Crónica de un día

Fran Barquilla

fbarquilla@grupojoly.com

El tren con nombre de pájaro

El fin de las mascarillas les salvó ayer de una crónica nostálgica sobre la Expo 92, pero también cumple 30 años el primer viaje del AVE. Tocaba revisitar la historia

Treinta años del viaje inaugural de la Alta Velocidad Española. Tres décadas de ese primer AVE que unía en tren Sevilla y Madrid en dos horas y media. Para los que recorrimos esa N-IV en coche, o en el autobús de esa compañia en la que todos los que lo hayan hecho el viaje recordarán el nombre si digo "una paraíta en Guarromán", fue para llorar de la emoción.

El arranque del tren con nombre de pájaro entre Santa Justa y Atocha fue sin duda un acontecimiento para este país. Tanto, tanto, que uno se para a pensar y se pregunta si después de la inversión realizada, no podían haber puesto unos 'milloncejos' más encima de la mesa y haberlo puesto hasta La Caleta o hasta el Polo Químico de Huelva.

¿Qué tal si le hubiesen quitado el freno de mano al tren y hubiese parado en Algeciras, en uno de los puertos más importantes del país? Nones.

Y es que la Alta (y cara) Velocidad del tren en España es de todo menos alta a la hora de implantarse en las vías férreas españolas. Que se lo digan a los granadinos que la acaban de conocer casi 30 años después de ese viaje inaugural; o a los malagueños que la han conocido 10 minutos antes que sus vecinos.

A los almerienses o a las buenas gentes de Jaén, mejor no les pregunten o quemarán en la hoguera a todos los que hayan pasado por el Ministerio de Fomento, Obras Públicas o cualquier otra denominación que haya tenido el organismo público encargado de planificar y ejecutar la obra.

Fue un hito sí. Pero también una raya en el agua. España ha necesitado 30 años para vertebrar una red de alta velocidad del ferrocarril que además se cae hacia un lado de la península, como si estuviésemos más inclinados hacia el Mediterráneo y así los trenes corren más. Pregunten(nos) a los extremeños por el tren. Bueno, mejor no lo hagan.

Y es que las infraestructuras en esta Andalucía nuestra parece que cuesta sacarlas adelante más que en cualquier otra parte del país. Ahí están los ejemplos en cada provincia, pero por no aburrir, dos que han estado en boca de los políticos hace bien poquito: la unión pendiente por tren con el Aeropuerto de Sevilla o los túneles de la SE-40, que no parece que los vayamos a ver, mientras en el País Vasco se licita ya una obra similar.

El tren con nombre de pájaro nos sacó del siglo XX con adelanto, lástima que se quedara en eso, en una atracción más de la Expo del 92, para que pudiéramos decir "tenemo de tó".

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