DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Elecciones municipales

Lo que no cuentan los candidatos

  • Algunos llevan años y otros meses expuestos al público, pero hay cosas que no trascienden y que hoy nos cuentan sus hermanos, madre y un amigo

Lo que no cuentan los candidatos

Lo que no cuentan los candidatos

Juan Espadas sorprendió incluso a algunos de su equipo cuando, preparando un acto de campaña hace un mes, le preguntaron una música favorita y el socialista se descolgó con el punteo de guitarra de Dire Straits. La apariencias, a veces, engañan. Álvaro Pimentel, ahí tan serio como se le ve, muere con las sevillanas del Pali. Y no es una pose, lo cuenta César Pimentel, su hermano gemelo. No hay nadie que lo conozca mejor. Beltrán Pérez registra 16 años en la política municipal y Juan Espadas, ocho. Son los que más tiempo llevan expuestos al público de todos los candidatos a estas elecciones municipales, pero hay muchos detalles de sus trayectorias que sólo conocen los que los rodean. Un círculo protegido y que hoy nos abre las pastas de un álbum que no tiene precio.

Hay cosas que ni se compran ni se venden. Una es la amistad verdadera. Enrique Belloso conoció a Juan Espadas cuando tenía 6 años y entraron juntos en los Salesianos de la Trinidad. Y así siguieron hasta acabar la carrera de Derecho. “Juan hacía un tándem perfecto con su primo Jesús Cejas, grandes estudiantes, y había un cuarto en nuestro grupo, Manolo Bello, armao de la Macarena”, comenta Belloso que recuerda a un Espadas que es lo que parece que es. “Estudioso, pero no empollón, sevillano sin excesos, que se siente católico, pero no es cofrade, nada chistoso pero le gusta hablar y escuchar y cómo baila sevillanas... ahí se ve que hay mucha práctica”.

Belloso y Espadas tienen un grupo de whatsapp de antiguos alumnos de los Salesianos que los mantiene conectados a diario desde hace unos años y donde esta semana se han felicitado todos por la festividad de María Auxiliadora. Ahí también Espadas es uno más. “Actúa siempre con naturalidad, eso lo aprendió de su padre, ya fallecido”, según cuenta Belloso que asegura que todo el que lo conoce lo aprecia. Prueba de ello fue la visita de esta semana a su barrio, Miraflores, donde sigue viviendo su madre, a la que atiende por encima de todas sus obligaciones antes y después de ser elegido alcalde.

Beltrán Pérez se desahoga con Camarón a todo trapo en el coche y Álvaro Pimentel muere con el Pali

Las madres de los políticos suelen ser las que más sufren la exposición que tienen sus hijos. “Yo qué voy a decir de mi Susana...”, comenta Lola Gómez-Landero, madre de Susana Serrano. La mayor satisfacción que la candidata de Adelante Sevilla le ha dado es “el haber nacido”. Tiene cinco hijos y ella es la tercera. Junto con sus dos hermanas mayores y su madre forman un matriarcado, algo obligado porque perdió a su padre cuando tenía 15 años. El pasado 27 de abril, un día antes del 28-A, fue su cumpleaños y quiso celebrarlo con su familia a bordo de un barquito en el río. “Bailamos y reímos sin parar”, comenta su madre que siempre vio madera de líder en Serrano, que se mira en el espejo de su madre. “Ella es independiente, difícilmente encaja en los prototipos que tienen algunos hombres, ahora no tiene pareja y está volcada en su trabajo y en sus gatos”, comenta su madre, que asegura que en casa siempre se vivió un ambiente de estudio.

También en la de Cristina Peláez, la candidata de Vox. Su hermana Esther relata que en casa se hablaba mucho de política, con mucha libertad. Su padre sacó la cátedra de Derecho Internacional y se trasladaron desde Heliópolis a Córdoba, de donde regresó Cristina para ingresar en la universidad “y vivir en un piso de estudiantes”, recuerda Esther Peláez. Agradece a su padre la formación recibida y que considera que está en el germen de la vocación de servicio, lucha social y política de su hermana. “En casa se leían varios periódicos, nos enseñaban a contrastar y a fabricarnos nuestra opinón”.

Experiencias que marcan. En casa y en el colegio. Hay momentos que unen a Belloso y Espadas: las verbenas en los Salesianos, las bajadas de María Auxiliadora, las primeras salidas sin padres en Semana Santa “y la revolución que supuso que las niñas llegaran a nuestro colegio en COU”, recuerda pensando en aquel Espadas muy joven que ya empezaba a hablarse con la que hoy es su mujer. Y luego las reuniones en el bar de Derecho, los bocadillos y las tapas de ensaladilla y los paros estudiantiles. “Es una persona tolerante y con mucha capacidad de aguante”, comenta Belloso sin parar de reír cuando recuerda cómo siendo Espadas viceconsejero se rompió el calcáneo y estuvo hospitalizado; fue a verlo y tuvo que abandonar la visita porque no había quien aguantara los gases de su compañero de habitación.

