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Una clase política en estado de alarma
Esta semana acaba el estado de alarma y la campaña de Madrid, que es otro estado de alarma. El Gobierno se resiste a prolongarlo unas semanas, como reclaman las comunidades, pero tal vez todo cambie después del 4-M. Lo de Madrid va a tener muchas derivadas, también en Andalucía. ¿Hasta provocar un adelanto? Podría parecer poco probable tras el pacto fiscal para rebajar impuestos, pero no es descartable.
El PSOE puede sufrir si Más Madrid y Unidas Podemos suman más escaños que Gabilondo, ya que por primera vez habría un PSOE no mayoritario frente al espacio a su izquierda; la derrota de Ciudadanos puede marcar el inicio del fin de este partido, con un previsible fuga de cargos al PP; el éxito de Ayuso volverá a agitar un partido que Casado no acaba de ubicar; y Vox tendrá protagonismo si Ayuso no saca un escaño más que la izquierda.
Hay mucho en juego y esa tensión se traslada a una campaña con amenazas, esquemas ramplones como el antifascismo de Iglesias o la libertad de Ayuso, excesos como el cartel de los menas, y una retórica excluyente que ha ensuciado la política más de lo prudente. Ahí sí que urge una desescalada.
1.- Jesús Aguirre:
“Yo no pido que se prorrogue, y nunca he pedido que se prorrogue, el estado de alarma. Lo que pido son instrumentos jurídicos. Hemos tenido un año y pico para cambiar la ley del año 86, que es lo que hemos pedido”.
Andalucía se suma al coro de comunidades que temen quedar desprotegidas al decaer el estado de alarma al final de esta semana, aunque sin la precisión insistente de Urkullu y sin la acidez de Feijóo, que acusa a Moncloa de mentir: “Nos mintieron. Llevan trece meses de inacción. Trece meses tomándose la pandemia a broma, Trece meses sin cobertura legal salvo el estado de alarma. ¿Para qué legislar?”. Reprochan al Gobierno que corte el estado de alarma sin haberles dado el instrumento alternativo al que se comprometió. A falta de ese instrumento, sólo quedaría prorrogar. Blanco y en botella. De hecho, es tan absurdo no prorrogar siquiera un mes, que ha acabado por imponerse una hipótesis: en víspera de que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre el estado de alarma, el Gobierno teme un pronunciamiento en contra y prefiere liquidar éste antes.
...Un poco de hemeroteca
Sobre ese instrumento que reclaman las comunidades: el 13 de mayo de 2020, el Gobierno se comprometió a hacer una reforma legislativa para que no fuese necesario volver a decretar el estado de alarma –sí, ¡mayo de 2020!– en caso de algún futuro rebrote. Después de eso, ha habido tres olas más, con seis meses de estado de alarma, sin reforma legislativa.
2.- Carmen Calvo:
[13.05.2020] “Tenemos que pertrecharnos para pasar el verano, y naturalmente el otoño, por si existe un repunte o una vuelta de la intensidad de la Covid-19 en unas condiciones en que ya no tenga que ser utilizable el artículo 116 de la Constitución. Salir de la alarma significa darnos a nosotros mismos instrumentos importantes para poder navegar cualquier situación que vuelva a perturbarnos"
Esto es lo que hay: un año después, no nos hemos pertrechado de nada. Calvo insiste en cortar el estado de alarma, que considera innecesario, pero ¿qué fue de aquello de “darnos a nosotros mismos instrumentos importantes”? No es un mantra de PP o Ciudadanos, que efectivamente lo han reclamado durante este año, sino un compromiso incumplido. Y al cortar el estado de alarma con varias comunidades en riesgo extremo o no lejos, se hace más patente la irresponsabilidad. “Y unidad no es uniformidad. Unidad es colaboración, poner en común los objetivos y trabajar todos juntos para conseguir ese objetivo, que es lo que siempre ha hecho el PP”.
La comedia de los impuestos
Esta semana se ha anunciado un pacto de la mayoría que sostiene el Gobierno –PP, Cs y Vox– para bajar impuestos. Eso sí, lejos de la solemnidad que tanto gusta en San Telmo para hacer estas cosas con mucha escenificación y eslóganes tipo Andalucía en Marcha, el anuncio ha tenido algo de comedia de enredo. Como aquellas comedias del siglo de oro tipo casa con dos puertas, con personajes que entran y salen generando malentendidos y conflictos.
