Es tiempo de que te den un pregón diario

Decididamente, la cuenta atrás resulta vertiginosa. Estábamos anoche en la vieja Audiencia presenciando el ingenioso mano a mano que sostuvieron Carlos Navarro y Antonio Garrido y disfrutábamos una velada más de cuantas componen esta desbocada carrera hacia lo más grande. Decíamos antier que superado el tiempo de las carnestolendas, aparecía la Cuaresma, lo que en esta Sevilla de nuestras entretelas trae aparejada una compresión de la agenda. Desde aquel primer viernes de Cuaresma, la agenda se vino arriba y cuando en un sitio se anuncia un concierto de marchas procesionales, al lado aparece el profesional de la cosa que te da un pregón. Es tiempo de pregones, de conferencias manidas y de que Amarguras suene cada dos por tres hasta que Jesús entre en jumento a esta efímera Jerusalén.