"Puse como condición para venir a Sevilla cantar 'Traviata' con Ismael"
Mariola Cantarero e Ismael Jordí. Soprano y tenor
La cantante granadina debuta mañana en el rol que inmortalizó Maria Callas junto al gran discípulo jerezano de Alfredo Kraus · Su deseo, para el futuro, es cantar unidos todas las reinas belcantistas
Lo primero que Ismael Jordi (Jerez, 1973) le cantó a su recordado maestro Alfredo Kraus fue el aria de Alfredo que interpretará mañana en el Teatro de la Maestranza, donde encabeza junto a Mariola Cantarero (Granada, 1978) el segundo elenco de La Traviata. Ambos actúan en tres de las siete funciones programadas. "Con la crisis se descartó inicialmente hacer ocho pero luego, a la vista de la extraordinaria demanda, quisieron que cantáramos cuatro noches, como Norah Amsellem y Teodor Ilincai [la pareja que protagoniza hoy el estreno] pero fue imposible cuadrar ya las agendas", explican.
-Ismael Jordi cantó por primera vez Lucia di Lammermoor con usted en Amsterdam. ¿Le ha devuelto el favor acompañándola en su debut como Violetta?
-Mariola Cantarero. Puse como condición para venir a Sevilla cantar con Ismael. Cuando Fiorenza Cedolins, con quien iba a alternarme en el papel, dijo que no podría cantar Traviata y el Maestranza me ofreció ocupar su puesto en el primer reparto, rechacé la oferta. Porque sin Ismael este debut no tenía el sentido que yo le había dado. Llevaban cinco años ofreciéndomelo, la primera vez fue en Ancona (Italia) y se han sucedido ofertas cada temporada. Todas las compañeras dicen que hay un antes y un después de La Traviata, un rol muy duro emocionalmente. Yo me implico muchísimo en los sentimientos de cada personaje y aquí no podía zozobrar técnicamente. Creo que ahora soy más madura, he crecido vocalmente y el Maestranza marca el inicio de una Violetta que con los años, si sigo cantando, se desarrollará y madurará.
-La partitura de Verdi es muy exigente. ¿Se siente segura en los tres actos?
-M. C. Estoy cómoda en los tres actos y lo digo con toda la humildad y sencillez del mundo. Traviata está escrita de manera que el personaje se va desarrollando psicológica y vocalmente. Tengo que estar con los cinco sentidos pero el registro es el mío, que soy una cantante lírico ligera.
-¿Qué rutina siguen los días que tienen actuación?
-Ismael Jordi. Yo, que voy mucho al gimnasio, no acudo los días que tengo función. Intento levantarme lo más tarde posible, tomo un café o dos, doy una vueltecita y almuerzo espagueti al pesto y rúcola con parmesano. Siempre, desde hace nueve años, como lo mismo el día que canto. Es mi única manía. Y un yogur de cereales. Por eso cuando estoy fuera busco siempre restaurantes italianos. También me voy muy temprano al teatro, unas dos horas y media antes para repasar y entonar.
-M. C. Yo me cocino arroz ligero con verduras y procuro darme un baño, que me relaja, y jugar en el agua con Mario Bros en la Nintendo. Así me quedo en la gloria porque con los nervios me entra sueño y llego levitando a los teatros.
-Forman una de las parejas más cotizadas de la joven ópera española. ¿Qué nuevos proyectos quieren abordar juntos?
-M. C. Tenemos ofertas del Maestranza para volver por separado y a nosotros nos gustaría reunirnos aquí otra vez, como haremos en el Liceo el año que viene con Linda de Chamonix. Mi objetivo a largo plazo es hacer todas las reinas belcantistas. Ismael está deseando que haga con él Lucrezia Borgia pero tendrá que esperar. Vocalmente puede que esté preparada pero me queda un gran trabajo psicológico. También vendrá Anna Bolena, pero tengo sólo 32 años y, antes, quiero que hagamos juntos muchas Lucia y también La sonámbula, La hija del Regimiento... En suma, ese repertorio que está ahí pero que no se nos pide desde los teatros, dejando al público sin la oportunidad de escuchar músicas maravillosas y dramones belcantistas. Porque, si me apuran, cantar bien la Elvira de I Puritani es mucho más complicado que La Traviata.
-I. J. Lo que atrapa al público, al nuevo y al de toda la vida, es el gran repertorio. ¿Otra vez Traviata, si ya la has cantado más de 20 veces?, me preguntan mis paisanos de Jerez. Pues sí. Y La Traviata está llena y muchos aficionados se han quedado sin poder asistir.
-Asumiendo que para Ismael la mejor versión del rol masculino es la de Kraus, ¿cuántas Violetta escuchó para preparar su debut?
-M. C. He oído más de 20 versiones de Traviata para adentrarme en el papel, componer mi propia versión y no hacer el ridículo. Y aunque sea un tópico, la Violetta más completa, por voz, interpretación, físico e intención sigue siendo, para mí, la de Maria Callas.
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