3.- Manuel Gavira:
“Desde el principio de la legislatura venimos trasladando desde Vox un mensaje de utilidad y esto se traduce y se demuestra con hechos, como la histórica bajada que hemos conseguido del gobierno de Andalucía compuesto por el PP y Cs del que se van a beneficiar el conjunto de los andaluces”
En esa timba de tahúres que es la política, como decía Baroja, Vox les ganó esta mano a PP y Cs. Se anticipó y se apuntó el pacto. En otras ocasiones, como los presupuestos, ha ejercido de convidado de piedra, prestando sus votos pero yendo después de prestado. Esta vez se han tomado una pequeña venganza y han sido ellos los que les han madrugado el anuncio para anotárselo: “hemos conseguido...”. Vox ha sabido aprovechar el mensaje en plena campaña de Madrid para dejar en evidencia a Cs, que sí pacta con ellos.
4.- Sergio Romero:
“Este acuerdo no lo ha redactado Vox... Lo han redactado Ciudadanos y Partido Popular... Cada uno que se ponga las medallas que quiera, pero quien baja los impuestos se llama Ciudadanos... y si hay un grupo que comparte esta iniciativa, que se suma, me parece perfecto”
Ciudadanos tuvo que salir, ya sin la iniciativa, a plantear que no es un acuerdo de PP+Cs+Vox, sino de Cs y PP, y después de PP y Vox. Pero esa idea de mundos separados (PP+C’s)+(PP+Vox) no funciona. En definitiva, se trataba de dos proposiciones iguales, que salen adelante con los votos de PP+Cs+Vox, con las que el PSOE les zahirió por lo ridículo que resultaba. Y eso siempre es peligroso. Nunca hay que perder de vista la consigna de Tarradellas: en política se puede hacer todo, menos el ridículo. La campaña de Madrid está siendo cruel con Ciudadanos, y Vox hurgaba en la herida dejando en evidencia su estrategia de campaña en Madrid divulgando que en Andalucía votan unidos.
5.- Juanma Moreno:
“Hacemos un paquete de rebaja cumpliendo con nuestro programa electoral. Yo siempre lo dije: Bajada masiva de impuestos. Tenemos un compromiso de hacer de Andalucía una de las comunidades autónomas donde menos impuestos se pague. Eso no solamente bueno para el ciudadano que tiene más dinero en el bolsillo, por tanto más capacidad de consumo, sino también es bueno para atraer empresas e inversiones en Andalucía”
Moreno sí pareció entender que era mejor soslayar esa disputa chusca y además estéril en la que había quedado envuelta la rebaja fiscal, y se limitó a vender la decisión. Claro que se podrá debatir si es el momento o no de esa rebaja fiscal, pero nadie le podrá cuestionar que cumple con un compromiso electoral. Y como decía Iglesias con el Ingreso Mínimo Vital, habrá otros criterios pero no se puede despreciar que un político respete al compromiso adquirido con los ciudadanos en las urnas.
La izquierda del tópico
La fiscalidad es una de las líneas de separación más inequívocas entre izquierda y derecha. Dos modelos distintos, los dos con calado ideológico, y los dos con eficacia coyuntural. Era una oportunidad para que la izquierda planteara su alternativa. Pero se impuso la tentación del tópico.
6.- Teresa Rodríguez:
“Si ganas 20.000 euros al año, que hay más andaluces que están en esta situación de cobrar 20.000 euros al año, la rebaja fiscal es cero. Es decir, que le está pagando las gambas a los ricos en Andalucía gracias a la convidá fiscal del Gobierno de las derechas”.
Teresa Rodríguez tiene facilidad para el titular gráfico, con rotundidad de tuitero airado, pero ese es un estilo en el que es fácil pasarse de frenada. Reducir la reforma a una “convidá fiscal” a los ricos a quienes los pobres les van a pagar las gambas es un brochazo de trazo tan grueso que pierde hasta el trazo. En fin, luego está esa milonga de las gambas, que cuarto y mitad no llega a diez euros. En Podemos hablaban, menos pintureramente, de “regalos fiscales”. De momento la bajada de impuestos, cuya eficacia ya se verá, repercutirá en la mitad de los andaluces....y, como ironizaba Nieto, “ojalá tuviéramos cuatro millones de ricos en Andalucía”. ¿No cabía una réplica de mayor entidad a la reforma?
