Cómo desmontar a Juanma Moreno

04 de febrero 2025 - 10:59

En Andalucía, la estrategia del PSOE no pasa tanto por combatir al Partido Popular, sino a la persona que lo encarna, el presidente Juanma Moreno. Según esta teoría, Moreno, y no el partido, es el depositario de los votos prestados desde el centro e incluso el centro izquierda que le ha dado la cómoda mayoría absoluta de la que disfruta y que ha hundido al PSOE hasta casi los límites de la irrelevancia.

El planteamiento es claro: Andalucía nunca ha dejado de ser una región que, en lo político, se sitúa en los terrenos de una izquierda templada. Mientras el PSOE era dueño de esa posición pudo gobernar con relativa tranquilidad. Nadie mejor que Manuel Chaves representó esa forma de gestionar que pasaba por molestar a los menos colectivos posibles y hacer una política sin sobresaltos. Cuando los errores en la sanidad pública, la amplificación propagandística del caso de los ERE y el propio desgaste de más de tres décadas de poder propiciaron el cambio, Juanma Moreno se subió a la poltrona y aplicó justo los mismos métodos que había aprendido de los socialistas. Ahí sigue y nadie podrá decir que no ha aprendido la lección. Para nadie es un secreto que Moreno tiene en Andalucía mucha mejor marca que su partido o que su propio líder nacional.

El objetivo de los socialistas para el periodo que resta hasta las elecciones que teóricamente se celebrarán en primavera de 2026 es desmontar al presidente más que hacerlo con las siglas del PP. Esa es la misión que se le ha encomendado a María Jesús Montero, después de que Pedro Sánchez comprobase en carne propia que o desembarcaba en Andalucía a un peso pesado o lo tenía muy difícil para soñar siquiera con seguir en la Moncloa. Los socialistas se desangran en la región a una velocidad que da miedo.

No lo tiene fácil Montero. Deteriorar la imagen centrista, dialogante, moderada y eficaz que se ha labrado el presidente andaluz se antoja un empeño complicado. Hay dos grietas que ya se empiezan a explotar. La primera es elevar el tono en el deterioro de la sanidad pública, una cuestión sensible en la que los seis años de mandato del PP no han supuesto una mejora sustancial, aunque tampoco se ha hundido nada que no estuviera ya hundido con los socialistas. La segunda vía es todavía más complicada: destruir la imagen centrista y moderada del presidente arrojándolo a los brazos de Vox. El partido ultra le hizo un enorme favor en la legislatura de 2018 prestándole su apoyo para ser presidente sin ponerle al cobro ninguna hipoteca, lo que le permitió en 2022 quitárselo de encima sin demasiado esfuerzo.

En Sevilla, el PSOE ya lo ha logrado. El PP y Vox han pactado unos presupuestos municipales en los que la extrema derecha han puesto su sello identitario. A partir de ahora, Juanma Moreno tendrá un problema en Sevilla para desmarcarse de la imagen radical que significa cualquier tipo de compromiso con los de Abascal. La estrategia pasa por sumar factores para romper en las elecciones del año que viene la mayoría absoluta de Moreno y que quede como rehén de Vox. A partir de ahí, piensan en el PSOE, todo es posible.

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