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Fútbol l Liga de Campeones

El Barcelona caldea al máximo su cita con el Inter con Mourinho en la diana

Guardiola golpea el balón durante el entrenamiento de ayer.
Alberto Bravo (Dpa) / Barcelona

27 de abril 2010 - 05:02

El hombre más perseguido hoy en Barcelona no es un peligroso delincuente, ni un enemigo de Cataluña, ni siquiera un jugador del Real Madrid: es Jose Mourinho, el actual entrenador del Inter, al que le espera el peor de los recibimientos.

Hacía años que un encuentro no despertaba tanta expectación en la ciudad como el que mañana jugarán el Inter y el Barcelona, con la final de la Liga de Campeones como premio. El club azulgrana no ha podido disimular su ansiedad y ha preparado el partido como nunca.

El Barcelona de Guardiola es un equipo de rutinas, pero todo ha cambiado en los últimos días. Es lo que sucede cuando ocurren sucesos inesperados, como la derrota por 3-1 en Milán, que ha puesto contra las cuerdas al campeón de Europa. No es habitual lo que ocurrió el sábado. El Barcelona ganó al Xerez y nada más concluir cada jugador se puso una camiseta con la leyenda: "Nos dejaremos la piel".

Mientras, el club contrató varios espacios publicitarios para convocar en estos días a sus hinchas utilizando imágenes de gestas recientes y una música de carácter épico. Además, pidió a los aficionados que lleguen al estadio dos horas antes de empezar el partido y vestidos con la camiseta azulgrana. Será el prolegómeno de un mosaico compuesto por 90.000 cartulinas para saludar la entrada de los jugadores. Y todo con tal de intimidar al Inter de Mourinho.

El entrenador portugués -que a fines de los 90 fue la mano derecha de Bobby Robson y Louis van Gaal en el Barcelona- es objeto de todas las iras de la afición, y más después de lo sucedido en el partido de ida. Los periódicos catalanes lo acusaron de reírse del venerado Guardiola con una serie de gestos y de provocar a varios futbolistas al término del duelo.

No se recordaban unos prolegómenos similares desde noviembre de 2002, cuando el Real Madrid se aprestó a visitar el Camp Nou con Luis Figo como nuevo jugador del equipo blanco. Aquel partido pasó a la historia por los incidentes de la grada y una cabeza de cerdo arrojada al campo.

Ocho años más tarde se espera la presencia de Figo en el Camp Nou, esta vez como director de relaciones internacionales del Inter. Y, qué curioso, los personajes más odiados del barcelonismo en los últimos años son de nacionalidad portuguesa. Primero fue Figo, luego Mourinho, más tarde Cristiano Ronaldo y el último nombre en incorporarse a la lista es el del árbitro Olegario Benquerença.

El colegiado arbitró el encuentro jugado la pasada semana y casi todo el barcelonismo le achacó una enorme cuota de responsabilidad en la derrota. "El Barcelona quiere llegar a la final a toda costa y está intentando presionar un poco al árbitro", justificó Massimo Moratti, presidente del Inter.

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