"No estamos para quedarnos aquí, sino para llegar más arriba con el Caja 87”

Los hermanos Crespo, Gonzalo y Sergio, miran con ambición al futuro del proyecto del Caja 87, después de una temporada de aprendizaje y cambios que califican con un “notable”

Gonzalo y Sergio Crespo, en la presentación del Caja 87. / M.G.

El proyecto del Caja 87 que nació hace un año va cumpliendo etapas. Con los pies en el suelo, aunque con el punto necesario de ambición, Gonzalo y Sergio Crespo tienen claro que no quieren “estar de paso”. La ilusión generada en una parte de la afición baloncestística de la ciudad exige “una responsabilidad” que no rehúyen. Al contrario, han hecho realidad un anhelo de años y ahora no quieren “quedarse aquí”.Hablan de “seguir dando pasos” y “crecer”, pues “el baloncesto no tiene por qué ser deficitario”.

–Ya en frío, ¿cuál es el balance de la temporada?

Gonzalo Crespo. Queríamos conocer la categoría y asentar el proyecto. El sueño de los play off fue un regalo. Diez minutos malos no pueden evaluar la campaña completa. Eso a todos nos disgustó, claro, pero creo que la temporada es de notable.

–Y es que la cosa empezó mal.

Sergio Crespo. Tal y como se hace el equipo, el tiempo en el que lo hicimos, la capacidad de reacción que tuvimos como club para enderezar un rumbo que empezó mal... Yo creo que todo eso son cosas positivas. Si el 15 de julio en las Setas nos ponen un papel por delante y nos dicen que el equipo se va a meter en los play off pero va a perder en la primera eliminatoria, lo habría firmado. Yo y las 250 personas que estaban allí.

–Pero duele esa despedida.

G.C. Lo tuvimos ahí y, cómo son las cosas, al final ascendió ese rival. En Palma fueron 10 minutos muy malos después de superar el primer cuarto. Llevábamos toda la semana insistiendo en que había que estar muy concentrados en el inicio. Recuerdo que al final del primer cuarto pensé que nos quedaban tres por aguantar de ocho de la serie, y de repente hubo esa desconexión.

–¿Qué se ha aprendido de esa experiencia?

G.C. Que necesitamos físico. Los equipos que suben son muy físicos en esta categoría, así que eso es algo que hemos buscado. En el baloncesto actual hay que hacer una mezcla de físico y talento, porque hay momentos en la temporada en las que hacen falta unas cosas más que otras.

–¿Se parece en algo el mundo del deporte al audiovisual del que vienen?

S.C. Creo que sí. Al final cuando tú trabajas con grupos humanos planteas objetivos que tienes que estar desarrollando. Estamos intentando introducir todos los parámetros empresariales que podemos en este proyecto deportivo. Evidentemente el punto de la afición, el de la emoción de ganar o de perder..., todo eso es un extra que no tiene un proyecto empresarial. A lo mejor eso en nuestro sector se parece un poco a cuando nos levantamos por la mañana y vemos la audiencia de algún programa: si ha sido bueno sabes que hay que trabajar más para mantenerse y si no lo ha sido, pues afrontar la resolución de ese problema.

–¿Sigue su proyecto el plan de ruta establecido?

G.C. Parte del problema del deporte en España es que hay que intentar profesionalizar los proyectos para que sean sostenibles en el tiempo para que tengan una identidad y capacidad real de asentarse. La experiencia de gestionar a nivel empresarial durante 30 años la hemos puesto sobre la mesa para gestionar un club deportivo. Cuando en otros proyectos ya hemos movilizado a 300 personas, cómo no vas a aplicar esos programas y esas maneras de organizar cualquier tipo de producción al Caja 87. Desde el principio se ha pensado de una manera muy profesionalizada, más que el 90% de los clubes de Segunda FEB seguramente.

–Hablan con ambición.

S.C. En nuestro caso está todo está pensado con una idea de crecimiento, de no quedarnos en Plata (Segunda FEB): un staff con tres entrenadores, un delegado, un fisioterapeuta, un preparador físico... Otro ejemplo es la manera de viajar. Siempre llegamos un día antes al destino para descansar bien antes de los partidos. Son estándares quizá por encima de la categoría. Creemos que tenemos que ir construyendo un proyecto que sea más fuerte, porque está llamado a hacer otras cosas. No estamos para quedarnos aquí, sino para llegar mucho más arriba.

