La ventana
Luis Carlos Peris
Un oasis en la agenda
Tiene el Betis esta tarde la oportunidad de evadir esa molesta repesca que te obliga a un esfuerzo añadido para continuar en la competición. Competición continental que es el peldaño adecuado para el crecimiento que se propala desde las tripas del club. Se trata de pleitear hoy con el actual y prácticamente habitual líder de la Liga croata para conseguir plaza entre los ocho primeros de la fase liguera de esta Liga Europa.
El Dinamo de Zagreb es uno de los grandes clubes balcánicos y si ahora tiene al Hajduk Split como máximo oponente, en tiempos de la Yugoslavia de Tito se miraba cara a cara con Partizán y Estrella Roja. Un histórico que acaparó muchos títulos en sus ciento trece años de vida, pero, sin duda, la desmembración de aquella Yugoslavia tan rica en grandes talentos del deporte ha jugado en contra del potencial de sus equipos. Por cierto a este Dinamo lo preside uno de los futbolistas grandes de todos los tiempos, el ex milanista Zvonimir Boban.
Y al estadio Maksimir, con fama de caldera presionante, va este Betis de Pellegrini con un puñado de bajas habitual. Habituales de importancia máxima como Isco y Amrabat más la preocupación de tener que vivir sin sus tres africanos a partir de que el georgiano Goga Kikacheishvili le ponga punto final a este Betis-Dinamo. Ganar sería un alivio dado el comprimido calendario más la seguridad de seguir vivo en esta competición. Partido clave para el futuro inmediato, silencio, se juega.
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