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Nosotras, de nuevo | Exposición

El CAAC saca músculo feminista

  • El centro reúne en la colectiva 'Nosotras, de nuevo' una selección de obras de mujeres adquiridas en la última década

  • La muestra podrá visitarse durante el próximo año, hasta finales de abril de 2020

Yolanda Torrubia y Juan Antonio Álvarez Reyes, comisarios de la exposición, con Inmaculada Salinas y María Cañas.

Yolanda Torrubia y Juan Antonio Álvarez Reyes, comisarios de la exposición, con Inmaculada Salinas y María Cañas. / José Ángel García

A mediados de 2009 el Centro Pompidou de París, catedral de referencia del arte contemporáneo, organizó una exposición titulada Ellas en la que, por primera vez, revisaba sus fondos "en clave de género". Juan Antonio Álvarez Reyes, que no era aún director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (pero llegaría a serlo sólo unos meses después), la visitó y le pareció tan sencilla como brillante tal demostración práctica de lo que en realidad ya se sabía aunque recordarlo no fuera tan habitual como ahora: que "todo el arte del siglo XX podía ser contado perfectamente a través de las mujeres". Con aquella muestra como inspiración central, el CAAC organizó en el año 2010 la exposición colectiva Nosotras –con ese título "para que hubiera menos distancia y sentirnos aún más implicados"–, en la que el centro del Monasterio de la Cartuja revisó las obras de su colección permanente realizadas por mujeres.

Ahora, casi una década después, en Nosotras, de nuevo el CAAC se pregunta "qué se ha hecho" al respecto desde aquella exposición que representó un "punto de partida". Y se ha hecho bastante. De entrada, un criterio paritario en las muestras colectivas y la presentación de más exposiciones individuales de mujeres que de hombres (37 y 32, respectivamente), no sólo porque hubiera que "corregir ese déficit que había en nuestra colección", dice el director del centro, ni porque "así lo diga la Ley de Igualdad", sino porque "en las últimas décadas el arte más interesante ha venido casi siempre de mujeres".

Hoy la colección del CAAC, compuesta por alrededor de 4.000 piezas, sigue siendo pese a todo "muy masculina", reconoce Álvarez Reyes, y esto se debe entre otros motivos a que la mayoría de las grandes donaciones que ha recibido la institución en esta época reciente de estrecheces presupuestarias han sido de hombres –Guillermo Pérez Villalta o Gerardo Delgado, entre otros–, pero nadie podrá negar que desde hace una década su dirección se ha propuesto con empeño trabajar por la "equiparación real" entre hombres y mujeres.

Algunas de las piezas del colectivo Guerrilla Girls. Algunas de las piezas del colectivo Guerrilla Girls.

Algunas de las piezas del colectivo Guerrilla Girls. / José Ángel García

Nosotras, de nuevo, que podrá visitarse durante todo un año –la fecha de clausura es el 26 de abril de 2020– recoge una significativa selección de obras que en su mayoría han sido adquiridas por el CAAC en la última década. Otras, sólo unas pocas, han sido donadas. Lara Almarcegui, María Cañas, Ruth Ewan, Gloria Martín, Angela Melitopoulos, Marta Minujín, Inmaculada Salinas, Leonor Serrano, Annika Ström, Carrie Mae Weems y el colectivo Guerrilla Girls aportan sus trabajos a esta exposición que, más allá de la cuestión de género, constituye un compendio de la actividad del centro de la Cartuja en los últimos años, pues todas ellas se han podido ver anteriormente en exposiciones individuales o colectivas.

En el montaje de la exposición, explica Álvarez Reyes, se pueden apreciar dos bloques diferenciados por su planteamiento temático. Uno tiene que ver con la vocación de las obras de servir de "caja de resonancia de cuestiones sociales y políticas" y con el axioma –muy ligado al pensamiento y a la literatura feministas– de que lo personal es político. El otro, entroncando con una muy característica tradición del arte actual, presenta trabajos que remiten a la noción de museo en tanto institución cultural (política, por ende) y ofrecen distintas reflexiones sobre dichos espacios oficiales –incluido el propio CAAC– como ámbitos a menudo "problemáticos" y que deben por tanto ser "interpelados y cuestionados".

Proyección de un 'happening' histórico llevado a cabo por Marta Minujín a finales de los años 60 en Nueva York. Proyección de un 'happening' histórico llevado a cabo por Marta Minujín a finales de los años 60 en Nueva York.

Proyección de un 'happening' histórico llevado a cabo por Marta Minujín a finales de los años 60 en Nueva York. / José Ángel García

Muy elocuentes entre el primer bloque resultan las obras de la escocesa Ruth Ewan, cuyo lúdico y militante Jukebox of People Trying to Change the World, atiborrado con 2.000 canciones sobre las distintas formas de la rebeldía política, recibe al visitante; o las de las dos artistas que acudieron a la presentación de la muestra: Inmaculada Salinas, que en Prensadas despliega 624 collages realizados a partir de la lectura de periódicos durante nueve meses –lapso temporal de evidente significado implícito– para reflexionar sobre la representación de las mujeres en el espacio público, y María Cañas, que participa con dos de sus ácidas y gamberras piezas de "videoguerrilla desmitificadora": Expo Lio 92 –que se vio ya en la muestra que dedicó el CAAC al 25 aniversario de aquellos "megafastos" sevillanos– y La mano que trina, una pieza que se proyecta sobre una triste y entrañable pila de chatarra tecnológica y que refleja "la necrosia de lo privado, las nuevas patologías asociadas al mundo digital y el ciberbarbarismo".

También ofrece esta exposición una nueva oportunidad para disfrutar del cautivador trabajo de la estadounidense Carrie Mae Weems, en concreto su pieza Portfolio de la mesa de la cocina, donde se autorretrató –en fotografías y textos– durante varios meses que le dieron para documentar en ese nuclear espacio doméstico la "batalla en torno a la familia", que descendiendo a lo concreto significó para ella la dolorosa quiebra de una relación amorosa y la adaptación a los matices de su nueva realidad de mujer negra y madre soltera, crisis íntima de la que resurgió, tal como muestra esta obra, como una persona emancipada y fuerte, más sensual y sonriente, dueña de su propia vida.

Algunas de las piezas que forman parte de la obra de Carrie Mae Weems. Algunas de las piezas que forman parte de la obra de Carrie Mae Weems.

Algunas de las piezas que forman parte de la obra de Carrie Mae Weems. / José Ángel García

Gloria Martín, con el hermoso proyecto de gran formato sobre los almacenes del CAAC que realizó a propuesta del propio centro, representa un claro exponente de ese otro enfoque del que hablaba Álvarez Reyes, más meta o conceptual. Sobre este mismo asunto del museo como mecanismo o construcción sociopolítica, pero desde una perspectiva mucho más frontal, también más irónica, el espectador podrá encontrar una muestra tan elocuente y valiosa como el portafolio al completo de las Guerrilla Girls, colectivo pionero anónimo (son famosas sus máscaras de gorila) de todas estas cuestiones que ya desde 1985 se erigieron en chinas en el zapato del mercado del arte, al señalar una y otra vez contradicciones, paternalismos y omisiones que hoy en día son no impensables, por desgracia, pero sí delatores, inevitablemente ya. De todo esto da fe, o sea, la presente exposición.

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