DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Cuando diez de cada cien infectados terminaban ingresados, la tasa de incidencia a catorce días anticipaba correctamente la saturación del sistema sanitario. Hoy, la relación entre infectados e ingresados es diez veces inferior gracias a las vacunas, pero la tasa de incidencia continúa midiendo el peligro como si el virus campara a sus anchas. Una tasa de 500 advierte y dibuja un riesgo muy grave, pero si miramos en derredor no alcanzamos a ver los estragos de tan alarmante augurio. El oráculo falla en sus predicciones porque la realidad ha cambiado, no puede ver el futuro porque no pondera con tino cada cosa del presente. Se alarma con alegría a la población, se recortan derechos sin razonarlo y se perjudica a miles de pequeños empresarios por si acaso. Nuestros gobernantes no pueden evitar tratarnos como a menores de edad: a las once en casa, no seas malo, hoy castigado. Y aun así salimos ganando, porque la pulsión del amo del presupuesto es hacer de España una granja con cuarenta y siete millones de reses.

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