LA reunión del Comité Federal del PSOE que se celebrará mañana será decisiva para el futuro de los socialistas, pero sobre todo será muy importante para el devenir del país en los próximos años. Esta idea debe estar muy presente en los miembros de dicho organismo partidario cuando tomen sus decisiones. El PSOE es un gran partido que ha sido fundamental en la transformación de España de una dictadura tercermundista a una democracia occidental de primer orden, con un Estado de bienestar envidiado por países más ricos que nosotros y un grado de libertades que ha sido imitado en muchos lugares de Europa y América. Es comprensible que los miembros del Comité Federal, que analizarán mañana las propuestas de pactos de su discutido secretario general, Pedro Sánchez, hagan todo lo posible para que su tradicional gran adversario, el PP, no siga gobernando España, pero los tiempos son excepcionales y el único juego que tendrían para apear a Mariano Rajoy del poder es pactando con fuerzas antisistema, lo cual sería traicionar a su propio ADN político.

No es sólo la cuestión del hipotético referéndum de Cataluña, algo a todas luces ilegal. Formaciones como Podemos mantienen, además, posturas confusas y poco comprometidas en cuestiones esenciales para nuestra democracia. Sus dudas sobre la Unión Europea, su desconfianza ante las libertades económicas, su tibieza en la lucha contra el yihadismo o su apoyo a regímenes casi dictatoriales como el de Venezuela, por poner sólo algunos ejemplos, hacen del todo desaconsejable que un partido como el PSOE intente gobernar con su apoyo.

Hoy, los líderes territoriales del PSOE mantendrán una reunión informal con Pedro Sánchez, en la que se precocinará el Comité Federal de mañana. Todos, empezando por Sánchez, deberían tener muy presentes cuál ha sido y debe seguir siendo el papel de los socialistas españoles.