–Pero se dice que el baloncesto es deficitario.

G.C. Nosotros no tenemos ganas de estar palmando dinero. Este año ya hemos perdido. Estaba previsto que palmáramos y hemos palmado, pero menos de lo que pensábamos, porque hemos conseguido 24 patrocinadores. Pero no estamos aquí para perder dinero, sino para asentar un proyecto que sea sostenible. No creemos en ese mantra de que el baloncesto es deficitario. Creo que se puede generar un ecosistema de negocio como pasa, por ejemplo, en Alemania o en Francia, donde los clubes no son deficitarios. Al contrario, ganan dinero y además cada vez son más competitivos. Tienen un modelo empresarial que han llevado al baloncesto creando un ecosistema deportivo alrededor del club en el que haya otro tipo de actividades para generar ingresos bajo tu marca. Después hay que conseguir que el tejido empresarial a nivel local, a nivel provincial, a nivel regional y a nivel nacional esté contigo. Si tú tienes 150 empresas vinculadas, ¿por qué tienes que ser deficitario? La filosofía de tener un solo patrocinador principal está caduca. Ese modelo ya no es viable.

GONZALO CRESPO “Una vez que el Betis nos dijo que no, creíamos que nuestra idea estaba madura para seguir” “El baloncesto no tiene por qué ser deficitario; tener sólo un espónsor principal no es el modelo”

–Entonces, ¿hay vida más allá del dinero público?

S.C. Claro que sí. La relación con la administración pública es necesaria, claro, pero no hay que decir “quiero tanto”, sino presentar un proyecto y decir “me falta esto”. Es decir, ir con un plan, con un 70%, por ejemplo, del presupuesto ya cubierto y mostrar un plan de negocio en el que presentas unos objetivos y lo que te falta para alcanzarlos, no empezar pidiendo desde el principio.

–¿Por qué el año pasado deciden dar el paso después de intentarlo en 2016?

S.C. Cuando en 2016 el banco optó por la opción del Betis, que no era la única, lo normal era dejar trabajar. Había un equipo ACB con una trayectoria y entendimos que lo normal era irnos a la grada a animar, que es lo que hicimos muchos años. Es solamente cuando el Betis nos traslada la posibilidad de deshacerse de la sección tras la mala salida del proyecto anterior, cuando se abre otra vez el melón. Trabajamos mucho en diseñar un proyecto que creímos que era viable y sólido. Entonces, una vez que no fue posible con la sección del Betis decidimos tirar hacia delante, porque creíamos en nuestro proyecto. Además, ese verano había un riesgo de que no hubiese ningún tipo de baloncesto profesional en la ciudad. En 2016 porque evidentemente no era el momento. Hacerlo entonces sí que hubiera sido un berrinche absurdo.

SERGIO CRESPO "Siempre decimos que Rafa Gomáriz hizo una plantilla y Eloy Ramírez, un equipo” “Salir en 2016 hubiera sido un berrinche absurdo, pero el año pasado tenía sentido”

–¿Y por qué no cuajó esa negociación con el Betis?

G.C. Nosotros conocemos a toda la gente del Betis y todo empieza, dentro las mil conversaciones que tenemos, de manera informal. A partir de ahí dijimos que estaríamos dispuestos a estudiarlo. Las dos partes fuimos muy claras, sabíamos hasta dónde podíamos llegar y apareció la otra opción y se decidieron por ésa. No pasa nada. Todas las cartas estaban encima de la mesa y sabíamos hasta dónde queríamos llegar y hasta dónde no, tanto ellos como nosotros. Pero nosotros, una vez que ya habíamos empezado, decidimos tirar hacia delante y poner en marcha un proyecto en el que veníamos trabajando desde hacía mucho tiempo.

–¿Cuáles son los objetivos este nuevo curso?

