'Reconciliación', las memorias del rey emérito Juan Carlos I, ya está en las librerías españolas
El libro llega a España un mes después de que lo hiciera a las librerías francesas
El rey emérito habla de su relación con doña Sofía
Las frases más impactantes en las memorias del rey emérito Juan Carlos I
Reconciliación, el libro de memorias del rey emérito, Juan Carlos I, llega en español este miércoles a las librerías, casi un mes después de su publicación en Francia, una obra en la que repasa su vida desde su nacimiento en Roma el 5 de enero de 1938, en el exilio.
Unas memorias narradas en primera persona que publica en español la editorial Planeta y cuyo contenido ha llenado ya páginas de periódicos y horas de tertulias en radio y televisión, después de que el pasado 5 de noviembre saliera en francés editado por Stock. En este libro, Juan Carlos I asegura a sus 87 años y desde su retiro en Abu Dabi que la Corona española "reposa enteramente" en él, como dice la Constitución, y reivindica su "herencia" democrática a España, país que añora y al que le gustaría regresar cuando se ha cumplido medio siglo de la monarquía parlamentaria.
Dedicado a su familia (menos a la reina Letizia) y a todos los que le acompañaron en la transición democrática, en la introducción explica la decisión de escribir sus memorias, porque siente que le han "robado" su historia. Y, aunque dice que ha cometido "errores" y que no es "un santo", defiende su legado democrático a un país al llegó con solo 10 años para ser tutelado por Franco, por el que no oculta cierta simpatía.
Reconoce "desvíos sentimentales", de los que apenas da detalles, pero asegura que "la mayor parte" de las "relaciones extraconyugales" que se le atribuyen son "totalmente ficticias". Y sin citar a Corinna Larsen, el monarca asegura que "una relación particular" fue "hábilmente instrumentalizada", lo que tuvo "duras consecuencias para (su) reinado". A raíz de su publicación en Francia, Juan Carlos I concedió varias entrevistas a periódicos franceses y a la televisión France 3, en la que reconoció que cometió "errores", pero dijo que no se arrepiente de su pasado y tampoco tiene remordimientos o intenta "no tenerlos", aunque si pudiese volver atrás, tendría más cuidado.
La llegada a España de estas memorias se produce días después de que el rey emérito asistiera, el pasado 22 de noviembre, a un almuerzo familiar junto a los reyes en el Palacio Real de El Pardo, con motivo del 50 aniversario de la reinstauración de la monarquía, una celebración privada que tuvo lugar al día siguiente de la conmemoración oficial, a la que no fue invitado, y en la que la reina Sofía recibió el Toisón de Oro en un acto institucional. A este libro se refirió también en el vídeo que difundió el pasado lunes 1 de diciembre, en el que señalaba que decidió escribirlo para que los padres de los jóvenes de hoy en día puedan "recordar momentos históricos" y conocer el pasado "sin distorsiones interesadas", un vídeo del que la casa real ha dicho que no estaba informada y que ha considerado que no era "necesario ni oportuno".
Con 512 páginas narradas en primera persona, el libro Reconciliación ofrece una visión personal de Juan Carlos I sobre momentos históricos cruciales y polémicas que marcaron sus 39 años de reinado. La obra, dedicada a su familia -con la notable ausencia de Letizia- y a quienes le acompañaron durante la Transición, ha generado gran expectación en ambos países.
A sus 87 años, el monarca emérito afirma en sus memorias que la Corona española "reposa enteramente" en él, según establece la Constitución. Además, se lamenta de que le han "robado" su historia, en lo que parece una alusión velada a su salida forzosa de España tras los escándalos financieros que empañaron el final de su reinado. El libro, publicado en noviembre de 2024 en Francia, llegará a las librerías españolas en diciembre.
Las frases más impactantes
Entre las revelaciones más impactantes, destaca el momento en que Juan Carlos I pidió disculpas al presidente estadounidense George W. Bush por la actitud "antiestadounidense" del entonces líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, quien no honró la bandera americana durante un desfile militar en 2003, como protesta por la guerra de Irak. "Pido disculpas por la actitud de Zapatero. Ha cometido un error político", reconoce haber dicho durante un encuentro informal con Bush a finales de 2004.
En sus memorias, Juan Carlos I no oculta cierta admiración por Francisco Franco, con quien mantuvo "relaciones personales y frecuentes". Afirma que "le respetaba enormemente, apreciaba su inteligencia y su sentido político" y confiesa que "nunca dejé que nadie le criticara delante de mí". Sobre el dictador, añade que "nada pudo destruirle, ni siquiera desestabilizarle, lo que, en un periodo tan largo, supone un gran desafío".
Respecto a la Transición democrática española, la describe metafóricamente como "un caballo lanzado al galope" donde él actuaba como "el jinete que la controlaba para impedirle que se fuera demasiado a la izquierda o demasiado a la derecha". En este proceso, destaca la importancia de figuras como Miguel Primo de Rivera, quien defendió la ley de reforma política consiguiendo el apoyo de muchos legisladores franquistas gracias a su apellido.