...Y otras lecturas
7 .- Susana Díaz:
“Acaba de decir Moreno Bonilla que va a agotar la legislatura. Si no lo hace, es que está mintiendo a los andaluces. Acaba de firmar un acuerdo económico incluso con su socio externo , la ultraderecha, para eso, para mantener la legislatura; y eso significa que no hay horizonte de anticipo de elecciones. Entonces, si no hay horizonte de anticipo de elecciones, ¿de qué estamos hablando de primarias?”
Susana Díaz, más allá de su argumento oportunista sobre agotar la legislatura después de no haberlo hecho ella en ninguna de las dos oportunidades que tuvo en 2015 y 2018, sí que celebraba el pacto de rebaja fiscal. No por bajar impuestos, algo que sólo hizo por presión de Ciudadanos, sino porque descartaría la hipótesis del adelanto electoral, y por tanto no tendría sentido adelantar unas primarias de las que recela como gato escaldado. Ella, parafraseando La Eneida, teme a los compañeros de partido incluso cuando traen regalos. En todo caso, sabe que ambas partes del razonamiento son irreales: el adelanto sólo es una coartada para las primarias, pero además el adelanto no es en absoluto descartable.
María Gámez no dimitirá
8.- María Gámez:
“Quien siembra vientos, recoge tempestades. Así que mucho cuidado con jugar con esto... Ángel, presidente, necesitamos palabras y no balas. Necesitamos tu palabra, tu ejemplo, presidente. ¡Ánimo!”
Nunca se había visto a una directora de la Guardia Civil dando un mitin. Claro que nunca antes había habido una directora de la Guardia Civil. Pero tampoco se había visto nunca a un director dando un mitin. Con la pulsión de exprimir el clima de la campaña provocado por las cartas con balas, el PSOE cometió el error de sacarla al escenario. No llegó al extremo de Marlaska desbarrando al calificar al PP de organización criminal –después diría que se le había sacado de contexto interpretando que él hablaba de “organización criminal” al decir “organización criminal”– pero lo de Gámez deparó un mitin partidista indecoroso para alguien en ese cargo, por más que esté en el cargo por decisión partidista. La oposición pide su dimisión. Bal, además de ironizar sobre la invisibilidad de Gámez, enfatizaba “su obligación de ser neutral políticamente”. No habrá dimisión. Si has tenido el impudor de dar el mitin, no vas a tener el pudor de dimitir.
¡A las barricadas!
En una campaña llena de marcos que no resisten el menor examen a la luz de la realidad, Iglesias ha arrastrado a toda la izquierda a una campaña antifascista años treinta, algo que no le ha beneficiado y tampoco al PSOE, aunque tal vez sí a Más Madrid cuyo marco ha sido la política de cuidados.
9.- Pablo Iglesias:
“Hoy es el día para recordar a los equidistantes, a los que dicen que ni fascismo [ni] antifascismo (...) Después del resultado en las andaluzas yo dije: “Alerta antifascista” y nosotros llevamos diciendo lo del cordón sanitario desde hace mucho tiempo”
No es raro que Iglesias vaya a terminar haciendo televisión. Lo suyo siempre ha estado muy cerca del espectáculo. Y que lo haga con un empresario indepe en Cataluña es hasta justicia poética. Allí él ha contribuido mucho a blanquear un movimiento muy poco democrático, lleno de xenofobia. Por demás, la estrategia de despreciar a los equidistantes que se sitúan entre el fascismo y el antifascismo es demasiado chusca; una falacia de falso dilema casi infantil. Esto va de amenazas iliberales, populistas y nacionalpopulistas, que debilitan la democracia liberal. Y que Iglesias haga una mayoría con ERC y Bildu le deja con muy poco margen de autoridad moral. Su estrategia, a la que además ha arrastrado a un PSOE que partía con un planteamiento moderado, parece haber engañado a pocos, a tenor de las encuestas. Como su alerta antifascista en Andalucía.
Miserias 'indepes'
La miseria moral del independentismo ya ha sumado tantos capítulos, tantas vueltas de tuerca, que la vacunación de policías y guardias civiles se amortiza a beneficio de inventario como un capítulo más. Si han legitimado la exclusión de la mitad de la sociedad e incluso la violencia –“apreteu!”– difícilmente quedan adjetivos.
10.- Carles Puigdemont:
“Quienes agredieron ciudadanos al grito de "¡a por ellos!" continúan privilegiados y protegidos por el sistema español. Los vacunarán pasando por delante de personas indefensas y pacíficas a las que golpearon de forma salvaje el día 1 de octubre de 2017”
Esa clase de miserable.
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