El tren de la bruja

HAS leído a Virgilio, bruja ilustrada? -A ver, plumilla mejorado, tú tienes a Virgilio como un grandioso poeta romano y yo, sin menoscabo de su excelsa obra poética, lo prefiero como mago sublime.

-Pensaba que ibas a responderme con el descenso de Dante al infierno, precisamente acompañado por Virgilio, a quien admiraba y llevó a La divina comedia.

-Eso se lo preguntas mejor a Satanás. Ya te he dicho que esta embebido con los círculos del infierno y que, en los últimos aquelarres, bastante aburridos y apagados, no cesa de darnos instrucciones a fin de que tentemos a los lujuriosos, los iracundos, los entregados a la gula, los soberbios, los envidiosos, los fraudulentos, los traidores y hasta los perezosos, dado que son más propensos a la eterna condena del averno.

-"Quien entre aquí, abandone toda esperanza", estarás acostumbrada a leer en el frontispicio de su entrada.

-Pues sí, escribiente crecido, pero una no es de la tropa de los condenados sin remisión. Y tengo pase de pernocta para reclutar a los mortales más pecadores.

-Entonces, bruja literata, habrás disfrutado con Las intermitencias de la muerte, del genial Saramago, caprichosa la parca en el anuncio de su llegada.

-Así es, una novela espléndida con la que me gané obsequiosas distinciones de Satanás porque le recomendé su lectura y se enamoró platónicamente de la muerte. Pero, demonios, a qué viene este rodeo, plumilla suavón.

-Tempus fugit

-Acabáramos. Que la Feria se acaba. Tal como escribió Virgilio en un verso de las Geórgicas.

-Eso mismo, bruja culta, que por muchos escobazos que tengas que propinar en la animación de tu tren no pierdes tu depurada sabiduría.

-Es conocido que huye irreparablemente el tiempo, escritor en ciernes. Acaso por ello, de modo más usado, se diga que el tiempo es relativo para señalar cómo, siendo el mismo, puede parecer distinto, raudo o despacioso, según las razones que lo ocupen.

-Pues sí, bruja de mis expectativas, y si además se añade el sevillano efecto de las vísperas, la Feria más genuina podría incluso acabar poco antes del alumbrao.

-Pero, en el siglo primero antes de Cristo -vade retro-, Virgilio no debía pensar en la Feria de Sevilla. Tal vez en el vitalismo, para recomendar que ha de apurarse con plenitud el tiempo presente, dígase entonces también el de la Feria.

-Aunque sea condenándose sin remisión.

-Preferiblemente, no te quepa duda. Que voy a ganarme complacencias de Lucifer por haber engrosado el círculo de los pecadores de la gula, incrementado el de los perezosos y subido la lista de espera en el de la lujuria.

-Pero en la Feria sólo se cometen pecados menores, bruja infernal, y tienen la dispensa, tal como ayer dijiste con acierto, del estado de excepción.

-Hay que cuidar la cantera, mi dilecto escribiente, que Lucifer, cuando deje de leer a Dante, volverá a las andadas.

-Y ya está, así me dejas.

-Con Horacio, plumilla mayor. Aprovecha el momento. Carpe diem.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios