar bien, que deben darse muchas circunstancias para que no se tuerza en algún tramo de la misma. La apuesta del Grupo Hereda, y de Pedro Fernández como figura en singular, de absorber la totalidad -o casi, pues le pertenecen un 99,9% de las acciones- de la dirección del Betis Baloncesto S.A.D., manteniendo ciertos patrones con errores pretéritos formando parte del día a día, no ha llegado a buen puerto como se auguraba.

Es más, meses después de engendrar una de las plantillas de mayor valor de toda la Primera FEB y no alcanzar las altísimas expectativas generadas, este Hereda Betis se ha visto obligado a bajarse los pantalones, perdonen la expresión, ante el Ayuntamiento de Sevilla, pues la continuidad del club verdiblanco tal y como se conoce actualmente depende de unas ayudas económicas (a las que no puede acceder por la vía legal al tratarse de una entidad privada) que sostengan la viabilidad de un proyecto de más ambición que la soportada.

Pedro Fernández falta a su palabra por enésima vez

El mencionado grupo empresarial tiene decidido cambiar la denominación de la entidad a partir de la próxima temporada, deshaciéndose de la empresa Betis con la cual selló este verano un acuerdo por cinco temporadas (manteniendo marca, colores y escudo del Real Betis Balompié), y así tratar de esquivar los impedimentos legales que imposibilitan que una entidad privada tenga acceso a las ayudas públicas, además, de olvidar una deuda pasada que no quiere asumir al considerarla parte de otro proyecto anterior.

En un extenso manifiesto explican el porqué de una decisión en la que cada día parece más complicado que se dé una marcha atrás: “Para proyectar con mayor y mejor claridad a la ciudad de Sevilla que éste es un proyecto andaluz, de la ciudad de Sevilla, y para dar impulso y publicidad a la ciudad de Sevilla”. Hasta en tres ocasiones reitera en una extensa misiva que sus intenciones son por y para Sevilla, aunque hace unos días mencionó en una explosiva rueda de prensa que no le temblaría el pulso al cambiar de sede si las instituciones no aceptaban sus exigencias, convertidas en un abrir y cerrar de ojos en súplicas.

De este modo, a la vista está que Pedro Fernández ha optado por bajar el tono, algo que podría haberle ayudado de hacerlo desde el principio. Su discurso ha cambiado. Expresa abiertamente que la marca Betis crea división y prejuicios sobre la afición y abre una nueva vía de negociación con el Consistorio hispalense al solicitarle al alcalde, José Luis Sanz, y su grupo de trabajo que, en vez de financiarlo directamente, lo haga de manera indirecta e inflada a través de la compra del material y resto de bienes de San Pablo que pagó de su bolsillo al entrar en el proyecto y que utilizan también el Insolac Caja 87 y el CB Sevilla Femenino, como así establecieron a través de un acuerdo verbal y anual las tres entidades en una reunión mantenida con el IMD a principios de temporada.

El Ayuntamiento mantiene su postura

Como ha podido saber este periódico, el Ayuntamiento de Sevilla no piensa ceder ante las supuestas urgencias económicas del Hereda Betis, pero en contra de estos últimos existe una realidad que afloja el nudo y, por tanto, la presión que tratan de ejercer. La inesperada e inoportuna aparición para la entidad verdiblanca del Insolac Caja 87, además de dividir un amplio sector de la afición al baloncesto en Sevilla, coloca en una cierta posición de ventaja al Ayuntamiento sevillano a la hora de tomar cualquier decisión. Pues si el actual Betis Baloncesto decidiera finalmente trasladarse de sede, el juicio popular no sería tan contundente hacia el equipo de gobierno de Sanz.

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