En tránsito

Eduardo / Jordá

Vida de perros

15 de junio 2013 - 01:00

CUANTO más aprieta la crisis, más gente veo en la calle paseando al perro. Supongo que en estos tiempos de incertidumbre y desmoralización la gente necesita compañía, o algo que suponga calor animal y fidelidad a toda prueba, y para eso están -imagino- esosschnauzers y chihuahuas que veo por todas partes. Pero también veo otra clase de perros -sobre todo pitbulls y rottweilers- que me producen bastante miedo, sobre todo si sus dueños los llevan sin correa ni bozal, cosa bastante frecuente porque muchos dueños creen que llevar un perro peligroso con correa o con bozal es un atropello intolerable contra los derechos del perro. Por lo visto, un pitbull o un rottweiler gozan de unos derechos que son mucho más dignos de consideración que mis pobres derechos de ser humano intimidado por los colmillos de un perraco.

Hace días, en un pueblo de Toledo, un pitbull con rabia atacó a cinco personas, entre ellas un niño de dos años que tuvo que ser ingresado en la UCI. Desde hace cuarenta años no se habían detectado casos de rabia en España, pero se ve que ese pitbull estuvo en Marruecos -cosmopolita que era- y allí se contagió. El dueño del pitbull fue detenido, pero estoy seguro de que quedó en libertad a las pocas horas y, por lo que he leído, sólo ha sido imputado por un delito de imprudencia grave. ¿Imprudencia grave? Su perro mordió a cuatro personas y mandó a un niño de dos años a la UCI, además de introducir el virus de la rabia en un país en el que había sido erradicado. Y aun así, sólo ha sido imputado por imprudencia grave, con lo cual es probable que reciba una condena mínima -que no cumplirá- y una multa ridícula, tal vez de 600 euros.

¿Por qué somos un país que ha fracasado en tantas y tantas cosas? Pues porque aquí un señor puede tener tan tranquilo un perro peligroso con rabia, y pasearlo sin bozal, y mandar a un niño a la UCI, y luego resulta que sólo es imputado por un delito de imprudencia temeraria, y ni siquiera se le envía a pasar una noche a la cárcel, ni siquiera una, y ahora estará tan tranquilo por ahí, tal vez paseando un nuevo pitbull sin bozal y sin correa. Y si nos preguntamos por qué hay tanta gente que defrauda a Hacienda, y tantos políticos que cobran sobresueldos o hacen desaparecer el dinero público, y tantos banqueros que han hecho lo que les ha dado la gana con un dinero que no era suyo, la única respuesta que tenemos es que se lo hemos puesto fácil y no hemos hecho nada por evitarlo. Así de simple. Igual que ha pasado con el dueño de ese pitbull.

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