Brindis al sol
Alberto González Troyano
Vieja y sabia
Es un bulo. Desvelo el final de la historia para no generar falsas expectativas. Ni hubo un "apagón" en el Vaticano ni han arrestado al papa Francisco por pederastia. Tampoco se ha desatado una contraofensiva en la Santa Sede para desviar la atención ante lo que hubiera sido el acontecimiento del año. Casi a la altura de la pandemia; segundo año de crisis incluido. Porque si no somos capaces de acelerar el ritmo de administración de vacunas, tendremos un invierno de diez meses como ya alertan desde el sector turístico. ¿Adiós al verano de 2021? ¿Será este año más duro que el que acabamos de dejar atrás?
Para responder a la pregunta del Covid, para saber si el temor a que el proceso de inmunización será más largo y complejo de lo previsto, hay que esperar. No hay bola de cristal que pueda hacer realidad lo que hoy no son más que expectativas. No hay noticias en diferido.
Para saber que el supuesto escándalo del Papa es una fake basta con leer la primera línea del gancho: "Esta noticia no la encontraréis en los medios". Efectivamente, los periódicos serios no publicamos bulos. Y una imagen del Vaticano sin luz una noche de domingo, como todos los domingos del año, no es ningún "apagón" provocado. Ni siquiera si adornamos la historia con una noticia real sobre la ausencia del Papa de una misa programada (para evitar contagios del Covid, no porque estuviera detenido). Pero la no-noticia del Vaticano ha colapsado las redes y lleva varios días siendo trending topic.
Sobre el origen del bulo, se ha especulado con la posibilidad de que haya sido una "venganza" de grupos ultras -estaría detrás el movimiento QAnon que durante la etapa de Trump ha alimentado las teorías de la conspiración- por el posicionamiento público del Pontífice contra el asalto al Capitolio y la complicidad inicial del líder republicano. Y es aquí donde realmente cobra relevancia el tema y por una noticia colateral: justo este lunes, Amazon se ha unido a Google y Apple boicoteando Parler, la red social en que se habían refugiado los seguidores de Trump y empezaba a hacerse un importante hueco en España desde las filas del PP, Cs y Vox, por no actuar contra las fakes y censurar los mensajes de odio. No es censura, no es ningún ataque a la libertad de expresión. Si los gigantes tecnológicos quien jugar al Periodismo tienen que hacerlo con todas las consecuencias. Y no hay solo privilegios y derechos, también obligaciones y responsabilidad social. No todo vale.
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