El monarca emérito considera que la legalización del Partido Comunista de España fue "una etapa crucial" en la que él jugó un papel determinante. Revela que antes de subir al trono entabló contacto con Santiago Carrillo a través del dictador rumano Nicolae Ceaușescu, logrando que el PCE mantuviera una actitud favorable a su coronación a cambio de la promesa de legalizar todos los partidos políticos.
Uno de los episodios más personales y dolorosos que aborda en el libro es la muerte accidental de su hermano Alfonso en 1956, mientras ambos jugaban con una pistola. Juan Carlos I afirma que este suceso marcó "un antes y un después" del que nunca se recuperaría completamente. En un breve capítulo titulado 'El drama', relata cómo ambos manipulaban una pistola del calibre 22 sin saber que quedaba una bala en la recámara.
"Se disparó un tiro al aire, la bala rebotó y alcanzó a mi hermano en plena frente. Murió en brazos de nuestro padre", narra el rey emérito, confesando que es la primera vez que se expresa públicamente sobre este traumático episodio. "Lo echo de menos, me gustaría tenerlo a mi lado, poder hablar con él. He perdido a un amigo, a un confidente. Dejó un vacío inmenso. Sin su muerte, mi vida habría sido menos sombría, menos infeliz".
Sobre el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, Juan Carlos I asegura que "jamás en mi vida he demostrado tanta autoridad" y que fue consciente de que "la historia de España se jugaba en ese momento preciso". Según su relato, de las once capitanías generales, "la mitad apoyaba la rebelión pero no osaba desobedecerle" porque, además de ser el rey constitucional, era "el jefe de las fuerzas armadas, su antiguo compañero de armas y había sido designado por Franco".
El monarca revela que aquella noche no hubo uno sino tres intentos de golpe de Estado: "el del teniente coronel Tejero y del general Milans del Bosch, el más conocido y visible; el de Armada, muy doloroso en el plano personal; y el de los falangistas que querían sumarse para volver al orden franquista". Su discurso televisado se emitió a la 1:14 de la madrugada, cuando el golpe ya había fracasado tras el rechazo de Tejero a la propuesta transmitida por Alfonso Armada.
Entre los episodios de política internacional, Juan Carlos I dedica especial atención al incidente con Hugo Chávez durante la Cumbre Iberoamericana de 2007 en Santiago de Chile. El rey emérito reconoce que el presidente venezolano logró "sacarle de sus casillas" cuando, en su turno de palabra, Chávez se lanzó "en una larga diatriba" con "frases injuriosas contra España" y en particular contra el expresidente José María Aznar, a quien llamó "fascista".
A pesar de que Rodríguez Zapatero intentó frenar a Chávez invocando "el respeto democrático" e incluso "tiraba de la chaqueta" al rey para impedir que interviniera, Juan Carlos I confiesa que le "hervía la sangre de rabia" hasta que finalmente pronunció su famoso "¿por qué no te callas?". Este episodio, según afirma, "se convirtió en un eslogan de resistencia política" y le valió numerosos mensajes de apoyo, "no solo de la parte de la oposición venezolana".
Relación con Felipe VI y deseos para el futuro
En uno de los pasajes más reveladores sobre su relación con su hijo, el rey emérito cuenta lo que le dijo a Felipe VI cuando este le retiró su asignación anual y renunció ante notario a su herencia en 2020: "No olvides que heredas un sistema político que yo forjé. Me puedes excluir sobre el plano personal y financiero, pero no puedes rechazar la herencia institucional sobre la que reposas. Entre los dos, solo hay un paso".
Respecto a su futuro, Juan Carlos I expresa su deseo de "tener una jubilación tranquila, retomar una relación armoniosa con mi hijo y, sobre todo, regresar a España, a mi hogar". El monarca achaca el alejamiento de Felipe VI tras el escándalo de los pagos de Arabia Saudí a presiones gubernamentales, y lamenta no haber podido establecer una relación más cercana con sus nietas Leonor y Sofía, como la que mantiene con el resto de sus nietos.
Sobre la reina Letizia, señala que su entrada en la familia real "no ayudó a la cohesión" de las relaciones familiares. En contraste, menciona las visitas de sus hijas a Abu Dabi como algo "precioso" que alivia lo que considera una vida de aislamiento, y destaca la compañía de su nieto Felipe Juan Froilán de Marichalar como una "satisfacción" que ilumina su día a día lejos de España.
El libro concluye con una referencia a ETA, cuya lucha contra el terrorismo describe como "la batalla más dura y más dolorosa" de su reinado, sintiendo los 854 muertos y 3.000 heridos como "una herida personal, aún difícil de curar". Juan Carlos I termina sus memorias apelando a que el espíritu de la Transición "que nos unió a todos, persista", y definiéndose como un "hombre que se entregó enteramente a su país", donde espera ser "enterrado con honores". "España decidirá, la Historia nos juzgará", concluye.
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