El fútbol lo explican los espacios

Sevilla - levante · el otro partido

Si Rakitic es el jugador más retrasado en la salida de balón y también quien remata, la duda es si su terreno asignado está bien ocupado por los demás,

Bella estampa del gol de Coke, aunque el lateral no aparece en la foto. Sí Gameiro, el balón y Keylor Navas, superado por aquél.
Jesús Alba

26 de enero 2014 - 05:02

El fútbol es espacio. En él se resume todo. La ocupación adecuada de los espacios a lo largo y ancho de un terreno de juego es el secreto para que un equipo haga bueno un sistema de juego. Un desmarque de ruptura es un balón al espacio, la misma regla del fuera de juego se rige por la ley del espacio, también del tiempo, pero fundamentalmente del espacio. Un delantero vive del espacio y el central que lo marca, también. Y ambos libran durante un partido una batalla sin cuartel por ganarlo.

Hay futbolistas que dominan mejor el espacio que el tiempo (Fazio), mientras que hay otros que se mueven mejor con el tiempo que con el espacio (Jairo). Hay jugadores que dominan mejor el espacio alto que el ras de suelo (otra vez Fazio) y otros que se manejan mejor con el balón tocando el césped que por los aires (Gameiro).

El Sevilla de Emery tiene desde que empezó la temporada un dilema con los espacios que no acaba de resolver. Para el centro del campo tiene jugadores que son capaces de ocupar por sí solos mucho terreno, a lo ancho, a lo largo (M'Bia) y también a lo alto (Iborra, sobre todo). Pero el vasco ha establecido dos Sevillas distintos, uno en casa y otro fuera. Centrándonos en este último, pues ante el Levante hacía de local, la posición de Rakitic no se complementó anoche con las características de su compañero en la pareja de pivotes. El suizo-croata jugaba casi de central con la salida de la posesión. Aunque aparece por todos lados, a menudo es el jugador de campo más retrasado para recibir del mismísimo Beto y subir el balón arriba. Para ello, Rakitic tiene que abandonar su espacio inicial de juego, el centro del campo, donde deja a un compañero que debe ocupar el suyo. En el caso de Carriço, el portugués es el que mejor domina la colocación y el sentido táctico, pero también es el menos dinámico, con lo que los metros libres se alargan mucho más para el Sevilla en determinadas transiciones.

No tiene por qué explicar todo esto la derrota de ayer ni es lo que se pretende, pero sí es una muestra que ayuda a comprender la importancia de los espacios en el fútbol. En un partido, todo se reduce a él. Hasta la más simple acción es un juego de espacios. A saber: la marca es una subasta del espacio; la cobertura es jugar con el espacio de un compañero; la permuta es un intercambio de espacios con un compañero que abandona su posición y vuelve a la jugada y la vigilancia en un ataque es un control pasivo del espacio no usado. Un mismo lanzamiento de penalti (como el que falló Rakitic) es un duelo por el espacio.

El Levante, y generalmente, todos los equipos de Joaquín Caparrós, busca con la distribución de sus piezas sobre el terreno de juego y la coordinación armónica de sus movimientos achicarle el espacio al contrario. Ante el Sevilla lo logró en algunos momentos, sobre todo al final una vez había logrado el 2-3 y el Sevilla los buscaba (los espacios) a la desesperada, pero no en otros en los que sí fue desbordado claramente por la movilidad con balón y sin balón de Rakitic y Coke. Fueron los minutos estelares de Keylor Navas, que no lo dominó en el gol de Coke, pero que se erigió luego en dueño y señor de su espacio. Y ahí estuvo la clave de una derrota que trunca una racha y que obliga a pensar de nuevo en pulsar la tecla adecuada.

Cuitas de un ataque trapezoide

Para determinados partidos de casa (Emery lo ha hecho en los dos últimos ante Getafe y Levante y también recurrió a esa figura en otro encuentro matinal frente a Osasuna), el Sevilla se alinea en ataque con dos delanteros y dos extremos-interiores, dos parejas en paralelo que a veces provocan fricciones en la distribución de los espacios. Que jueguen Gameiro y Bacca y que detrás se sitúen Reyes y Vitolo abriéndose para dar sitio a las entradas de Rakitic dibujan un ataque con forma de trapecio que no siempre es efectivo para hacer aflorar los espacios en las defensas rivales. Acaban alineándose jugadores unos detrás de otros sin que, por ejemplo, aparezca un nueve fijo, labor que acabó haciendo Fazio.

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