La prueba del cambio

No sólo los números reflejan que el Betis de Pepe Mel es bien diferente al de la temporada pasada, sino que las sensaciones que ofrece apuntan a una dirección totalmente distinta. Y, precisamente, esto afecta a los jugadores que militaban en el equipo verdiblanco en el año anterior. El caso paradigmático lo representa Iriney, discutido por su rendimiento durante buena parte de la pasada campaña, y que ahora se erige en pieza indispensable para Mel. De hecho, el brasileño sólo se ha ausentado en una ocasión del once titular y se debió a una sanción por acumulación de amonestaciones. Es el quinto jugador que más minutos acumula en este arranque de temporada.

Apunta Mel que no se fija en los nombres, sino que destaca el colectivo por encima de lo particular. Pero los números muestran que la columna vertebral del Betis está formada por Goitia en la portería, Dorado en la defensa, Rubén Castro en la delantera y el mencionado Iriney como jerarca del mediocampo. Al lado de esos cuatro jugadores se construye el resto del equipo, con aportaciones destacadas de otros como Emana, Jorge Molina o Salva Sevilla, que sí se han perdido diferentes momentos de este comienzo de temporada.

"No sé si parezco otro, pero el equipo es diferente y no sólo yo. Iriney aporta lo que puede. El equipo tiene mucha calidad, el abanico de posibilidades es amplio y estamos muy comprometidos con conseguir el objetivo. Si desde fuera se nota eso, me quedo contento, pero lo importante es que el equipo marque los goles que tiene que hacer con la gente de arriba. El grupo es muy bueno y está con la cabeza muy metida. Hay que seguir con la continuidad de sumar de tres en tres, con la humildad y el trabajo que hemos tenido hasta ahora, aunque no siempre salen los partidos como queremos", asegura Iriney, que tiene clara su función dentro del campo: "Voy a muerte con la camiseta que visto y me peleo con quien sea. Con respeto defenderé a mi equipo y haré lo que tenga que hacer. Las tarjetas, las faltas... Es un juego y el 99% de las veces gana el más listo. Hay que sacar ventaja en todo lo que se pueda".

Los focos de atención se desvían para los goles del tridente formado por Rubén Castro, Jorge Molina y Emana, pero el equilibrio que otorga Iriney se convierte en el mejor sostén para los hombres de ataque. "Cada uno tiene un trabajo que realizar en el campo y el mío es ése", mantiene con humildad el brasileño, que confía en que el equipo siga con la misma actitud exhibida hasta el momento: "Hemos hecho las cosas bien con los equipos, entre comillas, grandes de la categoría y hay que seguir así. Pero en la Segunda no existen grandes o pequeños y tenemos que salir a ganar desde el principio. No nos podemos desconcentrar. Somos críticos con nosotros y eso es importante para seguir así".

El Betis de Mel ha cambiado radicalmente e Iriney se ha convertido en uno de los exponentes de esa transformación. "No se puede perder la humildad", repite el brasileño, que es la prueba del cambio experimentado en esta temporada.