Espadas ‘wasapea’ con amigos y es feliz con una tapa de caracoles, Serrano con sus gatos

Anécdotas de la vida. En la de los hermanos Pimentel hay muchas. César es testigo de cómo ha toreado el ahora candidato en muchas plazas desde su despacho de abogados. “Álvaro conoce gente de barrios deprimidos, sus problemas no le suenan a chino, cuando dice que le duele Sevilla es verdad, y lo sé porque me confunden con él a veces sus clientes”, comenta su gemelo, dentista en ejercicio. Son once hermanos que suman ya 29 sobrinos y que no pierden la costumbre de reunirse, ahora recientemente, para disfrutar el rubgy y el ascenso del Ciencias. “Nosotros éramos de los que grabábamos los torneos del Cinco Naciones (ahora seis)”, recuerda. A Beltrán Pérez, que literalmente torea de salón, le apasiona el surf y se relaja sentado en la orilla observando las olas. Aunque la mejor manera de subir el ánimo es poner a todo trapo música de Camarón en el coche, confiesa su hermana, que aprendió la técnica.

Siguiendo con los deportes, donde primero destacó como líder Espadas fue en el baloncesto. Cuando estaba en el colegio la inmensa mayoría jugaba al fútbol. Él era alto y se le daba bien y fue uno de los impulsores. “Yo creo que esa afición ha influido en su papel decisivo para salvar al equipo sevillano y que pasara a manos del Betis”, asegura Belloso. Espadas es bético como Beltrán Pérez. Pimentel, sevillista, con carné. No ha dejado de ir al estadio, tampoco de salir con la caña en la procesión del Corpus de la Magdalena. Es de la Quinta Angustia, como su hermano gemelo, una pasión cofrade que no es heredada porque sus padres son de Algodonales. “De mi padre tiene su afición a los huertos, como el que tenía en la casa de Gines donde pasábamos los veranos; él en su casa lo tiene en macetas y alucinó esta campaña con la visita a un huerto urbano, me llamó emocionado”, comenta César Pimentel. En Gines vivió también Susana Serrano con su familia hasta independizarse. Cambiaron la Puerta Osario por el Aljarafe buscando un hogar más grande y con más árboles, comenta su madre que no se define como ecologista, tampoco como feminista, conceptos de los que no ha tomado conciencia hasta ahora, de la mano de su hija, que dio su paso hacia la política después del 15-M.

A Beltrán Pérez le enseñó su padre a coger setas. Y hoy también sabe cocinarlas. “Se le da muy bien la cocina, le da a todo sabor y buena vista”, comenta su hermana María. Ella vive en el extranjero desde hace diez años, siete de ellos en Australia, donde trabaja en las finanzas de una ONG. Vino hace unas semanas a la boda de su hermana Ana y ha pedido permiso para no perderse la campaña de su hermano. “Lo estamos viviendo muy intensamente, sobre todo mi padre, que se despierta a las cuatro de la mañana”.

Espadas era un gran estudiante, Beltrán dibuja "obras de arte" y Serrano le encanta escribir

Todos los candidatos coinciden en el apoyo que encuentran en sus familias. María Pérez, que tiene diez años menos que su hermano, recuerda que sí le ha cuestionado algunas ideas, pero no puede evitar que se le caiga la baba escuchándolo. Beltrán y Pimentel aprovechan cualquier momento para estar con sus hijos. La hermana de Cristina Peláez asegura que si la candidata, que tiene tres hijos, tiene la oportunidad de trabajar en el Ayuntamiento peleará mucho por hacer posible la conciliación. Al de Ciudadanos es posible verlo cualquier fin de semana con ellos y sus sobrinos en algún parque. A Pérez le gusta ir a la playa con su hija. El mar también le tira a Susana Serrano, que comparte con el candidato del PP habilidades para las artes. La hermana de Beltrán asegura que cualquier papel que garabatea es “una obra de arte” y la madre de la candidata de Adelante se maravilla con la facilidad de su hija para la literatura: “Escribe muy bien y es muy sensible, femenina y comprometida y su fuera alcaldesa algún día lo demostraría”.

La intensa campaña ha restado tiempo a todos. Y ahora hay algún momento de relax, para comer caracoles y tomar alguna cervecita, algo que le encanta a Espadas. Tal vez desde hoy se puedan dedicar a eso que no suelen contar pero también les encanta.

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