G.C. Lo primero es reforzar el proyecto. Es decir, tenemos que pasar de 24 patrocinadores a 50 ó 70. Tenemos que mejorar y ampliar la masa social para tener más fuerza y, evidentemente, en tercer lugar, aspirar a lo máximo en lo deportivo. El año pasado sentamos las bases para estar donde estamos y ahora tenemos que sentar las bases para estar donde nos gustaría estar.

Gonzalo y Sergio Crespo, durante el encuentro con la prensa en el que presentaron Insolac como nuevo patrocinador. / M.G

–Hablan con ambición.

S.C. La aspiración deportiva es máxima, pero con los pies en el suelo y creando una base sólida para que esto no sea flor de un día. Este proyecto no está basado en un arranque de nostalgia y que cuando nos cansemos lo cerremos. No. Somos de Sevilla y tenemos una responsabilidad. Ésa es nuestra ventaja y nuestra dificultad.

–Este año no existe el látigo del tiempo del verano pasado.

S.C. El año pasado era mucho más difícil convencer a un jugador de que viniera. No tenían referencias. Ahora es mucho más sencillo todo y hemos podido planificar todo de una manera mucho más estable, no sólo salvando situaciones de la mejor manera posible. Ya hay que explicar muchas menos cosas, porque el mundo del baloncesto ya sí que conoce el Caja 87.

–¿Un representante es un representante o hay diferencia en el mundo audiovisual y el deportivo?

G.C. Un representante es un representante. Absolutamente. Y un jugador es casi igual que un actor, cada uno con su peculiaridad en el buen sentido de la palabra.

–¿Cómo ficha el Caja 87?

G.C. No hay una figura de director deportivo como tal, peor sí hacemos una labor de scouting muy minuciosa por parte de una comisión deportiva que integran varias personas. Recibimos información por muchas por muchas vías partiendo de la base de buscar lo que ha marcado el entrenador. Después se pone sobre la mesa todo: la parte deportiva, la personal, porque insistimos mucho en fichar a buenas personas, y la parte económica, pero no se ficha a nadie que no haya tenido el OK del técnico.

–El cambio de Rafa Gomáriz por Eloy Ramírez fue clave.

G.C. Creo que no nos equivocamos con Rafa, quien hizo su trabajo en el momento que tenía que hacerlo con todas las dificultades que existían y cumplió esa etapa maravillosamente bien. Fichar a 12 jugadores y hacer un conjunto de la nada es algo a lo que hay que darle su valor. Tiene un conocimiento del mercado impresionante. Y eso en ese momento, en el que no había tiempo para hacer un scouting, fue clave, porque necesitábamos opciones reales. Siempre decimos que Rafa hizo una plantilla y Eloy, un equipo.

–¿Y cuál es la estrategia para esta temporada?

S.C. Como estrategia deportiva tenemos claro que los tres pilares son renovar un bloque importante, reforzar los posiciones en las que el equipo tenía que ser reforzado, como la pintura, y seguramente dejar alguna ficha libre, porque al final de mercado siempre surgen sorpresas y alguna oportunidad que se puede aprovechar. Un jugador tiene que saber si quiere hacer carrera en el Caja 87 o si su idea es estar de paso.

Cerca de 1.500 renovaciones ya de los 2.200 abonados del curso anterior

Una de las claves del éxito del Caja 87 ha estado en el apoyo que tuvo desde el inicio por parte de la afición. “En su momento captamos que existía una necesidad de que había hacer algo. Era una frase que escuchabas continuamente. Ahora es muy fácil decirlo, pero notamos esa necesidad y quisimos darle a la gente lo que demandaba. Al principio fue un acto de fe de mucha gente, porque no había nada, sólo una idea de la que no habíamos contado nada”, señaló Sergio Crespo. Ahora la idea es seguir reforzando “esa pata” fundamental del proyecto y, de momento, las previsiones son optimistas, después de sorpresa inicial que fue la acogida del Caja 87 en su nacimiento y el apoyo de los abonados, que “pulverizó las mejores expectativas”, dice Gonzalo Crespo: “En las previsiones más optimistas no estaba esa cantidad de 2.200 socios. Y ahora con la campaña de abonados de la nueva temporada está pasando igual, en poco más de una semana ya hay más de 1.500 renovaciones. Es una locura”, reconoció.

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