Asesinato en Carmona

Los acusados de asesinar a un joyero culpan al fugado y a la droga

  • Aseguran que el huido de la Justicia fue el “cerebro”, el único que golpeó al joyero, quien portaba las bridas y quien se llevó las joyas y la cámara de seguridad

Los dos acusados minutos antes del comienzo del juicio

Los dos acusados minutos antes del comienzo del juicio / José Angel García

Los dos ciudadanos rumanos acusados de asesinar a un joyero de Carmona para robarle culparon este martes del crimen a un tercer ladrón, que está huido de la Justicia, y atribuyeron lo sucedido a que todos aquellos días consumieron mucha cocaína, marihuana y alcohol.

El robo ocurrió en la tarde del 6 de agosto de 2018: los ladrones, que habían estado en la joyería de Francisco Cintado unos días antes para encargarle el arreglo de un reloj y ganarse su confianza, penetraron en el comercio y cuando la víctima entró en la trastienda lo amordazaron, ataron de pies y manos y le golpearon brutalmente por todo el cuerpo. Luego lo dejaron boca abajo hasta que falleció debido a los golpes y a la posición en que había quedado.

Los ladrones huyeron con joyas valoradas en 295.372 euros, aunque en su declaración ante el jurado popular aseguraron que su intención era solo recoger el reloj que habían dejado para arreglar y llevarse algunos otros relojes con los que pagar su viaje de regreso a Rumanía.

George S., de 41 años, uno de los dos ladrones que penetró en el local, culpó de todo a un hombre identificado como Ionut, ahora fugado de la Justicia en algún lugar de Rumanía.

Dijo que este hombre era quien compraba la droga que consumían, quien llevaba una mochila con las bridas y la cinta americana con las que redujeron al joyero, fue quien ató y golpeó a la víctima, la tiró al suelo y quien, tras el robo, salió del local portando la mochila, una bolsa de basura llena de las alhajas sustraidas y el monitor de seguridad que arrancaron del local.

Los tres ladrones proceden de la misma ciudad de Rumanía, llegaron a Zaragoza en avión desde Bucarest en julio de 2018 y desde allí se trasladaron a Carmona en coche para trabajar en una finca, según la declaración de los dos procesados juzgados ahora.

George S. afirmó que él se enteró del proyecto de robo cuando llegaron a Carmona y que aceptó participar porque “estaba colocado” a causa de la cocaína que había consumido.

Afirmó que él solo golpeó una vez en el cuello al joyero, que intentaba gritar, levantarse y quitarse la mordaza. No le vio sangrar ni perder el conocimiento y aseguró que “no pensó que pudiera morirse”. También afirmó que no cerraron la puerta del negocio sino que “se cerró sola” cuando se fueron.

Sin embargo, el mismo día del robo los ladrones emprendieron viaje por carretera hacia su país, adonde llegaron el 9 de agosto. Unos meses después fueron detenidos.

33 años de cárcel y 330.000 euros a la familia

La Fiscalía de Sevilla pide para cada acusado 33 años de cárcel (25 por asesinato y 8 por detención ilegal) y el pago de 330.000 euros a la viuda y dos hijas del fallecido.

La defensa afirmó en sus alegaciones previas al jurado que los ladrones no querían asesinar al joyero porque no iban armados, solo llevaban las bridas y la cinta americana y “no se mata a nadie a puñetazos y patadas".

El segundo procesado, Iulian I., de 26 años, declaró al jurado que su único papel consistió en vigilar desde la calle. Dijo que lo único que le contaron sus compañeros era que pensaban robar algunos relojes, no le dijeron como iban a reducir al comerciante ni sabía lo que llevaban dentro de la mochila. Entre lágrimas, pidió perdón porque la víctima “podría haber sido mi padre” y culpó de lo sucedido a la  marihuana y alcohol que había consumido, que le impidió imaginarse qué sucedería si el comerciante se resistía.

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