Diez días después de las primarias en el PSOE-A, que se saldaron en Sevilla con el triunfo de Juan Espadas (54,3% de los votos, frente al 41,44% de Suana Díaz) y de la corriente alineada con la dirección federal, la situación es de calma chicha en una de las instituciones en las que se debe reflejar el cambio de liderazgo: la Diputación de Sevilla.

Según distintas fuentes, ningún movimiento se ha dado todavía para poner en marcha los cambios que se esperan. Espadas, según subrayan, está centrado en resolver las reformas que tocan a nivel regional y en el grupo parlamentario socialista, así como la transición en la Secretaría del PSOE-A y tiene agenda institucional como alcalde.

Dependiendo de si hay acuerdo o no con Susana Díaz –si ésta se aviene podría resolverse en días o tardar más si hay que ir a otros escenarios– los cambios en otras esferas como la Diputación podrían activarse este mismo verano o demorarse más. Hay que tener en cuenta que también hay un congreso federal previsto a mediados de octubre.

Eso sí, se da por hecho que no se harán esperar demasiado, por el peso que la institución tiene en Sevilla, su cercanía a la militancia y a los alcaldes, entre los que la conciencia de que hay un cambio de ciclo ha calado incluso en los que votaron a Susana Díaz.

Algunas fuentes recuerdan que son decisiones que generan ruido y hay que afrontar para dejarlas atrás pronto, por si hay un adelanto de las elecciones andaluzas. A diferencia de otras veces, según apuntan, es algo que ya no está en manos de un gobierno socialista y hay que estar preparados.

Las dos incógnitas son si el presidente desde septiembre de 2004, Fernando Rodríguez Villalobos, da un paso al lado y cuándo y quién tomará el relevo de la institución. En respuesta a la primera pregunta, hay que recordar que la tregua que Susana Díaz y Pedro Sánchez alcanzaron poco después de las elecciones municipales incluyó la continuidad de Fernando Rodríguez Villalobos –la designación de los candidatos a presidir las diputaciones es de la ejecutiva federal–, uno de los más firmes defensores de Susana Díaz en la provincia aunque hay quien destaca que no ha compartido sus últimas decisiones con respecto a las primarias.

Después de una larga trayectoria municipalista, que le reconocen incluso los adversarios políticos, y 69 años cumplidos, destacados socialistas explican que Villalobos venía descartando una salida en mitad de mandato, entre otras cosas, porque ha debutado el espinoso caso de la Pará de Gines, por el que ha sido citado a declarar en el juzgado junto otros miembros que forman o han formado parte del equipo socialista y técnicos de la institución y no quería irse al menos hasta que se resolviera ese asunto.

También quiere dejar encauzadas las históricas inversiones y planes de empleo para los ayuntamientos que se van a realizar con el uso de los remanentes de la Diputación, por las que ha luchado y son fruto de la situación saneada de la institución provincial.

Pero tras lo ocurrido en las primarias, esas mismas fuentes señalan que la renovación, la necesidad de visibilizar que hay otro equipo en el PSOE-A, otra generación y otra forma de hacer política es más inaplazable ahora tras el resultado de las primeras, aprovechando también la sinergia del primer éxito de Espadas en las primarias.  Hay que tener en cuenta además que la opción renovadora ha sido la que se impuesto ligeramente sobre la de Susana Díaz entre los propios diputados socialistas en la Corporación provincial, que (se suponía) era uno de los feudos de la todavía secretaria del PSOE-A.

Lo cierto es que el presidente de la Diputación de Sevilla ha reducido sus comparecencias públicas en esta última etapa. Las convocatorias de la institución a las que asiste suelen ser sólo para periodistas gráficos. Este jueves, no está prevista su presencia en el Pleno ordinario de la institución, si bien hay un asunto personal que lo justifica plenamente.

La decisión de dimitir del que es también presidente del PSOE de Sevilla y activar la sucesión es suya en última instancia. A diferencia de lo que ocurre con las listas a las elecciones en un ayuntamiento, en la Diputación, donde el PSOE tiene mayoría absoluta, no hay un orden que se deba respetar para nombrar al siguiente candidato o dependa de renuncias de otros, con lo que las posibilidades de quien termine siendo señalado para ello se abren mucho más.

Sentados en la bancada socialista hay varios sanchistas de la primera hornada, de los que fueron a contracorriente: el secretario del PSOE de Dos Hermanas y concejal en ese municipio, Francisco Rodríguez, y los alcaldes de Espartinas, Cristina Los Arcos, y Las Cabezas, Francisco José Toajas.

Éste último es además vicepresidente. Toajas, con una larga trayectoria como alcalde, ha mostrado su disposición a afrontar nuevos retos en el partido.

Los otros nombres que han sonado son de críticos de nueva hornada –o novísima, porque han debutado en estas primarias–, como otra vicepresidenta de la Diputación, Ana Isabel Jiménez, alcaldesa de Alcalá de Guadaíra; y el portavoz del gobierno socialista y alcalde de Mairena del Aljarafe, Antonio Conde.

No obstante, la primera está enfrascada todavía en consolidar la era pos Antonio Gutiérrez Limones en un ayuntamiento y en una agrupación local socialista donde la espadas siempre están en alto y donde no sería fácil tampoco un relevo a su vez.

El nombre de Antonio Conde es el que ha cogido fuerza, aunque nada hay cerrado. Alcalde de Mairena en dos etapas distintas, es ahora portavoz del grupo socialista. Algunas fuentes consultadas señalan que su perfil tranquilo y moderado –muy en la línea de Espadas aunque a diferencia de éste su perfil es menos técnico– podría servir de amalgama y contaría con el apoyo, incluso, de alcaldes que votaron a Susana Díaz en las primarias. Todo está abierto por ahora.