Un año de la quiebra que tambaleó al mundo

El 14 de septiembre de 2008 Lehman Brothers, uno de los referentes de la banca de inversión y el cuarto banco de Wall Street, se declaró en bancarrota.

Agentes bursátiles de Lehman.
Iraxte Manchobas / Madrid

13 de septiembre 2009 - 05:02

El 14 de septiembre de 2008 una noticia sacudió los cimientos del sistema financiero mundial. Lehman Brothers, uno de los referentes de la banca de inversión y el cuarto banco de Wall Street, se declaró en bancarrota. Sólo ahora, en los últimos meses de 2009, los responsables políticos y económicos de todo el mundo han admitido que, en las semanas que siguieron al colapso del gigante, todo el sistema estuvo al borde del precipicio. Un año después comienzan a vislumbrarse brotes verdes en la economía, las bolsas recuperan terreno y el sistema bancario lucha por volver a ponerse en pie, aunque la normalidad está aún lejos. En el camino, las administraciones, encabezadas por la de EEUU, han destinado cientos de miles de millones a rescatar el sistema. El esfuerzo público ha sido ingente, pero son muchos los que temen que una vez superada la crisis, todo vuelva a ser igual, que los excesos que llevaron a la mayor crisis desde la Gran Depresión se repitan.

La decisión de la Administración Bush de dejar caer a Lehman ha sido considerada, en retrospectiva, un enorme error que ha reafirmado a aquéllos que defienden que algunas compañías son demasiado grandes como para permitir su desplome. Pero el miedo a desatar el desconcierto que generó su hundimiento ha provocado también que los Estados hayan tirado de cartera con una generosidad sin límites, para intentar, en muchos casos, salvar lo insalvable, entidades mal gestionadas y mal capitalizadas que han sobrevivido gracias a miles de millones de los contribuyentes.

El lunes 15 de septiembre, los mercados de todo el mundo cayeron a plomo. El Íbex 35 perdió un 4,5%, el cuarto mayor descenso del año, para situarse en los 10.899 puntos. Un año después, y tras haber caído a 6.817 puntos, se sitúa en 14.452,6 enteros, y los bancos españoles valen ahora un 23% más que tras la quiebra de Lehman, un banco que superó la Guerra Civil estadounidense, el Crack de 1929 y el 11-S, y con el que acabaron las hipotecas basura. El desplome de uno de los decanos de Wall Street, con 158 años de historia, amenazó con llevarse por delante todo el sistema financiero internacional y secó el mercado del crédito. En los días siguientes se temió por el colapso de la aseguradora AIG, Merryll Lynch pasó a manos de Bank of América, y el futuro de Morgan Stanley y Goldman Sachs estaba en el aire.

Los planes de rescate no se hicieron esperar y lograron evitar el peor de los escenarios, aunque en el camino se han quedado decenas de entidades, empleos y el dinero de miles de ahorradores. Eso sólo en el ámbito financiero porque la economía real ha sufrido también los excesos de la ingeniería financiera y la avaricia de Wall Street. El grifo del crédito se secó y sigue sin llegar a empresas y familias.

Doce meses más tarde, la refundación del sistema financiero sigue en el aire. El G-20 se reúne los días 24 y 25 de septiembre en Pittsburgh para intentar sentar las nuevas bases, pero los expertos coinciden en que la recuperación será lenta, gradual y desigual.

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