Sueños esféricos
  • El golazo de la sevillana Olga Carmona va por las deportistas que tantas barreras salvan en nuestro país día a día

Las cinco puntas de una estrella dorada

Olga Carmona besa el trofeo del Mundial en la ceremonia. Olga Carmona besa el trofeo del Mundial en la ceremonia.

Olga Carmona besa el trofeo del Mundial en la ceremonia. / Pablo García / Efe

LA calle es el mejor termómetro para pulsar por dónde discurren las inquietudes humanas, que van más allá de nuestro empeño en derretir el planeta. Y las calles españolas vivieron este domingo un gozoso punto de inflexión para el fútbol femenino.

A novelerío y a subirse al caballo ganador nadie nos gana. Como a muchos deportes. Y desde la playa de Punta del Moral me comentaba mi mujer a mediodía que, entre chapuzones, casi todo el personal se enganchaba desde la arena para sufrir y disfrutar con nuestra selección. También se montaron decenas y decenas de pantallas gigantes por la ardiente piel de toro para animar a nuestras heroínas.

Algo fermentaba ya. Quien más y quien menos, tiene alguna pequeña que sueña ser futbolista o que vive la pasión de este deporte como cualquier machote de la familia. Mi ahijada Claudia sigue los pasos de Cata Coll y con sus guantes agarra la vida y se la come a mordiscos.

Pero muchas veces, tiene que caer del cielo una estrella para que el personal termine de abrir los ojos y rendirse a una evidencia. Esta vez, la estrella cayó desde el cielo en las antípodas, Australia, y atravesó el corazón del planeta para reventar de orgullo a los españoles y, sobre todo, las españolas.

En la primera punta de esta estrella, las miles de deportistas españolas que han tenido que salvar tantas barreras sociales para practicar su pasión deportiva; en la segunda punta, los familiares que, ciegos por los prejuicios, les enfriaron esos deseos genuinos que brotan de una infancia aún sin contaminar; en la tercera punta, ese ejército de ogros tan obtusos que no son capaces ni de descifrar la igualdad de género; en la cuarta punta, unos políticos fariseos que sólo se implican cuando ven la corriente irrefrenable (a ver si la Ley del Deporte se remata de una vez); y en la quinta punta nosotros, los periodistas. Perdón por lo que me toca.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios