El joven de 25 años acusado de atropellar mortalmente a su novia -que según la Guardia Civil y el juzgado se suicidó al tirarse de un coche en marcha- observa desconcertado el intento de los padres por imputarle un delito de homicidio: “No entiendo esta crueldad porque saben que es mentira y solo buscan un culpable”, afirma.

La juez de instrucción 2 de Carmona tiene sobre su mesa un complicado asunto: hace unos meses archivó, con apoyo de la Fiscalía, la causa por la muerte de una joven de 19 años en la madrugada del 7 de septiembre de 2019 al arrojarse del coche en marcha que conducía su novio en la autovía A-4 a la altura de Carmona.

El archivo se decretó a la vista del atestado de la Guardia Civil y del informe de autopsia, que certificó la “muerte de etiología suicida” de la joven. Pero sus padres han aportado dos contra-informes que apuntan a que la chica no se tiró del coche sino que previamente se habría bajado, tras discutir con su novio, y que éste la atropelló y aprisionó contra la valla metálica de la autopista.

Los padres han pedido que el caso se remita al juzgado de Violencia de Género, lo que implicaría que el joven pasaría a ser imputado de un presunto delito de homicidio.

Ser imputado frustraría sus oposiciones a la Policía

El investigado expresa a este periódico su miedo y desconcierto ante la “pesadilla” que está viviendo, con comentarios agresivos en las redes sociales y amenazas personales a su padre y a su actual novia, que pese a ello le siguen apoyando y “nunca han dudado de mí”.

Ser imputado frustraría las oposiciones que prepara para entrar en la Policía, pero sobre todo declara que “emocionalmente es muy duro que te acusen de algo que no has hecho, es injusto lo que hacen porque saben lo bien que traté a su hija”, afirma. 

“No entiendo esta crueldad, no sé como he llegado hasta aquí”, se lamenta, y lo interpreta porque los padres “saben que es mentira pero quieren quitarse su propia culpa y solo buscan un responsable”.

Relata que, cuando circulaban a unos 100 kilómetros por hora y se percató de que su novia abría la puerta para tirarse en marcha, intentó retenerla y por ello perdió el control y acabó estrellándose. “Podríamos haber muerto los dos”, recuerda.

El atropello es una “rocambolesca teoría” sin ningún indicio

El abogado del joven, Alejandro Gómez Luna, pide que se confirme el archivo y se ha opuesto a la inhibición a favor del juzgado de Violencia de Género. Afirma que las “innumerables pruebas objetivas avalan sin género de dudas” el suicidio, frente a los “claros errores” de los peritajes particulares. El archivo se basó en “informes imparciales, policiales y médicos que han valorado el juzgado y la Fiscalía” pero que “los padres no quieren ver”. 

En especial defiende que “no era tal la magnífica relación” que, supuestamente, mantenía la joven con su padre, pues sus discusiones eran frecuentes y a las 14.23 horas del mismo día del accidente la fallecida escribió a su novio “acabo de pelearme con mi padre, nos ha puesto verdes a ti y a mi”. 

El atropello intencionado es  una teoría “rocambolesca” de la que la acusación particular no ha conseguido ningún indicio tras un año y medio de declaraciones y análisis de las cámaras de tráfico, 47 folios de lectores de matrículas en esa autopista y estudio de los móviles, según Gómez Luna.

Otro argumento del archivo fueron las recurrentes ideas de suicidio de la joven, recogidas de su diario y mensajes. Pero su depresión era anterior al noviazgo con el investigado, que comenzó un año antes del accidente. “Hay muchísimo mensajes entre ambos que demuestran que la relación era cordial y no conflictiva”, argumenta el letrado.