La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Sánchez aguanta más que el telexto
Los días 20 y 21 de octubre, la Universidad de Sevilla y el ICAS, con la dirección de la catedrática e historiadora de la lengua Lola Pons, organizan Ciencia en el Río, actividad cuyo propósito es despertar la vocación científica en alumnos de ESO y de Bachillerato de diferentes centros de Sevilla. La iniciativa, que cumple su segunda edición, tiene como objetivo principal que estos adolescentes, de entre catorce y dieciséis años, conozcan cómo se desarrolla el trabajo investigador en la Universidad, cómo funciona la vida interna de esta institución –es decir, cómo será su vida universitaria- y, por último, animar a continuar por esa senda investigadora que tanto bien aporta a la sociedad.
La biblioteca Felipe González ha sido el lugar escogido para las cuatro conversaciones que constituyen una programación en la que participan la profesora e investigadora Clara Grima, el biólogo Luis M. Escudero, la química Adela Muñoz y el matemático José Antonio Prado-Bassas. Cada charla está moderada por un periodista –en este caso Mabel Mata, Eva Díaz Pérez o Patricia Godino-. En esta propuesta, se podría decir que investigadores y alumnos navegan por el río de la ciencia. Un río caudaloso y, en principio, complicado de dominar en sus corrientes. Pero este es otro de los retos de la actividad: eliminar esa imagen de dificultad, de complejidad, que suele acompañar a lo científico.
Ciencia en el Río busca que los alumnos se familiaricen con ese lejano lenguaje científico que trata temas como, por ejemplo, el infinito, en el caso de Prado-Bassas, profesor titular en el Departamento de Análisis y Vicedecano de Innovación Docente y Divulgación Científica de la Facultad de Matemáticas. Un concepto matemático, el del infinito, que está más presente de lo que pensamos en nuestro día a día. Ya sea en Internet, en la mensajería instantánea o en el uso de redes sociales, tal como explica Prado-Bassas en el exitoso ensayo, de carácter divulgativo, ‘Historia del infinito. El apasionante relato de uno de los conceptos más profundos y enigmáticos de las matemáticas’.
La actividad mantiene un idéntico esquema para todos los participantes de Ciencia en el Río, el cual consiste en que los alumnos que asistan a las charlas tendrán que leer un libro publicado por el investigador que les toque. La Fundación Lara, que colabora con estos actos, premiará el “trabajo previo de comprensión lectura” por parte de los alumnos. Fomentando la lectura entre los más jóvenes y, una vez más, acercando la cultura a la sociedad.
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