Fco. Núñez Roldán Y José A. Ollero Pina

Los herejes de San Isidoro del Campo

El monasterio es uno de los focos, pero no el único, de la disidencia religiosa en la Sevilla del siglo XVI

12 de diciembre 2019 - 02:32

No hay asunto más apasionante para un aficionado a la historia que todo aquello que tenga que ver con la Inquisición, los herejes, los judeoconversos, la peste y todo lo que sea morboso y melodramático. Y no hay cosa que más perjudique a la Historia como ciencia que la gran cantidad de intrusos que aspiran a sustituir al historiador en su oficio. Un oficio que requiere ideas, metodología, mucho tiempo de investigación -porque un documento por sí solo no hace una historia- mucha parsimonia y reposo, búsqueda incesante de la verdad, miles de consultas bibliográficas, reflexión madura y redacción final.

La historia de los monjes herejes de San Isidoro del Campo, de la que tanto se habla en los medios, está a punto de salir a la luz gracias a la paciente y laboriosa investigación que hemos llevado a cabo durante más de diez años. La historiografía de la persecución inquisitorial contra los protestantes españoles había mantenido un error grave: atribuía a Garci Arias, el maestro Blanco, no sólo la condición de prior del monasterio de San Isidoro, sino el liderazgo dentro de la comunidad de la causa reformista. El hallazgo por nuestra parte de un documento que desmentía tanto una cosa como la otra nos obligó a extender la investigación sobre el monasterio, a reconstruir su historia desde fines del siglo XV, examinando todas y cada una de las escrituras notariales otorgadas por el mismo, gracias a las cuales hemos elaborado una nómina exhaustiva de todos los monjes que lo habitaron en el Quinientos, su tiempo aproximado de permanencia, la cuantificación y nominación de los que huyeron y la identificación de los acusados de herejía.

Gracias a esta documentación, intocada hasta ahora, se ha analizado además la quiebra de su base económica en los años que coinciden con la religiosa y espiritual de su comunidad (1557-1562). Se ha logrado recuperar el medio familiar y social de los monjes, especialmente del prior que lideró la huida, fr. Francisco de Farias, fijando la fecha de la misma, asunto objeto de controversia historiográfica. Qué información poseían los monjes que les hiciera pensar que permanecer en el monasterio resultaba peligroso y qué caminos les llevaron a diferentes ciudades europeas son otras de las cuestiones que planteamos. La comunidad monástica de San Isidoro se rehizo tras los acontecimientos. Incorporó nuevos monjes de otras casas de la orden renovándose después de las fugas y la represión, sin que los monjes veteranos fueran desplazados del poder comunitario. La historia del monasterio trasciende el marco local y es uno de los focos, pero no el único, de la disidencia religiosa en la Sevilla del siglo XVI. A la historia de los monjes se ha sumado la de otros protagonistas de la tragedia. Se entenderá que nuestra investigación sobrepasa ese marco y supone una sobresaliente aportación a un problema poliédrico que versa sobre uno de los hechos más dramáticos de la historia espiritual de Occidente.

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