La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Y la música nos envió el duende

Como el ágora cultural en que se ha convertido la sala de Cajasol, una tarde más era una suerte de cuarto de los cabales, pero hasta la corcha, con un hipotético no hay billetes para la reanudación de esos mano a mano que tan certeramente gestiona José Enrique Moreno. Iba a ser el diálogo de un torero con un músico eximio, nada menos que con el compositor de La Madrugá, esa Amarguras contemporánea que un día parió Abel Moreno. Frente a él, un torero que sabe lo que dice, cómo lo dice y que le ha dado nombre al pasodoble más de moda, hijo también del pentagrama de don Abel. Se nos pasó el tiempo de corrido, como cuesta abajo, de tan ameno como resultó este vis a vis. Y hasta hubo momentos en que el duende más musical bajó para ponernos en trance. Resultó una velada que de bien que salió nos supo a poco y ya se sabe que si lo bueno es breve...

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