Los mayores, los grandes olvidados del nuevo embarque digital de Ryanair

Desde el 12 de noviembre, solo se podrá embarcar en los vuelos de Ryanair con la tarjeta digital disponible en su aplicación móvil. La medida genera preocupación entre personas mayores y asociaciones de consumidores por el riesgo de exclusión tecnológica

Ryanair elimina las tarjetas de embarque en papel: desde el 12 de noviembre solo se aceptarán formatos digitales

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La nueva barrera tecnológica para los mayores que viajan con Ryanair / Carolina Rojas

Desde este martes 12 de noviembre, Ryanair elimina definitivamente las tarjetas de embarque en papel. A partir de ahora, la única manera de acceder a los aviones de la aerolínea será mostrando la Tarjeta de Embarque Digital (TED) a través de la aplicación myRyanair. La medida, que llevaba meses anunciándose, se consolida hoy y marca un cambio profundo en la experiencia de viaje de millones de pasajeros, especialmente de los más mayores.

Según la compañía, esta transición permitirá ahorrar más de 300 toneladas de papel al año y agilizar los procesos de embarque. Además, Ryanair asegura que la tarjeta digital podrá mostrarse sin conexión a internet, siempre que el pasajero haya realizado el check-in online con antelación. No obstante, el cambio implica que ya no se podrá descargar ni imprimir un PDF con la tarjeta de embarque, como hasta ahora se hacía desde la web o el correo electrónico.

Detrás de esta decisión también hay un componente estratégico. Con la eliminación del formato papel, Ryanair incentiva a que los viajeros descarguen su aplicación, desde la cual pueden contratar servicios adicionales, cambiar asientos o recibir notificaciones en tiempo real. La compañía lo presenta como una evolución hacia un modelo de viaje “más inteligente y sostenible”, aunque muchos usuarios perciben que la medida facilita la venta de servicios extra, el verdadero motor de ingresos de la aerolínea.

Las dudas de los pasajeros mayores

La medida ha despertado críticas desde varios sectores, sobre todo por su impacto en personas mayores o con escasa familiaridad con la tecnología. Organizaciones como FACUA en España y DECO en Portugal han calificado la política de 'abusiva', argumentando que obliga a un embarque 100% digital y penaliza a los colectivos más vulnerables.

"Estamos ante una cláusula especialmente gravosa para quienes no tienen acceso o conocimientos tecnológicos", señalan desde FACUA. "Muchos pasajeros mayores dependen de terceros para realizar la facturación online o mostrar una tarjeta digital en su teléfono".

El temor principal es que esta digitalización total agrave la brecha tecnológica, dejando fuera a un sector de la población que todavía prefiere los procedimientos tradicionales.

Ryanair, por su parte, ha habilitado una página de ayuda en la que responde a diferentes escenarios. En caso de perder el móvil o quedarse sin batería, los pasajeros podrán solicitar una tarjeta de embarque gratuita en el aeropuerto, siempre y cuando hayan hecho el check-in online previamente. Si no se ha completado ese trámite, el pasajero deberá pagar los 55 euros que la compañía cobra por la facturación en el aeropuerto.

Un paso hacia la modernización… o hacia la exclusión

Aunque Ryanair insiste en que el cambio responde a criterios de sostenibilidad y eficiencia, la medida ha sido interpretada también como un paso más hacia la digitalización forzada de los servicios básicos. En un contexto en el que cada vez más trámites se trasladan al entorno digital, la aviación no es una excepción.

Para los usuarios más jóvenes y acostumbrados a gestionar todo desde el móvil, el cambio puede resultar práctico. Pero para una persona de 75 años que no tiene smartphone ni domina el uso de aplicaciones, el simple hecho de viajar en avión puede convertirse en un reto.

Algunos expertos en derechos del consumidor alertan de que las aerolíneas deberían ofrecer opciones híbridas, al menos durante una transición, para no dejar a nadie atrás. "La sostenibilidad no debe estar reñida con la accesibilidad", señala DECO.

Con este movimiento, Ryanair se coloca a la cabeza de las aerolíneas europeas en cuanto a digitalización, pero también abre un debate más amplio sobre la inclusión digital y la necesidad de adaptar los avances tecnológicos a todos los perfiles de pasajeros.

Porque si volar se vuelve más 'inteligente', como promete la compañía, el reto ahora será que siga siendo también más humano.

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