Informe técnico

Lo primero, llegar antes al balón

  • La intensidad del Eibar en su ordenada presión adelantada hizo recular poco a poco a un equipo que echó en falta frescura en la medular. Los 11 partidos sin Krychowiak se acusan.

El nuevo año trajo un saturadísimo calendario al Sevilla por su exitosa Copa. No ha podido jugar más. Aunque sí mejor. Sobre todo ayer, en un partido resuelto con el talante que un cansado oficinista cumple la jornada del viernes. Las piernas ya acusan la acumulación de esfuerzos, porque las rotaciones de Emery, siendo numerosas como no podía ser de otra forma, no pueden eliminar todo el plomo que el entrenador vasco quisiera.

Un ejemplo: ausente Krychowiak desde el partido con el Atlético, allá por el 24 de enero. Seis partidos de Liga, tres de Copa y dos de Liga Europa se ha perdido el puntal polaco, el corazón de este Sevilla. El pegamento de las zaga con la media. N'Zonzi y Cristóforo, que han jugado mucho durante este 2016 -el uruguayo, más de lo que posiblemente aconsejaba su anterior y dilatada inactividad-, tardaron poco en perder gas ante la intensidad armera. Tampoco los mediapuntas anduvieron con chispa y el resultado fue que los sevillistas ganaron por su calidad, por su buena disposición en el campo... y por esa corriente a favor, irrefrenable, que mana de Nervión.

Defensa

Esta vez Mendilibar sorprendió al mantener el 4-4-2, su esquema habitual en Ipurúa, en lugar del que suele usar fuera de casa, el 4-2-3-1 con Borja como punta de lanza. Junto a la revelación goleadora de la Liga, continuó en vanguardia Sergi Enrich. Y ambos fueron los primeros bastiones que debía superar el Sevilla cuando trata de iniciar la jugada desde atrás en corto, que fue el propósito, no pocas veces, de los pupilos de Emery. Ambos puntas no pararon de hostigar a los centrales o a los pivotes, mientras que le secundaban Escalante -medio centro defensivo desplazado ayer a la derecha- y Adrián más abiertos, e incluso Radocevic, con Dani García más anclado por detrás.

Una coordinada y valiente presión, como ya dispuso Mendilibar con aquel Valladolid tan adelantado en otros partidos en Nervión.

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Ya en la segunda parte, con el Sevilla definitivamente embotellado, la sociedad Juncà-Adrián hizo daño en la zona de Mariano. Pudo percutir mucho, a veces con peligro, el Eibar, porque en los balones colgados al área había dos referencias, Enrich y Borja, que no rehuyeron el contacto con los centrales.

Ataque

En la primera parte, lo habitual en el equipo de Unai en casa: laterales muy arriba, invitados por la tendencia de Reyes (derecha) y Krohn-Dehli a abandonar la cal y maniobrar por dentro. Sólo el danés acompañó de verdad a su lateral, Tremoulinas. Pero los balones surtidos por ese costado se encontraron con una sola pieza blanca en el área, Llorente. A Reyes o Banega les costó sumarse.

El argentino, en cambio, fue protagonista en la segunda parte durante esa fase, corta, en la que el Sevilla contragolpeó. Tuvo la sentencia con Gameiro galopando ya a campo abierto.

Virtudes

La hechura de equipo armado, cuajado -como la calidad-, no la pierde aun con menos piernas.

Talón de aquiles

Una versión menor, sin chispa, que se fue replegando ante el empuje armero. Y ese balón parado ha pasado de ser referente... a anecdótico.

UNO POR UNO

Sergio Rico En la balanza gana con claridad lo positivo (paradas bajo palos, tres de agilidad) a lo negativo (esa jugada en que se quedó bajo el larguero en la cesión, primero, y en la penetración de Enrich).

Mariano Más activo que entonado arriba, sufrió cada vez más atrás.

Rami Más trabajo del que seguramente pensaba tener. Resuelto con ciertas apreturas. 

Carriço En la distancia corta gana: ahí tapa su falta de ritmo.

Tremoulinas El más incisivo en la primera parte, asociado con Krohn-Dehli. Luego, tuvo que defender más. 

Cristóforo Cada vez le cuesta más llegar a las jugadas. Acusa la acumulación de esfuerzos. 

N'Zonzi Otro que cada vez sufre más para llegar al corte y para anticiparse y que optó por abrigarse muy atrás.

Reyes Si no entra, no entra.

Banega Altibajos por su relativa frescura de piernas y mente.

Krohn-Dehli Bullidor mientras pudo. Halló líneas de pase.

Llorente Juego de pies en el gol, al estilo de un buen pívot.

Vitolo Empezó impreciso al conducir y tocar y fue defendiendo cada vez más atrás.

Gameiro Viveza sin ocasiones.

Iborra Otro tiro al poste.

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