athletic· La previa

Una cita muy engañosa

  • El Sevilla está obligado a ganar al Athletic para que no termine de deshilacharse la débil cuerda que mantiene su ilusión. La baja de Jesús Navas se une al peligro sordo del rival

Unai Emery intenta mantener la guardia alta. Está obligado a ello porque sabe que la cita que tiene hoy su equipo en el Ramón Sánchez-Pizjuán es muy engañosa. De entrada, se juega un lunes a las diez de la noche, entre Semana Santa y Feria y antes de un derbi, importantes sordinas para un clásico de la Liga que además en esta ocasión llega especialmente descafeinado. El Sevilla recibe al Athletic y el mero anuncio en los carteles de este encuentro debería tener suficiente tirón, pero Nervión no presentará una de sus mejores entradas, ni mucho menos. Al nuevo castigo al abonado sevillista se une también el peligro sordo de un rival al que Emery ha elogiado con razón. Y por último, está la incógnita de cómo resolverá el guipuzcoano la baja del único futbolista de campo que ha jugado hasta ahora todos los partidos, Jesús Navas.

Todos estos condicionantes, puestos en una bandeja, equilibran el fiel de la balanza frente a la incuestionable racha positiva del Sevilla al calor de los suyos. Aquí también es engañosa la cita, porque, como han recordado los propios protagonistas, desde Beto hasta Emery o Rakitic ayer mismo, las estadísticas no ganan partidos ni se conoce ningún encuentro ganado antes de jugarlo. Al peligro sordo de un Athletic al que Emery califica como uno de los equipos más intensos de la Liga se une este otro peligro, el del exceso de confianza por el hecho de que el encuentro se dispute en Nervión. Pero de esto también se ha encargado de avisar Emery a sus futbolistas, en público y en privado. A partir de las diez se verá si sus mensajes cautelosos han calado en la plantilla, o al menos en los once protagonistas que elija para el partido.

Uno de los alicientes de esta engañosa cita es averiguar cómo solventa Emery la baja de su principal motor, Jesús Navas. Sin entrar a valorar si el palaciego forzó o no la quinta tarjeta para no perderse el derbi del próximo viernes, hay que reconocer que su habitual influencia positiva en el juego de ataque se había acrecentado aún más desde la llegada al banquillo de Emery. El técnico de Fuenterrabía ha conseguido lo que perseguían sin mucho éxito otros predecesores en el cargo, que Jesús Navas participe con más dinamismo por todo el campo en el juego, despegándose de la cal y levantando más la cabeza para elegir la mejor opción en cada momento. Por eso el Sevilla puede notar más que nunca su ausencia.

Por lógica, y por lo que ya ensayó ante el Levante, lo más posible es que Reyes sea su sustituto en el flanco derecho, aunque la premisa de todos los que ocupen el frente de ataque, independientemente de su orden posicional o de quiénes sean los elegidos, será que tengan una constante movilidad para evitar las marcas fijas de los futbolistas de Marcelo Bielsa. Una de las opciones es que la línea de tres cuartos, la que debe enlazar la medular con Negredo, la conformen Reyes, Rakitic y Manu del Moral, aunque también es muy posible que Alberto Moreno regrese a la posición con la que Emery le dio la titularidad, es decir, la de extremo izquierdo, en lugar del jiennense. Stevanovic tiene muchas menos opciones de partida.

Hay cierta preocupación por el juego aéreo del Athletic, juegue Aduriz, el titular, o lo haga Llorente, y esto podría condicionar asimismo algún cambio importante en la defensa. Durante la semana ha ensayado Emery con Cala junto a Fazio en el eje de la zaga, sobre la lógica de meter centímetros en una defensa que ha perdido envergadura desde que Fernando Navarro está actuando de central izquierdo. Pero el guipuzcoano ha tenido también muchísima cautela en la preparación del partido y se ha encerrado hasta en tres ocasiones con sus jugadores para madurar con calma la forma de hincarle el diente al Athletic, del que no se fía un pelo.

El equipo de Bielsa llega después de un triunfo sobre el Granada que ha sido balsámico. El fantasma del descenso ha merodeado en alguna ocasión por San Mamés esta temporada y ahora en Bilbao hablan de que la barrera del abismo se ha quedado a once puntos. Con todo, y habiendo descartado ya Europa, el equipo vasco quiere aumentar el colchón de su tranquilidad y con esa intención llega a Sevilla.

El Sevilla, en cambio, aún mantiene un pequeño hilo de esperanza para meter la cabeza en Europa. Pero para que esa erosionada cuerda no termine de deshilacharse no tiene otra que ganar hoy, porque otros rivales que están por delante de él ya lo han hecho. Además, sería la mejor manera de equilibrar la confianza con que el eterno rival afrontará el derbi. De lo contrario, el panorama se ensombrecería muchísimo. Emery lo sabe y por eso ha insistido tanto en darle su justa importancia a una cita con mucho peligro sordo.

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