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Crónica Personal

De Murcia a Madrid: el efecto mariposa

Golpetazo. Todos los partidos han perdido sus certezas desde que la fallida moción murciana provocó el adelanto electoral de Ayuso: el resultado hará caer cabezas que parecían inamovibles

Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado.

Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado. / Mariscal / Efe

Efecto mariposa: el aleteo de una mariposa en Tokio puede provocar un tsunami en Los Ángeles. Versión española: el anuncio de una moción de censura en Murcia provoca un tsunami político en Madrid y en toda España, pues pone en peligro el futuro de la mayoría de las figuras políticas más destacadas.

Inés Arrimadas, sobre todo, Pablo Casado y el propio Pedro Sánchez quedarán muy tocados si sus partidos no salen bien parados de la batalla que se ha iniciado en Madrid con el anuncio de Isabel Díaz Ayuso de convocar elecciones el 4 de mayo, anuncio a la espera de la decisión de los tribunales pero que, vistos los nervios en el PSOE y en Ciudadanos, los dos partidos deben pensar que esa decisión avalará el anticipo electoral.

El PSOE sondeó candidato y, aunque Margarita Robles apareció como figura de consenso, pero Sánchez pronunció el viernes la última palabra y Ángel Gabilondo repetirá como candidato, mientras que Arrimadas calla cuando le preguntan si repetirá Ignacio Aguado, cesado de forma fulminante por Ayuso junto a los otros consejeros de Cs. Calla pero personas destacadas de su partido aseguran que el ya ex vicepresidente regional no repetirá.

Si efectivamente hay elecciones, aunque Ayuso declara que va a pelear por la mayoría absoluta, sabe que su cargo de presidenta dependerá no sólo de que incremente sensiblemente el número de escaños, sino del resultado de Cs –su socio hasta ahora– y de Vox. Desde la formación naranja afirman que la apoyarán – no tienen más remedio que decirlo, ha calado la idea de que han traicionado al PP en general y al madrileño en particular–, pero se temen entre los populares que el resultado de Cs no dé para mucho. El partido se encuentra en decadencia, y esta última peripecia murciana, avalada por Arrimadas y que no tuvo premio tras desactivar tres diputados naranjas el viernes la iniciativa del PSOE para echar a López Miras, ha provocado una auténtica conmoción en el partido, con críticas abiertas a lo que se considera gran error de la actual líder nacional. Actual. El futuro de Arrimadas se presenta incierto.

La "paciencia" de Vox

La presidencia de Ayuso por tanto dependerá en buena parte de Vox, el partido con el que Pablo Casado ha roto todos los puentes. La líder madrileña, sin embargo, podrá contar con los escaños de Vox para mantenerse en el poder si le son necesarios. Así lo confirma el número dos de ese partido, Iván Espinosa de los Monteros –marido de la portavoz de Vox en la Cámara madrileña y candidata al Gobierno regional, Rocío Monasterio–, que añade: "Hemos tenido una paciencia infinita con el PP. No hemos contestado ni uno solo de sus ataques, no hemos dicho nada sobre el incumplimiento de los programas firmados con los ejecutivos regionales, ni tampoco hemos destacado el resultado que tuvieron en Cataluña. En Madrid vamos a crecer, mucho. No tenemos encuestas recientes, pero sí vemos los acercamientos en los últimos tiempos, sobre todo desde las elecciones catalanas".

No menciona la palabra coalición, no es ésa la idea que baraja Vox, sino que lo que quieren es "un gobierno fuerte en Madrid, con Vox ayudando desde fuera. Ayuso ha tomado determinadas iniciativas porque la hemos apoyado más que el propio PP. Vox es un partido previsible y responsable, y apoyaremos un Gobierno que no sea de izquierdas. Otra cosa sería un suicidio, como el de Ciudadanos".

Para Espinosa de los Monteros, para Vox, "el futuro de Cs dependerá de cómo actúen sus dirigentes en cada región, pero la impresión es que el partido está en una situación muy difícil. En unos casos sus dirigentes se irán al PP y en otros al PSOE".

En las filas de Cs se advierten ya caras inquietas, y algunos dirigentes han expresado abiertamente su disconformidad con el acuerdo infructuoso de Arrimadas con los socialistas en Murcia, que temen que quiera trasladar a otras regiones. García Egea ha declarado que las puertas del PP están abiertas para la gente de Cs, unas declaraciones poco afortunadas porque ese tipo de movimientos de captación se hacen de otra manera, con inteligencia, privacidad y delicadeza. Sin embargo, se ha acrecentado de tal manera el malestar en Ciudadanos por la operación murciana –llovía sobre mojado porque el malestar venía del resultado de las elecciones catalanas, desastroso– que hay miembros destacados que, pidiendo anonimato, mencionan abiertamente algunos nombres de dirigentes de su partido a los que ven con un pie puesto en el PP, como Marta Rivera de la Cruz, que ha mantenido una relación muy estrecha con Ayuso como consejera de Cultura; Francisco Igea, vicepresidente castellano-leonés que ha trabajado cómodamente con Fernández Mañueco, o Toni Cantó que, desde Valencia, hace tiempo que marca distancias con Arrimadas.

Casado y Ayuso

Si hay preocupación en Cs, más todavía en el PP, donde dice algún dirigente que, al fin, Casado ha empezado a darse cuenta de que las cosas no van bien en su partido. Hasta ahora las críticas las encuadraba en una campaña contra su formación y contra su persona, pero parece que ha reflexionado sobre por qué es tan unánime la crítica, a la que se han sumado algunos líderes regionales que sin abrir la caja de los truenos con críticas demoledoras sí llevan meses expresando su preocupación por decisiones de la dirección nacional. Sobre todo por la obsesión de García Egea de cambiar a responsables provinciales y regionales para controlar el partido. Incluso la propia Ayuso, la más casadista de todos los líderes regionales, ha expresado su disconformidad con la manera con la que el murciano trata de imponer su criterio, incluido los nombramientos en la Comunidad de Madrid.

Si hay elecciones, habrá que estar atentos a la campaña de la actual presidenta: será difícil que abra la puerta a la participación de García Egea, hoy bestia negra para un porcentaje alto de dirigentes del PP. Es más complicado el caso de Casado, porque se trata del presidente y además Ayuso es amiga incondicional; sin embargo, es perfectamente consciente de que Casado hace tiempo que provoca rechazo en un sector importante de militantes y votantes que consideran que está llevando al partido al abismo. El equipo de campaña de Ayuso tendrá que valorar si conviene una presencia masiva de Casado. En Cataluña, se demostró que esa presencia abrumadora fue muy contraproducente.

El anuncio de la moción no consumada en Murcia ha sido el puñetazo en la mesa que ha hecho saltar por los aires el tablero político. Los partidos, todos, han perdido sus certezas y sus previsiones de futuro desde que Murcia provocó el adelanto electoral de Ayuso: el resultado de las elecciones madrileñas, si se celebran, hará caer cabezas que parecían inamovibles.

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