“No pensé que se iban a apuntar tantos”: el Orfeón de Sevilla reúne a más de 300 voces

El nuevo Orfeón de Sevilla, dirigido por María Elena Gauna, arranca su andadura con un ambicioso proyecto coral que combina gospel, jazz y una clara vocación participativa

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Los coralistas del Orfeón ensayan también en sus casas / Carolina Rojas

El Orfeón de Sevilla ya no es una idea en gestación, sino una realidad sonora que resuena con fuerza desde el mes de septiembre. Más de 300 personas se reúnen cada semana para ensayar un proyecto coral que ha superado todas las expectativas iniciales y que vivirá su gran estreno en un concierto previsto para finales de enero. Lo que comenzó como una intuición se ha convertido en un fenómeno musical y humano que demuestra el enorme interés por el canto colectivo en la ciudad.

La directora técnica del Orfeón, María Elena Gauna, reconoce que el crecimiento del proyecto fue tan inesperado como ilusionante. "Al principio, cuando fue la gestación de este proyecto, no pensé que se iban a apuntar tantos", explica. Sin embargo, la realidad fue muy distinta: cerca de 600 personas solicitaron participar, lo que obligó a organizar audiciones durante todo el verano para conformar el coro definitivo.

Desde septiembre, el grupo ensaya de manera regular en espacios cedidos, como el Instituto Politécnico, mientras se avanza en la búsqueda de sedes más estables. "Hay que empezar a andar", resume Gauna, consciente de que levantar un proyecto de estas dimensiones implica retos logísticos, organizativos y artísticos. Aun así, el balance es claramente positivo: el Orfeón ensaya con constancia y con la mirada puesta en un concierto que será su carta de presentación ante el público sevillano.

Un coro multitudinario y diverso

Gestionar un coro de más de 300 personas no es una tarea sencilla. Controlar la asistencia, coordinar horarios y mantener una dinámica de trabajo fluida requiere un gran esfuerzo organizativo. "No es fácil", admite Gauna. "Al principio siempre se te escapa alguien en la gestión, pero una vez dentro del ensayo, si es dinámico y llevadero, ellos responden".

María Elena Gauna dirige al Orfeón de Sevilla / Carolina Rojas

El Orfeón de Sevilla destaca por su diversidad. Entre sus filas hay personas sin experiencia previa en el canto, aficionados con años de recorrido y también profesionales de la música. Esa mezcla, lejos de ser un obstáculo, se ha convertido en una de las señas de identidad del proyecto. "Es todo un cóctel de personas de diferente experiencia, y la idea es unirlos a todos y que eso suene", afirma la directora.

El repertorio elegido para este primer concierto responde precisamente a esa voluntad de conexión y disfrute compartido. El programa gira en torno al gospel y al jazz, con obras como la Misa Jazz de Bob Chilcott, junto a clásicos del género. La elección nació de las propias inquietudes de los coralistas, muchos de los cuales ya habían participado en proyectos anteriores vinculados a la Orquesta Sinfónica de Sevilla.

Además, el estreno contará con músicos y artistas invitados de primer nivel, como el contrabajista Javier Delgado, presidente de la Asociación de Jazz de Sevilla; el pianista Daoud Salim; la cantante Marta del Pozo; y Patrick Manuel, ganador del último Tierra de Talento. Algunos miembros del propio Orfeón también asumirán partes solistas, reforzando el carácter integrador del proyecto.

La voz como vínculo emocional

Más allá del resultado musical, el Orfeón de Sevilla se define como un espacio de encuentro. Gauna subraya que el canto colectivo genera un fuerte sentimiento de unión, respaldado incluso por estudios científicos. "La música activa hormonas como la oxitocina; es una cuestión física, mental y afectiva", explica. El sonido individual, al unirse al del compañero, crea un lazo que favorece la felicidad, la cohesión y el bienestar.

En este proceso, el trabajo vocal es fundamental. Marta del Pozo, profesora de técnica vocal del Orfeón, se encarga de preparar las voces y cuidar la salud vocal de los coralistas. Su labor combina calentamientos generales con sesiones en grupos reducidos, donde puede escuchar y orientar a cada participante. "Buscamos homogeneizar las voces y adaptar los ejercicios a las características de cada uno", señala.

Marta del Pozo le explica a los coralistas del Orfeón de Sevilla como colocar su voz / Carolina Rojas

Las necesidades son variadas: algunos coralistas requieren nociones básicas de respiración y emisión, mientras que otros perfeccionan aspectos técnicos más avanzados. "No hay un estándar", explica Del Pozo, "pero todos tienen su momento dentro del ensayo para trabajar su voz y conocerse mejor".

Un proyecto con futuro

El Orfeón de Sevilla nace con vocación de continuidad, pero también con un formato flexible. Funciona por proyectos, lo que permitirá abrir nuevas convocatorias en el futuro con repertorios diferentes. "Hoy es gospel, mañana puede ser Carmina Burana", apunta Gauna. Cada proyecto atraerá a nuevas voces y dará la oportunidad de participar a quienes no pudieron hacerlo en esta primera etapa.

Para muchos coralistas, como Jaime, la experiencia va más allá de la música. "No conocía apenas a nadie, somos más de 300 personas", cuenta. Con el paso de los meses, han surgido pequeños grupos, amistades y encuentros fuera del ensayo. El Orfeón no solo canta: también crea comunidad.

Con su primer concierto a la vista, el Orfeón de Sevilla se presenta como uno de los proyectos culturales más prometedores del panorama coral sevillano, una prueba de que cuando muchas voces se unen, el resultado es mucho más que música.

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